Abrir la canilla para lavar, cocinar o tomar agua es una operación tan sencilla y cotidiana que muchas veces se pierde de vista lo que hay detrás: toda una serie de caños interconectados, plantas potabilizadoras en continuo funcionamiento, canales, diques y ríos. Un sistema pensado históricamente para satisfacer uno de los derechos humanos fundamentales.
Para que esto sea una realidad también es necesario un arduo trabajo y planificación pero también inversiones que durante décadas se mantuvieron por debajo de lo esperado, lo que hace que actualmente se necesiten más de U$S 1.240 millones para mejorar un sistema de agua, tanto para consumo como para riego, para una población de casi 2 millones de personas. Este número surge de sumar los costos estimados de las obras necesarias tanto del Departamento General de Irrigación como de Agua y Saneamiento Mendoza (Aysam).
El objetivo de estas obras es aprovechar al máximo la poca cantidad de agua disponible y evitar pérdidas por cañerías viejas y acequias de tierra, donde se desperdicia parte del recurso. Por ello se busca impermeabilizar canales y fomentar el riego por goteo.
La falta de inversiones se vuelve aún más evidente a raíz de la sostenida crisis hídrica, a lo que se suma la creciente preocupación social por el recurso luego del intento de modificación de la Ley 7.722.
Las zonas que han tenido más problemas con el suministro del agua potable durante lo que va del verano han sido la Cuarta Oeste, la Quinta, la Sexta Sección y La Favorita en Ciudad; parte de Las Heras; los barrios Foecyt, Irrigación IV, Esperanza 3 y 4 (Godoy Cruz); así como viviendas de calle Pueyrredón y Viamonte (Luján). Además, en el Sur ha tenido complicaciones la parte alta de San Rafael.
Mientras, para acceder al agua de riego, todos los productores están complicados por la disminución en la dotación desde octubre, pero quienes más lo sufren son las localidades ubicadas al final de cada cuenca como el Oeste de Lavalle, en el caso del río Mendoza, y Santa Rosa y La Paz en el caso del Tunuyán inferior.
Necesario recambio
Un monto estimado en U$S 1.000 millones es lo que necesitaría Aysam para renovar el 50% de los caños de agua y cloacas (sistemas de un total aproximado de 4.000 kilómetros cada uno) que ya cumplieron su vida útil y que suelen generar pérdidas y molestias por rupturas frecuentes.
Sin embargo, tal como remarcó Alejandro Gallego, titular de la empresa estatal, es imposible hacer este recambio todo junto. "Hemos pedido más de $ 1.000 millones (más de U$S 16 millones al dólar oficial) en distintos ámbitos para invertir durante 2020; no podemos pensar en hacerlo todo de un día para el otro", explicó. Destacó que, trabajando en este sentido, se iría mejorando la eficiencia del sistema. "Son caños de más de 40 años por lo que no debería sorprendernos si se rompen", reconoció.
Pero éste no es todo el dinero que necesita este año Aysam, sino que esperan contar con $ 100 millones del Presupuesto -que todavía no se aprueba- para ampliar la planta Alto Godoy con miras a mejorar la situación de las zonas que sufrieron recientemente desabastecimiento en el Gran Mendoza. "Es una obra bien importante para resolver parte del problema, porque ninguna obra va a resolver todo el problema en su conjunto", aclaró Gallego. Mientras, en San Rafael también tienen en proyecto una nueva planta potabilizadora, aunque no se detalló el monto de la inversión que requeriría.
La instalación de medidores hogareños es otro aspecto que está en cartera, lo que apunta a que cada usuario haga un consumo responsable. Actualmente de los 400.000 conectados a Aysam en toda la provincia, sólo un 10% tiene este sistema que obliga a pagar por lo que se consume. "Aquí la idea también es avanzar de a poco. De hecho estamos trabajando con distintos proveedores y bancos para tener, a fines de febrero, un proyecto para presentar al secretario de Servicios Públicos", adelantó el titular de la empresa estatal. La idea es instalar entre 30.000 y 40.000 por año, aunque por el momento no conoce con exactitud cuánto costaría esa cantidad.
Con respecto a las zonas no servidas en la provincia, Gallego adelantó que un proyecto de la municipalidad de Capital permitirá conectar a los barrios del Oeste que todavía no cuentan con el suministro. Se trata de una inversión de $ 350 millones que, como precisó el titular de Aysam, la Municipalidad de Ciudad estaría en condiciones de adjudicar. "Esto mejoraría la distribución y permitiría conectar a nuevos usuarios tras el crecimiento enorme que ha tenido esa zona", manifestó.
Reconoció que es uno de los puntos donde han detectado gran cantidad de conexiones clandestinas. Más allá de las inversiones necesarias a futuro, Gallego también destacó que durante la anterior gestión se hicieron inversiones por más de $ 1.900 millones.
