Nervioso, bloqueado, abrumado, apurado, impotente… El Tomba mostró en San Juan su peor versión. Justo en el partido en que más tranquilidad y paciencia necesitaba terminó preso de su propia imposibilidad, perdiendo la cabeza en un final escandaloso.
El error de Godoy Cruz, además de fallar en el momento en el que no había margen de error, fue olvidarse que tenía por delante otro duelo determinante para clasificar directamente a la Copa Libertadores 2017. Santiago García y Jaime Ayoví, integrantes de la mejor dupla de atacantes del primer semestre en el fútbol argentino, fueron expulsados y por ende no podrán estar en el cotejo definitorio ante Estudiantes de La Plata, el próximo sábado en el ‘Mario Alberto Kempes’ de Córdoba.
Una tarde negra
El desarrollo se les hizo siempre cuesta arriba. La dupla no funcionó como tal y el Tomba sintió la ausencia de su juego asociado. Neutralizados los volantes, hubo que lateralizar mucho el juego por las bandas y el Expreso pecó siempre de previsible. Faltó cambió de ritmo, aceleración, rebeldía. Para colmo, cada vez que la pelota cayó por el aire en el área, tanto Ayoví como García tuvieron que fajarse de espaldas con los seguros centrales del Verdinegro.
Conclusión: la dupla fue maniatada. Encima, las únicas dos veces que Ayoví apareció libre de marcas para conectar el cabezazo, falló en ambas. En el primer tiempo, le dio defectuoso a un centro de Abecasis. Y promediando el complemento, tras un tiro de esquina de Pol Fernández, apareció en el punto del penal para meter un cabezazo de pique al suelo que devolvió el travesaño. No había precisión. Y tampoco ligue…
Ante este oscuro panorama, el primero en caer en la trampa fue el Morro García. Se jugaba el minutos 35 del complemento cuando Fernando Zuqui enganchó por izquierda y lanzó un centro al corazón del área que Ardente despejó con los puños. La tarjeta roja en el brazo de Vigliano en alto surgió vehemente y de inmediato. El juez acertó: hubo un codazo del uruguayo sobre el rostro de Daniel Franco. El Tomba perdía a su goleador y jugador clave para la final. Justamente, cuando volvía al equipo tras cumplir la sanción por cinco amarillas.
Por si fuera poco, luego de la corrida de Ezequiel Montagna que terminó en el 2-0 tras el desesperado regreso al arco de Rodrigo Rey (fue a cabecear durante el último córner), Godoy Cruz sacó del medio, la perdieron y Jaime Ayoví no tuvo mejor idea que "talar" con un patadón descalificador a Matías Fissore.
El ecuatoriano, que tenía amarilla (aunque no era la quinta), recibió roja directa y encendió la mecha de un final escandaloso: empujones, encontronazos, golpes y La Yoya haciéndole el gesto a sus colegas de que habían recibido dinero para ganar el partido por parte de San Lorenzo (ver aparte). El Gallego Méndez, que unos minutos antes había sido expulsado por el árbitro Mauro Vigliano, tuvo que interceder para separar y llevarse a sus jugadores por la manga visitante.
Con mucha pena y sin la gloria que había ido a buscar. Así se fue Godoy Cruz del ‘Hilario Sánchez’. El sábado próximo, ante Estudiantes, no tendrá a sus ases de espada: García-Ayoví, la dupla que con sus goles sostuvo gran parte del sueño del campeonato. Y está más que claro. Sin ellos en Córdoba, se desMorrona la ilusión.
"Obviamente que hubo una motivación económica"
“Nosotros jugábamos por algo importante, ellos para llevarse algo en su bolsillo. Obviamente que hubo una motivación económica. No sé si fueron 5 o 10, pero no estaban jugando honestamente. Y me hago cargo de lo que digo”.
En conferencia de prensa antes de retirarse de Pueblo Viejo, Jaime Ayoví no se anduvo con chiquitas y denunció lo que había dicho con los gestos en el campo de juego. Y La Yoya la siguió: “Ellos querían ganar, pero tenían una motivación extra que es el dinero. No hay por qué ocultarlo, no es el primer rival que nos juega así. Tenemos amigos en otros equipos que dicen que llamaban para ofrecerles equis cantidad para bajarnos a nosotros. Igual, tuvimos situaciones de gol claras que no quisieron entrar”".
“Terminamos con la cabeza en alto, defendimos la camiseta a muerte”, dijo orgulloso Ayoví. “Pero al final perdimos la cabeza, son cosas que pasan. Nos deja tranquilos todo lo que hemos hecho en el torneo”, agregó.
Más allá de su denuncia pública, el ecuatoriano aclaró: “Les pido disculpas a los jugadores de San Martín por mi reacción, fue una calentura. Más allá de eso, ellos estaban con una motivación extra. Son cosas de cada equipo”.
“Está claro que hemos hecho una gran campaña en este torneo, pero no pudimos lograr el objetivo principal que era llegar a la final y estamos muy tristes y avergonzados por no darles la alegría a los hinchas de Godoy Cruz. ¿Si fue mi último partido en Godoy Cruz? No lo sé, veremos después del 30 de mayo, ahora tengo que ver cuando me uno con la Selección de Ecuador para jugar la Copa América”.