Se prende fuego

Gimnasia cayó ante el ‘Fogonero’ y llegó a 15 partidos sin victorias como visitante, Carranza se fue lesionado, se hunde en el descenso y es el equipo más vencido. ¡Que vengan los bomberos!

Se prende fuego

Los récords que rompe son negativos: alcanzó la peor racha histórica de condición de visitante (15 consecutivos sin ganar) y acumula lesionados (Carranza se retiró con una molestia en el primer tiempo y es el décimo jugador del Lobo que se lesiona en el torneo).

Da pasos para atrás y repite errores. Otra vez le convierten de pelota parada, como supo ganárselo Independiente, Villa Dálmine o Gimnasia de Jujuy (sólo por nombrar algunos) y nuevamente errores propios que paga caro como venía de hacerlo ante All Boys.

Gimnasia no vende cara sus derrotas. El Lobo había tenido las más claras en un buen primer tiempo del equipo, pero en el complemento, a los 45 segundos, se acabó el partido. Se pierden las marcas, un defensor se tropieza en el área y Gioda ‘ejecuta’ a Alasia para el 1-0. Douglas se lo encontraba de arriba, no había hecho nada para superar a un Gimnasia que no tiene reacción, que no evidencia rebeldía ante la adversidad.

Tiene mandíbula de cristal, al primer golpe que recibe, lo noquean. Al local le bastó sólo con acertar en una pelota parada y en una ‘guapeada’ de Martin entre tres defensores visitantes para quedarse con el partido. En 13 minutos, el Lobo besaba la lona. Había creado las situaciones más claras de gol del partido sin embargo quedó de rodillas.

Sufre de su pobre contundencia (fuera de la provincia a convertido sólo un gol en sus últimas siete presentaciones) y de elaboración de juego. Sin sociedades futbolísticas ricas, está librado a lo que puedan hacer sus individualidades.

Akerman peleó una pelota en la salida de Douglas, la ganó, la tocó para Vuanello quien se la devolvió y lo puso al goleador histórico de Morón cara a cara con Perafán. Y como le viene sucediendo a Akerman y al Lobo, terminó ganando el duelo el arquero local. Más tarde también lo tuvo en los pies de Giménez, tras una jugada del laboratorio de Labruna. No mucho más.

Se había hecho un buen primer tiempo pero nada que de indicios de que el Lobo se haya despabilado. Ganó uno de los últimos diez y se hunde en los promedios. Se le prende fuego el rancho.

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