Mejorar la eficiencia
En Irrigación han elaborado un presupuesto de U$S 240 millones para mejorar 90.000 hectáreas de las 300.000 que se riegan hoy. Tal como detalló Rubén Villodas, director de Gestión Hídrica, esto incluye impermeabilizaciones de los canales de la red primaria que restan (que hoy está impermeabilizada en un 90%) como el Santa Rosa-La Paz; así como obras importantes en el Sur y construcción de nuevos reservorios de agua de pequeñas dimensiones, que permiten que cada zona administre mejor el agua de riego.
Para el funcionario, frente a la crisis hídrica hay tres formas de aumentar la disponibilidad del agua: utilizar el agua subterránea (que dependiendo de la zona se puede utilizar más o menos), reutilizarla a través de plantas depuradoras (que se utiliza en Lavalle para ciertos cultivos específicos) o mejorar su eficiencia en el uso. Justamente en este último punto es donde más se está haciendo hincapié.
Con este objetivo se necesita principalmente mejorar la impermeabilización de los canales secundarios que sólo llega al 13%. "Para esto hacen falta inversiones de muchos millones de dólares que dependen de préstamos internacionales donde el Estado provincial sale de garante y el usuario devuelve el 70%", indicó Villodas.
Reconoció que, a través de los años, se podría haber impermeabilizado más pero aseguró que hace tiempo que estos préstamos no están disponibles.
El funcionario también destacó que, en este sentido, también se puede trabajar en mejorar la eficiencia de cada finca, lo que presenta dos opciones. Lo más mencionado es la instalación del riego por goteo, que hoy alcanza un 20% de las hectáreas regadas aproximadamente (con zonas de mayores porcentajes como en el Tunuyán superior).
"Se habla de poner riego por goteo en todos lados y evidentemente es más eficiente que el riego a manto pero su implementación presenta varios problemas", consideró el director de Gestión Hídrica. Para su instalación hay que pensar en una inversión inicial de U$S 4.000 por hectárea, más el costo de mantenimiento. "Con estos números la rentabilidad de los productos agrícolas no es suficiente. Además hay que pensar en la disponibilidad de energía", remarcó.
Para Villodas lo más viable, por su costo y efectividad a corto plazo, es trabajar intra finca para hacer el riego más eficiente. "Por ejemplo, acortar los largos de surcos, aumentar los caudales, mejorar tiempos de riego, pequeños ajustes en la nivelación, entre otros", enumeró. Reconoció que esto se ha comenzado a ver de forma espontánea. "Cuando hay menos agua la gente se las arregla para poder regar mejor", expuso y detalló que se pierde la mitad o más del agua que llega hasta la puerta.
Otras inversiones en obras para agua potable
Además de Aysam, en la provincia algunos departamentos administran el agua y saneamiento de forma particular. También existen más de 100 pequeños operadores controlados por el EPAS.
La Municipalidad de Luján provee agua potable al 85% del departamento (quedan exceptuados Ugarteche, una parte de Chacras, La Puntilla y Carrodilla). Cuentan con dos plantas potabilizadoras y pozos para extracción de agua.
Como detalló Esteban Allasino, jefe de gabinete de la comuna, allí tienen un programa para mejorar la infraestructura en el que tienen previsto invertir este año $ 50 millones en ampliaciones, recambio de válvulas, mejora de tecnología de medición, entre otras.
También incluyen un presupuesto de $ 50 millones más para mantenimiento de pozos. A esto se suman $ 60 millones para mantener el servicio.
Pero además Allasino remarcó que, para dar una solución sustentable a los vecinos del piedemonte, se deberían invertir no menos de $ 500 millones.
La Municipalidad de Maipú también provee este servicio a prácticamente la totalidad del departamento y comparte la actividad con seis pequeños operadores comunitarios. Se trata del segundo operador en magnitud de la provincia luego de Aysam, con cuatro plantas potabilizadoras y 50 perforaciones de agua subterránea.
El municipio maipucino prevé invertir, para el ejercicio 2020, $ 19 millones en obras nuevas y $ 178 millones en operativos de funcionamiento.
El 45% del río Mendoza se destina al consumo
La persistente crisis hídrica ha modificado los porcentajes del agua que se destina a los diferentes usos. Como la prioridad es el consumo y en el Gran Mendoza hay que abastecer a 1,3 millón de personas, actualmente este uso se lleva entre el 40% y 45% del agua del río Mendoza, cuando en años normales solía mantenerse en el 10%. Del total le queda un 50% al uso agrícola, cuando solía ser el 80%. Por esta razón los productores agrícolas de esta cuenca sienten las reducciones desde octubre. De hecho, se prevé que reciban 4.800 m3 hectárea/ año de agua cuando una hectárea de viña necesita unos 8.000 m3 hectárea/año y las hortalizas aún más.