Maximiliano Guerra presentará su versión de la obra de danza clásica "El lago de los Cisnes" del 10 y al 14 de julio en la provincia. Junto al Ballet de la UNCUYO actuarán bailarines seleccionados en audiciones recientes. También tendrá como invitado a Nahuel Prozzi, del Ballet Estable del Teatro Colón.
Desde hace dos meses, el Ballet que dirige Marisa Manyegüi trabaja en el estreno de la versión con coreografía y dirección de Maximiliano Guerra, y con la asistencia de Myriam Barroso. La música seleccionada es parte de la obra de Tchaikovsky.
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Las funciones serán a las 21.30 en la Nave UNCUYO. La entrada general tiene un valor de 500 pesos y de 400 pesos con descuento para jubilados, estudiantes, egresados y personal de la UNCUYO. Se adquieren en la boletería de la Nave (Maza 250 de Ciudad), de martes a viernes de 10 a 14 y de 19.30 a 21.30, y sábados y domingos de 17.30 a 21.30. También en www.entradaweb.com
La versión de Guerra
El lago de los cisnes, es una obra, por demás conocida, que vive en el inconsciente colectivo del mundo entero. En la versión de esta magnífica obra, del coreógrafo Marius Petipá, Guerra busca darle un giro desde la historia ya conocida, mezclándola con el cuento original. Desde el primer acto se encuentra a Odette (la princesa cisne), la prometida de Sigfrido (el príncipe).
Siendo el cumpleaños de Sigfrido, luego de los festejos, Odette decide ir a dar un paseo por el bosque. Es raptada por el viejo brujo Von Rottbart que quiere desposarla para tomar el trono del rey padre de Odette, que había fallecido poco tiempo antes. Ante la negación de aceptar la propuesta de Odette de desposarse, Von Rottbart la transforma en cisne. Sigfrido al saber de la desaparición de Odette y lo sucedido con el hechizo, saldrá a buscarla para salvarla de su sufrimiento, exponiendo su vida por el amor hacia ella. Entonces, aparece un príncipe Sigfrido mucho más heroico que en otras producciones.
Manteniendo la esencia primordial de “El lago de los cisnes”, Maximiliano propone un perfume diferente, conservando la magia clásica de este ballet, que es el símbolo de los ballets románticos. "Un gran desafío y una adrenalina especial me llevan a hacerlo", opinó el bailarín.