Un informe fiscal, desarrollado por el CEM (Consejo Empresario Mendocino), analiza la situación de las cuentas públicas provinciales en el período 2007-2016 dando cuenta del deterioro progresivo durante los últimos 10 años.
El estudio revela que mientras el PBG provincial creció, en términos nominales, siete veces entre 2007 y 2016, las erogaciones totales del Estado provincial lo hicieron más de once veces en el mismo período.
Así las cosas es que las erogaciones pasaron de 4.597 millones de pesos a 52.646 millones de pesos corrientes, mientras que el PBG saltó de 31.894 millones de pesos a 224.980 millones de pesos corrientes.
En consecuencia, mientras el gasto público provincial representó el 12% del PBG de Mendoza en 2005 y 14% en 2007, llegó al 23% en 2016, algo por debajo de 2015 cuando alcanzó el 24%, según datos del CEM. Es decir, que en algo más de diez años prácticamente se duplicó el peso del sector público en relación a la economía local.
El problema es que mientras más subió el gasto público, la presión tributaria provincial se duplicó en 10 años, aumentando del 3,7% al 7,3% del PBG en dicho período y también subió el empleo público.
Por lo tanto, Ostropolsky indicó: "Necesitamos un Estado más eficiente y controlado en cuanto al gasto, y tenga servicios básicos. Creemos que el ahora gobernador está haciendo las cosas correctamente".
Recursos
El informe también toca el aspecto impositivo y los ingresos del Estado local. Así es como señala que durante 2007 y 2016 hay una menor incidencia de coparticipación Federal y Regímenes Especiales y un aumento del peso relativo del impuesto a los ingresos brutos.
Así es que hace diez años, el primero de ellos representaba el 49% de los ingresos percibidos por el Estado provincial, 22.220 millones de pesos, mientras que en el último año fiscal bajó al 45% -21.638 millones de pesos-.
Diferente fue el caso de ingresos brutos que pasó de 18% a 27% en 2016. Así fue que el Ejecutivo local recaudó en el último año fiscal 12.926 millones de pesos por este último gravamen. Según remarca el informe, el impuesto se multiplicó 16,1 veces en el período, junto a importantes aumentos en alícuotas, compensando así el menor desempeño relativo de otros impuestos provinciales.
Federico Ostropolsky, presidente del CEM, señaló que esto está relacionado directamente con un Estado que gastó por encima de sus ingresos y ahorros y la herramienta de financiar ello fue por medio de subir impuestos.
Los que puede controlar, justamente en la provincia, son los Ingresos Brutos. El problema, que mencionó además el Ejecutivo, "es que esta forma luego no se ve reflejada en buenos servicios, como salud, educación y seguridad, lo que se traduce además en mayor presión impositiva".
Como explicó el empresario, el informe pone en números cómo se ha deteriorado el ahorro corriente del gobierno que da como resultado que en ocho de los diez años considerados, el gasto corriente creció por encima de los recursos corrientes.
En 2016, la provincia contaba con un monto de 48.643 millones de pesos provenientes de recursos corrientes, mientras que las erogaciones corrientes en el año fiscal 2016 fueron 49.726 millones de pesos. Por lo tanto, el ahorro corriente fue negativo por -1.083 millones de pesos (-2,3%).
De este modo es que explican desde la CEM que el déficit y las limitaciones al financiamiento restringieron las posibilidades de afrontar erogaciones de capital significativas en el período.
Así, la obra pública financiada con Presupuesto provincial se fue debilitando hasta alcanzar su mínima expresión de la serie durante 2016, con $ 1.302 millones, sólo 2,7% de los recursos corrientes y 22% por debajo del valor nominal de 2015, dependiendo así, casi exclusivamente, de la capacidad de endeudarse, en un contexto difícil para obtener financiamiento conveniente y a largo plazo.
En consecuencia, el resultado operativo de las cuentas provinciales (diferencia entre ingresos y erogaciones) pasó del último superávit en 2008 hasta alcanzar el máximo déficit de la serie en 2015, con $ 4.908 millones o 13,7% de los recursos corrientes.
Por lo tanto, en nueve de los diez años analizados, la Provincia tuvo déficit operativo. En 2016, el déficit se redujo en $ 1.884 millones respecto de 2015, como consecuencia de una reducción del déficit corriente que alcanzó los $ 1.392 millones, y una disminución del déficit de recursos de capital por $ 491 millones.
