Durante el aislamiento por la pandemia de coronavirus las consultas médicas cayeron drásticamente. Aunque en términos generales no hay detalles demasiado finos aún, la retracción de los últimos dos meses se estima torno al 60%, si no es más.
Osep, la Obra Social de los Empleados Públicos y la entidad con más afiliados de la provincia, pudo ofrecer detalles al respecto. Informaron que la baja entre marzo y abril ha sido de 57% si se compara con los mismos meses del año anterior. Hay que tener en cuenta que la reducción comenzó a notarse a partir del 20 de marzo cuando el gobierno nacional determinó el aislamiento social, preventivo y obligatorio ante la pandemia de Sars Cov-2. Si se toma sólo abril, la reducción es de 62%.
José Lodovico, Presidente del Círculo Médico de Mendoza y de la Federación Médica de Mendoza dijo que según la especialidad y las regiones, la actividad ha bajado entre 65% y 75%.
"Me he comunicado con otros colegios médicos especialmente en Mendoza, y algunos prácticamente están trabajando en un 30%, lo cual es muy preocupante para los médicos especialmente debido a que se afecta su fuente laboral en primera instancia", manifestó.
Y agregó que por otra parte "hay que considerar que el sistema no está satisfaciendo la demanda de pacientes graves, de alto riesgo, inmunodeprimidos, crónicos, con enfermedades discapacitantes, no está organizado para esto y la situación no es la ideal".
En el Ministerio de Salud estiman que puede rondar ese porcentaje dado que bajo las mismas condiciones se determinó una reducción de la atención al 50%. Esto incluyó turnos programados y la prioridad de las urgencias.
Riesgos agravados
La Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) ya venía advirtiendo sobre los riesgos de infartos y otras complicaciones ante la falta de consulta, un tema no menor si se tiene en cuenta que los problemas cardiovasculares son la principal causa de muerte.
Su presidente, José Luis Navarro Estrada, manifestó recientemente que los pacientes con enfermedades cardíacas agudas no están yendo a realizarse controles ni van a una guardia si se sienten mal con el consiguiente aumento de la mortalidad cardíaca.
"Esta situación hace que en los hospitales haya una reducción de hasta el 50% de las admisiones en guardias de Infarto Agudo de Miocardio; lo que ha llevado en todo el mundo a un aumento de hasta cinco veces la mortalidad por infarto, según publicaciones científicas", recalcó.
Según publicó el diario Ámbito Financiero, el relevamiento Stent-Save a Life' determinó una drástica caída de los principales estudios cardiovasculares diagnósticos y terapéuticos. Se efectuaron 75% menos de angioplastias coronarias, 80% menos de coronariografías (cateterismos') y 68% menos de angioplastias en pacientes con infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST, que son urgencias médicas.
Temores
Entre las causas hay que considerar que los efectores de salud redujeron la atención y la disponibilidad de médicos. Por otra parte, las restricciones para circular y en particular la reducción del uso del transporte público se sumaron a los temores de infección por el nuevo coronavirus. Muchos, aun sintiéndose mal o a sabiendas de que deben hacer una consulta prefieren evitarlo para disminuir riesgos, en particular por considerar que en los centros de atención de la salud estos podrían incrementarse.
Entre lo adultos mayores, grupo de riesgo, el escenario es más complicado, especialmente si no tienen medio de movilidad seguro.
En la Asociación Mendocina de Profesionales de la Salud (Ampros) dijeron que los comentarios entre los médicos expresan esta realidad. Su titular, Isabel del Pópolo dijo que han disminuido particularmente las consultas clínicas, psiquiátricas y odontológicas.
"Según comentarios de profesionales el control de patologías crónicas y clínicas podría haber estado más afectado, una colega comentaba que llegan patologías crónicas más graves, porque esperan para ir, quizás empiezan con alguna molestia y van cuando ven que no pueden esperar más", señaló.
En tanto, Carlos Funes, Director de Osep detalló: "todas las especialidades bajaron, se mantuvo la consulta de urgencia y urgencia quirúrgica, lo que se hacía programado se ha hecho a distancia incluso se ha asistido así a algunos pacientes crónicos en condiciones críticas".
De todas formas adelantó que la próxima semana comenzarán con un programa de atención presencial de crónicos con turnos programados.
Controles, recetas y telemedicina
Hay cierta preocupación entre los médicos por la falta de consultas y seguimiento adecuados debido a la pérdida del contacto presencial con el paciente.
"Los médicos hacen recetas digitales pero también hay que controlar como va el paciente con esa medicación y en general, mi temor es que disminuya en calidad la relación médico-paciente, se debe hacer un seguimiento sobre cómo la está tomando y qué efecto tiene en el paciente", dijo Isabel del Pópolo, titular de Ampros.
En el mismo sentido opinó José Lodovico, del Círculo Médico: "agrava la situación la implantación de la receta electrónica y la telemedicina, ya que muchos pacientes reciben la medicación sin el control médico". Dijo que un ejemplo de esto es Pami: "el médico puede dar recetas por tres meses (...) pero hay que considerar que hay una demanda de atención médica que no se está satisfaciendo adecuadamente porque no está el acto médico completo e integral y la consulta cara a cara".
Aclaró que hay colectivos que ya venían afectados antes de la pandemia y han visto agravada su situación. Subrayó que es el caso de pacientes de Pami que sufrían restricciones en estudios o debían esperar mucho para operarse.