El ultraderechista Jair Bolsonaro fue elegido presidente de Brasil, en una elección marcada por la bronca de millones de brasileños tras años de una grave crisis institucional y el descrédito de las viejas clases políticas.
Bolsonaro, un controvertido ex militar de 63 años, ganó la segunda vuelta de las presidenciales con al menos el 55,18 por ciento de los apoyos, frente al 44,82 por ciento que obtuvo el izquierdista Fernando Haddad, según el escrutinio oficial al más del 99,7 por ciento de los votos válidos.
Bolsonaro era desde hace semanas claro favorito para ganar unos comicios marcados por una alta polarización política, y será el primer presidente de extrema derecha en el gigante sudamericano tras el final hace 33 años de la última dictadura militar (1964-1985).
"No se podía seguir 'flirteando' con el socialismo, el comunismo, el populismo y el extremismo de izquierda", dijo Bolsonaro en su primera intervención después de que se conociera su victoria.
Muchos de sus compatriotas ven al nuevo jefe de Estado, calificado como el "Donald Trump brasileño" por su agresivo discurso nacionalista, como un peligro para la democracia en la economía más grande de América Latina.
Entre varios otros escándalos, el presidente electo es polémico por sus insultos a mujeres, negros y homosexuales, y por sus elogios de la tortura y de la dictadura.
"Nuestro Gobierno será constitucional y democrático", dijo Bolsonaro en su discurso transmitido en las redes sociales, casi el único espacio en el que se expresa públicamente después de haber sido acuchillado a comienzos de septiembre durante un atentado ocurrido en plena campaña electoral.
"Lo que ocurrió en las urnas no fue la victoria de un partido, sino la celebración de un país por la libertad", agregó.
El rival
Haddad reconoció su derrota en una breve comparecencia en su sede de campaña en San Pablo, pero evitó felicitar a Bolsonaro. "Vivimos un período en el que las instituciones son colocadas a prueba en todo instante", dijo el político de 55 años del Partido de los Trabajadores (PT).
"Tenemos una tarea enorme en el país, que es, en nombre de la democracia, defender el pensamiento, las libertades de los 45 millones de brasileños que votaron por nosotros", agregó Haddad, quien les pidió a sus seguidores que “no tengan miedo” por lo que vendrá.
Junto al "delfín de Lula" se encontraba la ex presidenta Dilma Rousseff, quien fue vitoreada por los presentes al grito de "Dilma, guerrera de la patria brasileña".
El heredero de Lula da Silva llegó a la segunda vuelta impulsado por la alta popularidad del carismático ex presidente, pero cargó con el lastre de los casos de corrupción atribuidos al PT en el marco de la megacausa "Lava Jato".
Lula, celebrado por haber sacado a millones de personas de la pobreza durante sus dos mandatos (2003-2010), cumple hoy una pena de cárcel de 12 años por cargos vinculados con "Lava Jato". Bolsonaro llega a la presidencia impulsado por el voto de protesta de millones de brasileños hastiados de las revelaciones de corrupción, la crisis económica y la ola de violencia que castiga en los últimos años al país.
El atentado que sufrió el 6 de septiembre lo ayudó en parte a cimentar su popularidad. Su ausencia en los debates y en las calles la compensó con su presencia masiva en las redes sociales.
La investidura de Bolsonaro será el 1 de enero de 2019. Más de 147 millones de brasileños estaban llamados a las urnas en la elección más grande de América Latina.
Brasil está sumido desde 2014 en una fuerte crisis institucional por los casos de corrupción y a ello se suman los efectos de una dura recesión, que condujo a una contracción del 7 por ciento del producto interno bruto (PIB) entre 2015 y 2016, y una ola de violencia e inseguridad. En 2017 fueron asesinadas más de 63.000 personas en el país.
Bolsonaro cosechó apoyos en amplios sectores de la población, incluso entre votantes más moderados, con su agresivo discurso contra las élites políticas y sus promesas de mano dura.
Temer prepara la transición
El presidente brasileño, Michel Temer, felicitó al mandatario electo, Jair Bolsonaro, y declaró que está convencido de que el líder de la ultraderecha gobernará el país "con paz y armonía". Tras conocerse los resultados, Temer dijo a periodistas que se comunicó telefónicamente con Bolsonaro y le garantizó una transición "tranquila" y que pondrá a su disposición toda la información del Gobierno, sobre aquello que "se hizo" y sobre lo que considera que "aún falta" por hacer.
Temer destacó que “cuando se cita a unas elecciones el pueblo ejerce un poder que es suyo y hoy (por ayer) decidió quién dirigirá el país con soberanía”.
Los saludos de la región y el llamado de Trump
El presidente de Argentina, Mauricio Macri, fue uno de los primeros mandatarios de la región en saludar a Jair Bolsonaro. "Felicitaciones a Jair Bolsonaro por el triunfo en Brasil. Deseo que trabajemos pronto juntos por la relación entre nuestros países y el bienestar de argentinos y brasileros", escribió Macri en Twitter.
Además, la Cancillería Argentina emitió un comunicado para saludar al ex militar y destacar "los fuertes lazos históricos de amistad y cooperación que unen a los dos países hacen de Brasil un socio estratégico indiscutible de la Argentina, lo que se refleja en la variedad y relevancia de los temas que componen la agenda común".
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, así como el secretario general de la OEA, el uruguayo Luis Almagro también enviaron saludos al ganador.
Trump
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump también saludó a Bolsonaro, quien durante su discurso comentó: "El presidente de Estados Unidos acabó de llamarnos y nos deseó buena suerte. Obviamente fue un contacto amigable". "Queremos, sí, aproximarnos a varios países del mundo sin connotaciones ideológicas y por eso tenemos la necesidad de un buen ministro de Relaciones Exteriores que converse con todo el mundo", afirmó el flamante presidente.