No se trata de un reclamo nuevo. El planteo se viene reiterando desde sectores de la política nacional y en este mismo espacio nuestro diario se ha hecho eco más de una vez. En virtud de la delicada crisis económica y política es vital insistir con la necesidad de llegar a acuerdos de gobernabilidad para que la institucionalidad en la Argentina no corra más riesgos.
La semana que finaliza fue angustiante en lo referente al rumbo de la economía. Mucha incertidumbre sobre la solvencia de la Argentina puso en aprietos a la flamante conducción de Hacienda del gobierno nacional, con la cual el titular del Ejecutivo buscó hace pocos días enderezar el rumbo y responder al enojo popular con medidas más cercanas a la gente. Era, al menos, la intención.
Mucho influyeron en el clima de tensión apreciaciones en algunos casos desafortunadas o a destiempo de dirigentes de la oposición. Hasta el propio candidato presidencial más votado alarmó sobre la solvencia argentina para hacer frente a sus compromisos con declaraciones que lo volvieron a colocar en una posición desubicada según el actual contexto. El mismo Alberto Fernández suele decir que no quiere adoptar actitudes de presidente electo sencillamente porque no lo es; falta saber si en la cita del 27 de octubre el voto popular ratifica la tendencia que tanto lo favoreció el 11 de agosto.
Por lo tanto, conceptos vertidos en estos días por el presidente Mauricio Macri buscaron oficiar como un cable a tierra en medio de tanta tensión. Es por ello que se hace propicio refrescarlos.
Pidió el primer mandatario tanto en un acto de gestión como también a través de las redes sociales, “responsabilidad y prudencia” en el obrar de políticos y comunicadores “para llevar tranquilidad a los argentinos”.
Destacó Macri que su prioridad pasa por “tender puentes” y dialogar con los distintos actores sociales y políticos que puedan influir en el normal camino institucional del país.
“Todos podemos ayudar desde la responsabilidad y la prudencia. Como presidente es mi única prioridad. Todas mis acciones van en esa dirección, buscando tender puentes y dialogando”, reiteró el presidente de la Nación.
No cabe ninguna duda de que uno de los destinatarios de los mensajes de Macri fue el candidato Alberto Fernández, que alejándose de aquel marco de amabilidad que había armado con el Presidente a partir del diálogo telefónico entre ambos que rompió el hielo, reiteró apreciaciones sobre el manejo político de la crisis en el país que generaron rápida repercusión en importantes medios periodísticos del mundo. La corrida cambiaria y la mirada crítica que tradujo en estos días el riesgo país confirman la inseguridad y desconfianza internacional en nuestro derrotero inmediato.
El cambio de rumbo en la política económica dispuesto por el Presidente significó un gesto de reconocimiento del resultado electoral adverso en las PASO para el oficialismo y también de la flexibilización en la toma de decisiones, algo que no caracterizó mucho en estos casi cuatro años a la actual gestión nacional.
En dicho contexto se debe incluir el debate que deberá dar el Congreso ante las iniciativas anunciadas por el ministro Lacunza el miércoles para estirar los vencimientos de la deuda y así oxigenar la economía. La oposición, principalmente la mayoritaria, perteneciente al conglomerado que lideran el justicialismo y el kirchnerismo, mostró predisposición al análisis de la propuesta pero con reparos. Se pone en duda así el aval legislativo que una medida de urgencia como la movilizada requiere y una vez más entra en juego la capacidad de debate que todo Parlamento debe mostrar por encima de todo.
La vida institucional argentina está siempre al límite.
