Nadie podrá negar que el Club Israelita Macabi es sinónimo de básquet. Uno ingresa al club de calle avenida España y en cada rincón se escucha que retumba el pique de una pelota de básquet. Lo mismo sucede en el camping ubicado en calle Las Cañas de Guaymallén. El Celeste siempre fue protagonistas de los torneos locales.
Tocó el cielo con las manos en el año 2003 cuando salió campeón de Mendoza de punta a punta. Es imposible olvidar el campeonato que ganó en el primer semestre del 2008, cuando reventó las tribunas del estadio de la Federación de Box. Sin embargo, tras esa final perdida ante General San Martín en la Liga C en el año 2009, todo cambió por completo.
Todo se derrumbó. Y el Celeste tocó fondo a fines del año pasado. Cuando en su estadio cayó ante San Carlos y descendió a la A3. Hoy, nivel II. Había que resurgir. Y la familia Celeste se puso a trabajar. Jugadores de la talla de Andy Berman, decidieron volver al club.
Asimismo se sumaron jugadores de jerarquía y experiencia como Joel Sierra y Pablo Rizzo (fue operado y continúa su etapa de rehabilitación). También se sumaron juveniles con experiencia en seleccionados mendocinos como Oreloggio o Maxi Leyton.
La comisión directiva del club, confió en el plantel que estaba y que tenía sed de revancha: Lombardich, Gattari, Bauza, Andreoni, más los juveniles como los hermanos Zlotolow, Rosemblat, Andreoni, Sclar, Kemelmajer. Hoy, Macabi volvió a respirar y sentir el básquet.
Pero, no sólo por el ascenso al Nivel I ni los 24 triunfos consecutivos que lleva hasta este momento. Día a día, se suma un niño más a las prácticas y sueña con convertirse jugador de primera. Hay semillero. Hay futuro.
Sin dudas, que el descenso dolió y duele aún. Pero, se pateó el tablero, se movieron los sentimientos y el club recuperó su imagen. Macabi está de fiesta.