La definición de la última novela con Juan Román Riquelme sigue siendo el tema excluyente en Boca Juniors, pero el comienzo del día en que el jugador ya es libre no arrojó novedades y el entrenador Carlos Bianchi empieza a perder la paciencia.
El presidente Daniel Angelici, estuvo reunido con Bianchi y trató de tranquilizarlo asegurándole que el arreglo es cuestión de tiempo, aunque la inquietud del entrenador va en aumento.
La expectativa de la conducción del club es resolver la continuidad del ídolo a más tardar el próximo fin de semana, pero por el momento no hay pautado un nuevo contacto de Angelici con el representante Daniel Bolotnicoff.
La preocupación de Bianchi no pasa tanto por el hecho de que Riquelme no haya comenzado la pretemporada con sus compañeros, algo que por una razón u otra ya es habitual, sino por la incertidumbre que se crea sobre la constitución del plantel.
En cuanto a la preparación del jugador, el director técnico siempre le ha adecuado el trabajo a sus condiciones físicas y sabe que el mejor entrenamiento de Riquelme son los partidos.
Lo que más desvela a Bianchi es que, fuera de la llegada de Jonathan Calleri, no hay por el momento más refuerzos, los días de pretemporada pasan y el inicio de la competencia se acerca.
En ese sentido, los dirigentes esperan calmarlo en las próximas horas con la concreción del pase de César Meli, por el que se desembolsará 1,5 millón de dólares.
Una buena noticia para Boca es que Meli no se presentó al entrenamiento de Colón ni figura en la lista de concentrados del club santafesino, lo que indica la presión del mediocampista para que se concrete su transferencia.
El siguiente paso será tratar de sumar a Darío Cvitanich, quien hizo saber a través de Twitter que debía entrenarse con el Niza de Francia a la hora del partido Argentina-Suiza y bromeó que pensaba llevar su celular debajo de una de sus medias.
Por otra parte, los jugadores de que hasta hoy dispone Boca cumplieron el turno matutino de su quinto día de pretemporada con un fuerte trabajo físico, a las órdenes de los profesores Juan Manuel Alfano y Pablo Santella, en la cancha 3 del complejo Pedro Pompilio.
La actividad se inició en medio de una espesa niebla y los futbolistas estrenaron su nueva ropa de entrenamiento, que incluye la publicidad de la automotriz francesa sumada hace poco tiempo a los sponsors.
Andrés Cubas, con alta médica, participó del trabajo con normalidad, mientras que Federico Bravo y Pablo Ledesma continuaron con ejercicios diferenciados y kinesiología.
Los jugadores se retiraron después al Hotel Madero, para almorzar y ver el partido del seleccionado argentino, antes de regresar a Casa Amarilla para los trabajos de fútbol pautados para la tarde.