¡Qué alivio para Racing! Después de perder, con el agravante de la muy mala imagen futbolística, 3 a 0 ante Independiente, mostró una muy buena reacción anímica, algo que también había faltado el sábado, y quedó instalado en la semifinal de la Copa Argentina. No tuvo figuras individuales que se destacaran ampliamente. Lo mejor fue el ímpetu y el espíritu colectivo que expuso para zafar de una noche que venía muy complicada.
El 1 a 0 de Martín Cauteruccio fue un golazo. También es cierto que hubo ingenuidad defensiva de la última línea para anticipar el giro del uruguayo. Tardó en rebelarse Racing, quizá porque San Lorenzo no se debilitaba en la presión en el mediocampo, también porque Diego Milito aportaba poco y nada ( Diego Cocca lo sacó en el segundo tiempo por Mariano Pavone).
Por momentos, Racing fue a los ponchazos. Siempre, Gustavo Bou fue una referencia positiva, aun cuando perdía la pelota, porque a San Lorenzo le costaba contenerlo y anciparlo. El ingreso de Pavone le dio energía al ataque, se aceleraron las transiciones y había alguna sensación, aun sin ser abrumador, de que Racing podía empatar. El 1 a 1 fue de Luciano Aued, en su primer tanto en 157 partidos en Primera con equipos argentinos. Un zurdazo tras un buen pase atrás que se desvió en Mauro Cetto. Precisamente el Colorado, titular por la baja de Yepes (lesionado), también cometió el ingenuo penal por agarrón a Pavone que le permitió a Bou sentenciar el 2 a 1 sobre el final del partido.
Ambos venían de golpes duros, perder el clásico. Diego Cocca decidió poner todo lo que tenía (Romero por Acuña, suspendido, fue el único cambio). Edgardo Bauza, con mayores expectativas en el torneo local, reservó a Pichi Mercier y Sebastián Blanco. El que menos se expuso pagó el costo.
La Academia ahora espera rival: Central-Estudiantes jugarán el miércoles próximo en San Juan.
