Cada uno hace sus apuestas y con un mercado que se mantiene con demanda firme el precio de la hacienda sube. Es que con un contexto de marcada escasez estacional de vacunos para engordar y la sostenida expectativa sobre posibles medidas para el sector que vendrían de la mano del próximo gobierno nacional, productores de todo el país, incluso mendocinos, retienen terneros con el objetivo de vender en un futuro cercano con mejores valores.
Datos del Observatorio Económico del Cluster Ganadero Bovino de Mendoza indican que la participación del engorde local en el consumo total de carne vacuna de la provincia pasó de aproximadamente 8% en 2011, con poco menos de 27.000 cabezas, a 11,5% en 2014, cuando fueron faenados casi 49.000 animales engordados en la provincia, 81% más.
Cabe aclarar que, entre un año y otro la participación relativa no fue mayor, porque aumentó considerablemente el consumo. Este eslabón se completa con la faena, aquí, de animales ingresados en pie, y con la carne que llega, faenada, de otras provincias. En efecto, en 2011 Mendoza había consumido el equivalente a 335.600 animales, y en 2014, el equivalente a 422.600.
Buscando explicaciones a los aumentos de precios, Martín Caro, gerente de Litexco, la sociedad que explota un feedlot en San Rafael, aclaró, en primer lugar, que “tenemos una situación estacional. Históricamente, en noviembre, el precio de la invernada siempre ha sido alto, porque el 70% o el 80% de los terneros de todo el país salen en marzo, abril y mayo y durante la segunda mitad del año es mucho menor la oferta de animales para engordar y recién poder llevarlos a faena”.
Claro que es en estos meses también cuando, normalmente, hay sobreoferta de gordo. Aun así, los precios están subiendo. Una de las razones es que hay, en los feedlots, novillos gordos que no se venden.
“Cuando, como ahora, el precio de la invernada está tan por encima del precio del gordo -explicó Caro- se estira el ciclo del feedlot para, con más kilos de carne, diluir un poco esa brecha que, una vez que se comercializa el animal gordo, hace muy costosa la reposición”.
Otra de las posibles razones de la firmeza de los precios es que “como la rentabilidad agrícola ha bajado, los campos tradicionales de invernada en el país están volviendo a la ganadería. Además, es posible que los criadores con posibilidades de hacer invernada, prefieran retener el ternero ante el eventual riesgo de vender ahora y después quedar descalzados”, interpretó el ejecutivo de Litexco.
A ello se suma, en esta coyuntura política nacional, un escenario de incertidumbre económica dada por la cercanía del cambio de gobierno nacional, y la expectativa sobre eventuales medidas que pudieran, a futuro, mejorar la competitividad de las exportaciones de carne.
Caro, que -por otra parte- integra la Específica de Ganadería de la Cámara de Comercio, Industria y Agropecuaria de San Rafael, reconoció que el panorama es de una incertidumbre muy grande, y detalló que “en una situación expectante, donde quien puede no vende, y hay menos movimiento de hacienda y menor oferta si la demanda se mantiene, el precio sube”.
Brecha muy amplia
Hasta fines de la semana pasada, el novillo gordo en pie, listo para faena, cotizaba a $ 22 el kilo en promedio, mientras que el valor de reposición de invernada (los terneros) para iniciar un nuevo ciclo de engorde no tenía referencia cierta, al menos en la provincia de Mendoza. Pero en cualquier caso, los números muestran una tendencia en alza.
Sobre este punto, Francisco Castillo, de San Carlos, señaló que “en las últimas ferias provinciales se ha estado pagando entre $ 30 y $ 35 pesos el kilo pero se ha llegado a pagar $ 40 y $ 45. En una de las últimas ferias de Alvear, un lote de terneros alcanzó los 50 pesos el kilo”.
Castillo, que hace algo de cría, tiene feedlot, sus propias bocas de expendio y provee a otras carnicerías en el Valle de Uco, señaló que “el feedlotero no puede seguir trabajando porque ve dificultada la reposición de lo que vende”. Recordó que “siempre la invernada tuvo una diferencia de 15% más respecto del gordo, pero la brecha actual es imposible de sostener”.
Desde San Rafael, Martín Caro aclaró que, según datos de la Cámara Argentina de Feedlot, los establecimientos asociados a la entidad en todo el país “están registrando un porcentaje de ocupación históricamente bajo, porque no están convalidando los valores actuales de la invernada. Esos precios hacen que el negocio del feedlot no tenga rentabilidad, a los valores actuales del gordo”.
En igual sentido, el sancarlino Castillo reveló que, en la etapa de engorde de su negocio integrado, “para que cierre el número, el kilo de novillo a faena debería estar saliendo de los corrales a 27 o 28 pesos, para poder pagar un ternero a 33 o 35 pesos como mucho. Esto implicaría casi un 23% más que los 22 pesos del cierre de la semana anterior”.
El escenario futuro
Francisco Castillo está convencido de que "la hacienda va a seguir subiendo, porque no hay, y porque hay expectativas sobre la posibilidad de exportar en condiciones más competitivas, tal vez a partir del año próximo".
Por lo pronto, manifestó su incertidumbre respecto del impacto que esto podría tener en la demanda interna, “porque los ingresos de la gente no dan para mucho más”.
