A los 41 años, Casey Affleck es el actor de moda en Hollywood. Lleva más de un mes recibiendo premios por su trabajo en la película “Manchester junto al mar”, donde encarna a un hombre que debe hacerse cargo del hijo adolescente de su hermano fallecido.
La película, que aquí se estrena el 23 de febrero, tiene seis candidaturas al Oscar, incluidos mejor película, director y actor, en la ceremonia que se llevará a cabo el 26 de febrero.
Por supuesto que Casey Affleck es el favorito y basta para demostrarlo que ya ganó el Globo de Oro, el National Board of Review, el Critics’ Choice Movie Award, el AACTA Internacional Award, el Premio Gotham, el Premio Satellite, además de los galardones de las asociaciones de críticos de Nueva York, de Atlanta, de Boston, de Chicago, de Filadelfia, etc., etc.
Sin embargo, a pocos días del Oscar, hay algunas personalidades de la Academia y de la industria misma que no ven con buenos ojos que se le entregue una estatuilla dorada a un hombre que, en 2010, recibió sendas denuncias de acoso sexual por parte de dos mujeres que participaron en el rodaje de una película que el propio Casey dirigió.
Aquellas denuncias, que hoy se vuelven como un boomerang para el hermano más chico de Ben Affleck, fueron hechas por la fotógrafa polaca Magdalena Gorka y la productora canadiense Amanda White, quienes trabajaron junto a Casey en la película “Todavía estoy aquí: los años perdidos de Joaquin Phoenix”, un falso documental sobre el actor que en 2008 anunció que se retiraría del cine para dedicarse al rap (Casey estaba casado entonces con la hermana de Phoenix, Summer, con la que tuvo dos hijos).
Tanto White como Gorka afirmaron entonces que Casey les hacía constantes proposiciones sexuales que ellas rechazaban, al punto que un día, luego de varios mensajes telefónicos ofensivos, Gorka decidió denunciar legalmente a Affleck por haberse metido en su cama totalmente borracho y en ropa interior.
White, por su parte, declaró que Affleck se refería a las mujeres como “vacas” y que una noche ella no pudo ingresar a su habitación porque Phoenix y Affleck, los cuñados, estaban encerrados adentro mientras tenían sexo con dos mujeres.
Gorka, que terminó renunciando a la producción por considerarla “la experiencia más traumática de su carrera”.
Por todo ello, sumado a que ninguna de las dos figuró en los créditos finales de la película, White exigió dos millones de dólares como compensación en un tribunal de Los Ángeles, mientras que Gorka elevó la suma a dos millones y medio.
Casey Affleck negó todas las acusaciones y contrató a un reconocido abogado de Los Ángeles para que llevara su caso.
Finalmente, ambas partes llegaron a un acuerdo económico que nunca hicieron público para evitar que los medios se entrometieran. Lo cierto es que las dos denunciantes nunca más volvieron a hablar del tema.
El caso empezó a ser desenterrado hace algunos meses por ciertas revistas del espectáculo, aunque nadie pareció darle demasiada importancia al principio, teniendo en cuenta todos los premios que ganó después el actor.
Sin embargo, hoy el tema está viralizado en las redes gracias a algunas actrices de impronta feminista que levantan sus banderas en contra del actor al tiempo que buscan una excusa para salir del anonimato.
La vuelta a las raíces
El próximo papel de Casey Affleck en el cine, después de la aclamada “Manchester junto al mar”, vuelve a traer al actor al cine independiente donde se inició.
Se trata de la película “A Ghost Story”, que cerró ayer el Festival de Cine Independiente de Sundance y donde Affleck comparte protagonismo con la actriz Rooney Mara.
En la película, que dirigió David Lowery, el actor aparece envuelto en una sábana y sin decir palabra durante casi la mitad del metraje.
Ambos encarnan a una pareja que parece estar disfrutando de las delicias de la vida doméstica, pero la relación se ve desgarrada cuando el personaje protagonizado por Affleck muere en un accidente.
A partir de allí, pasa el resto de la cinta como un fantasma, confinado en su hogar rural y texano, incluso después de que su compañera de duelo se mude.
Peter Debruge, el principal crítico de cine de la revista Variety, consideró que es uno de los pocos actores que pueden transmitir tanto con una sábana sobre la cabeza como sin ella.
Aunque el actor no estuvo presente en el Festival de Sundance, su actuación recibió aplausos entusiastas por parte del público.
Feministas al acecho
El hecho de que un caso que parecía enterrado hace años vuelva ahora a hacer ruido en la superficie, puede llegar a cambiar la opinión de varios votantes de la Academia y alejar a Casey Affleck de un premio artísticamente merecido. Sin embargo, no parece haber hecho mella hasta ahora (el actor se alzó con el Globo de Oro y con los numerosos premios posteriores sin que prácticamente se hablara del tema).
De todos modos, la semana pasada en Francia el propio Roman Polanski debió renunciar a presidir los premios mayores del cine francés, los César, debido a las protestas de un grupo de feministas galas que amenazaron con boicotear la ceremonia que tendrá lugar el 24 de febrero en París.
El cineasta polaco sigue vinculado a un proceso judicial iniciado en 1977 en los Estados Unidos, que lo acusa de haber mantenido relaciones sexuales con una menor de 13 años. Si bien cumplió condena por el episodio -por demás confuso- y la propia víctima retiró los cargos y lo perdonó, Polanski sigue hoy sin poder entrar a los Estados Unidos, a pesar de haber ganado el Oscar como mejor director en 2003 por “El pianista”.
Cabe esperar que las feministas de Los Ángeles no sigan, en el caso de Affleck, el ejemplo de sus pares francesas.