"Sobre un barco de papel" es la propuesta del teatro local de esta semana que tiene una función prevista para el próximo sábado 13 de septiembre a las 22 en la Enkosala Gladys Ravalle de Godoy Cruz - Almirante Brown 755,casi Chacabuco-.
La obra de la escritora María Rosa Pfeiffer será interpretada por Gladys Ravalle y Diana Wol bajo la dirección de Juan Cristobal Comotti.
La obra plantea la incomunicación, el desencuentro y la soledad de dos mujeres (madre e hija), con un texto que aporta un original planteo espacial.
Aparecen los conflictos e intereses de dos generaciones, la educación represora, los códigos morales, los tabúes, la visión de la muerte y la necesidad del amor en el plano de la conciencia y la inconciencia. El texto reflexiona sobre el universo femenino mediante la liberación de los fantasmas interiores, los recuerdos de la infancia, retazos de sueños de la adolescencia, la juventud y la vejez; y es al mismo tiempo una mirada a la vida en un pequeño pueblo en un país, “nuestro país”.
RESEÑA DE LA OBRA:
En una antigua casona, dos mujeres casi etéreas, como si pertenecieran a una zona de ensoñación: madre e hija. Dos monólogos entrecruzados construyen la historia.
Una de ellas empuja por vivir, gozar, viajar; y la otra lentamente se va apagando, en un pueblo del interior, que no puede reconocerse a sí mismo porque no tiene un río, ni un lago donde reflejarse.
Sueños y recuerdos entretejen el tiempo, que transcurre en el laberinto de esa casa que no les permite escucharse cuando hablan.
Espejadas, reconociéndose y desconociéndose en las palabras de la otra, terminan siendo casi personajes arquetípicos, llenando la vida con el humor y el dolor de lo cotidiano.
SOBRE LA AUTORA MARÍA ROSA PFEIFFER:
Nació en Humboldt, provincia de Santa Fe, Argentina, en 1958. Dramaturga, actriz, directora teatral, artista plástica, docente e investigadora. Autora de más de cuarenta obras teatrales. Obtuvo becas, premios nacionales e internacionales
de ensoñación: madre e hija. Dos monólogos entrecruzados construyen la historia.
Una de ellas empuja por vivir, gozar, viajar; y la otra lentamente se va apagando, en un pueblo del interior, que no puede reconocerse a sí mismo porque no tiene un río, ni un lago donde reflejarse.
Sueños y recuerdos entretejen el tiempo, que transcurre en el laberinto de esa casa que no les permite escucharse cuando hablan.
Espejadas, reconociéndose y desconociéndose en las palabras de la otra, terminan siendo casi personajes arquetípicos, llenando la vida con el humor y el dolor de lo cotidiano.