Por su parte, Martín Caro consideró que “es muy difícil saber qué va a pasar en los próximos dos meses. De todos modos, los matarifes nos dicen que la calle no paga más, la gente no convalida precios más altos en el mostrador”.
Por eso interpreta que, “si aumenta el precio de la hacienda en pie a pesar de que la gente no convalida precios más altos en el mostrador, es por una cuestión de expectativas”.
Advirtió, al mismo tiempo, que “si tenemos en cuenta la curva de oferta de invernada y la curva de oferta de gordo, deberíamos tener un faltante de gordo, también estacional, hacia febrero-marzo, al margen de los otros condicionantes coyunturales”.
Por su parte, el reconocido consultor Víctor Tonelli apuntó que “el mercado se encuentra con fuertes expectativas de cambio a partir del compromiso que han manifestado los partidos que participarán de balotaje”. Señaló que “sea uno u otro, la sensación es que las cosas van a cambiar y, a partir de ello, habrá un regreso a las exportaciones y con ello volverán las luces apagadas en la última década para la comercialización del sector de ganados y carnes”.
Tonelli resumió que, “demanda sostenida con oferta escasa para satisfacerlas significa precios muy firmes para los novillos, que a partir de ello traccionarán la demanda de novillitos y éstos de terneros, los que -por este motivo, entre otros- serán retenidos para recrear el proceso de producción de novillos”.
El especialista apuntó que “mientras dure este proceso caerá la oferta de terneros y novillitos para faena y con ello caerá de manera significativa la oferta de carne vacuna destinada al mercado interno y, por ende, los precios tenderán a seguir subiendo. Del mismo modo caerá la faena de hembras por retención para recuperación de vientres productivos que permitan incrementar la producción de terneros”.
Tonelli estimó que “la suba que se ha dado en el último mes en todas las categorías de vacunos continuará hasta el momento que se conozca el ganador del 22 de noviembre y más allá, hasta la puesta en marcha de los cambios esperados”.
Aclaró que “es importante entender que las subas ya están descontando una parte no menor del efecto de las nuevas medidas sobre los precios, de modo que no hay que esperar que luego de los anuncios se generen nuevas explosiones de precios”.
La ganadería argentina recupera la expectativa de volver al mundo
Cuando aún resonaban los ecos de las amenazas del Gobierno de bloquear totalmente las exportaciones de carne vacuna, con la intención de poner freno al aumento de precios, las opiniones del sector privado evidenciaban, esta semana, la creciente expectativa por volver a posicionar al país como exportador de carne bovina.
El especialista Víctor Tonelli señalaba que “con un mercado internacional creciendo y con precios que, lejos de caer -como en otros commodities- siguen muy firmes, las carnes argentinas se prepararán para volver en condiciones competitivas”. Advertía, no obstante, que “inicialmente habrá una fuerte escasez de materia prima, es decir, novillos trazados”.
El empresario de San Carlos Francisco Castillo apuntaba por su parte que “si se llegara a exportar bien, quedarían los cortes menos demandados en el exterior (que son los de mayor consumo en el país) con precios más bajos para el consumo interno”.
A su turno, el dirigente ganadero sureño y gerente de Litexco, Martín Caro, consideró que, en el sector, “están dadas las condiciones para que, con ciertos estímulos, como puede ser una adecuación en el tipo de cambio y algún ajuste en la política de comercio exterior, Argentina pueda recuperar parte de los mercados externos que ha ido perdiendo en los últimos años. De esta manera, con menos volumen disponible, se oxigenaría el mercado interno”.
Este eventual escenario crearía aún “mejores condiciones para que la cadena bovina local pueda aportar un volumen cada vez mayor para atender el consumo de la provincia, porque Mendoza está en condiciones de crecer en producción de carne”.
Mendoza está en condiciones de crecer en producción de carne
Desde San Rafael, el gerente de Litexco, Martín Caro, consideró “importante que, más allá de la coyuntura de negocio, seamos capaces de identificar la situación de la provincia de Mendoza, como demandante y como productora de carne vacuna”.
Advirtió que “en la medida que las variables macroeconómicas le devuelvan competitividad al conjunto de la actividad, la cadena bovina local debería verse beneficiada en una provincia como la nuestra, que es deficitaria en producción de animales gordos”.
El dirigente sureño remarcó que “en un escenario propicio, Mendoza está en condiciones de producir más y de hacerse cargo de proveer a una parte cada vez mayor de la demanda local de carne vacuna, que es un mercado sumamente interesante para nosotros”.
Caro, que preside la Comisión del Cluster Ganadero Bovino de Mendoza, subrayó que “el sector ganadero de la provincia ha definido pautas claras y un organismo (el Cluster) que, con una visión global del sector, diseña políticas a mediano y largo plazo, tras el objetivo de favorecer una mayor participación de la producción local en el abastecimiento de la carne vacuna que se consume en la provincia”.
En este sentido, según datos relevados por el Observatorio Económico del Cluster, la producción mendocina ha venido avanzando en ese sentido. Ese avance, claramente, coincide con la plena vigencia de la Ley 7.074, que dispone un aporte económico del Estado provincial para incentivar la recría y el engorde de hacienda dentro de la provincia.
Caro destacó la calidad de la carne vacuna producida en Mendoza y su aporte a la economía provincial.