Hay que tener cuidado con tentarse de pagar en cuotas. En especial si la tarjeta es no bancaria, ya que una de las más grandes, como es CMR, anunció nuevas tasas de financiación: pasó de tener un costo financiero total del 180% anual a uno del 210% para las dos cuotas, mientras que para las 12 cuotas el aumento fue del 201% a 238% y del 234% a 292% para las 24 cuotas, por lo que termina cuadruplicando el precio del producto.
En las tarjetas bancarias el costo de las 12 cuotas no es mucho menor, ya que el CFT asciende al 197%. Lo que sí es muy conveniente, en cambio, es la tasa del Ahora 12 del 25% de costo financiero total, pero desde el mes pasado quedó como un beneficio aplicable solo a los titulares de tarjetas emitidas por bancos.
Los plásticos no bancarios tenían una tasa más alta, del 74% en los planes oficiales, pero el 30 de agosto terminó el plan para ellos, que deben pagar ahora un costo del 197% por las 12 cuotas. Por lo tanto, quien adquiere un producto en doce pagos termina pagando el triple luego de un año.
La morosidad en el circuito extrabancario (tarjetas de supermercados, cadenas de retail o shopping) triplicó a la existente en los préstamos personales: pasó de 8% a 25%.
Si bien el programa Ahora 12 sigue vigente para las tarjetas emitidas por bancos, la morosidad en el circuito extrabancario (tarjetas de supermercados, cadenas de retail o shopping) triplicó a la existente en los préstamos personales: pasó de 8% a 25%.
Es que sus usuarios o bien no califican para los bancos, o los límites que se les asignan resultan insuficientes. Además, en una tarjeta no bancaria, el costo del 200% resulta, en muchos casos, impagable. Damián Di Pace, director de Focus Market, sostiene que esta nueva suba de costos es insostenible en un contexto donde la mora, tanto en tarjetas de crédito como en personales, se incrementó y está en los niveles más altos desde 2007.
Además, recalca que las ventas minoristas están cayendo 18% según CAME, y las operaciones que son más financiables como bienes durables, electrodomésticos y telefonía, “son las que se verán más resentidas por esta suba de tasas por parte de las tarjetas no bancarias, sobre todo en cadenas de tiendas minoristas, que usan este tipo de instrumentos para financiar a sus clientes”.
“El consumidor, en tanto, al aceptar este CFT en un contexto de pérdida de poder adquisitivo y caída de los ingresos, le puede generar una mochila de plomo, entrando en mora con la tarjeta de crédito y perdiendo financiación de corto y mediano plazo, generando una situación de restricción al crédito mayor”, alerta Di Pace.
El consultor financiero Martín Mazzeo cree que, “con la inflación que no da respiro, y el dólar corriendo a más del 70% de TNA, los consumidores de menores recursos y con menor acceso al crédito no tienen otra opción que apalancarse con las tarjetas de crédito. Esto es aprovechado por los emisores que, por un lado, deben compensar la mora y, por el otro, también precisan tomar crédito a tasas cada vez más altas”.
Para Miguel Zielonka, director de Econviews, las emisoras están tratando de evitar que la gente vaya a plazos más largos, porque el aumento es más importante en 24 cuotas: “Al aumentar la morosidad y el riesgo de recobrar el dinero, aumenta ese componente del costo de prestar, más allá de que suban las tasas en el mercado, donde las tasas activas siguen firmes independientemente de que las tasas pasivas de corto plazo estén bajando algo con las Leliqq".