Eficiencia y plan de inversión estatal
Los técnicos del Consejo Empresario Mendocino no discrepan mucho con el diagnóstico que ha realizado la administración Cornejo, aun antes de asumir la gobernación. Pasado más de un año de gestión, en el informe señalan que "la tarea de ordenamiento de las cuentas fiscales va en el sentido correcto.
Es necesario, sin embargo, redoblar los esfuerzos, especialmente en lo referido a la gestión eficiente del gasto, con el ojo puesto en el servicio al ciudadano, y en un plan de inversiones públicas en infraestructura básica para el desarrollo que necesita imperiosamente nuestra provincia”.
En el informe del Consejo Empresario Mendocino (CEM) también explican que “entre los aspectos salientes del período analizado (2007-2016) se destaca la caída del ahorro corriente, lo que fue restringiendo la capacidad del gobierno provincial de realizar erogaciones de capital significativas (obra pública financiada con el Presupuesto).
El ahorro corriente se extinguió desde 2011, luego de alcanzar el 18,8% de los recursos corrientes en 2005. En 2016 se advierte una notable reducción del déficit corriente que alcanzó los $ 1.083 millones versus los $ 2.476 millones registrados durante 2015%”, indican los técnicos del CEM.
También indican que el gasto de personal creció 1.204% entre 2007 y 2016, alcanzando los $ 28.674 millones a finales del año pasado.
"Este ritmo fue mayor al de las erogaciones corrientes, que crecieron un 1.156% en el mismo período y superior al incremento del 968% en los recursos corrientes ($ 8.643 millones en 2016 contra $ 4.555 en 2007)".
Precisan que el gasto en personal representaba el 48% de los recursos corrientes en 2007, porcentaje que aumentó hasta el máximo de 65% en 2015. En el último año, el Ratio personal/recursos corrientes se estableció en 59% por encima del valor inicial de la serie.
Agregan que “durante todos estos años, hemos ponderado la necesidad y la urgencia de revertir la tendencia y ordenar los números para fortalecer al Estado provincial, alcanzar la sostenibilidad fiscal y brindar los servicios de calidad que los mendocinos esperan y merecen”.
Menos plata en capital
Entre 2007 y 2011 el gasto corriente promedió el 88,5% del total de erogaciones, mientras que, en los últimos 5 años, el porcentaje se elevó a casi 94%. Como contrapartida, se produjo una importante reducción de las erogaciones de capital que llegó al 6%, casi la mitad del 11,5% de los años anteriores.
Así las cosas es que el Estado provincial gastó 49.726 millones de pesos en 2016 en lo que representa pagos para los servicios públicos y de la administración en general o retribuciones de servicios, como salarios, gastos bancarios, etc.
Mientras, el año pasadoel Estado desembolsó para gasto de capital sólo 2.920 millones de pesos. Esto quiere decir erogaciones enfocadas a incrementar el patrimonio público.
En este marco, es que el informe analizó que por su monto y peso relativo, el gasto mayor del Estado apunta a personal y transferencias a municipios.
Éste representó el 58% de los recursos corrientes en 2016, revirtiendo una tendencia que alcanzara su máximo en 2015 (61%), pero todavía por encima del 56% de 2007. El año pasado el gasto en personal aumentó un 23% respecto del año previo y 1.204% entre 2007 y 2016.
Este ritmo de crecimiento fue mayor al de las erogaciones corrientes, que crecieron 1.156% en el mismo período y, por mucho, superior al incremento del 968% en los recursos corrientes (48.643 millones de pesos en 2016, contra 4.555 millones de pesos durante 2007).
Asimismo, se observa que las erogaciones por intereses y gastos de la deuda en el total del gasto corriente aumentaron sensiblemente en 2016. Tres son las causas del incremento: una es el aumento del stock de deuda nueva originado en emisiones en pesos (bonos a proveedores) y en dólares (Bono Mendoza 2024), como así también por la capitalización de intereses de deudas existentes.
Otro factor fue la devaluación del tipo de cambio y su efecto sobre el valor en pesos del stock de la deuda denominada en dólares y finalmente el aumento de la tasa de interés, fundamentalmente en pesos, como consecuencia de las políticas monetarias restrictivas dirigidas a contener la inflación.