Argentina tuvo el placer de disfrutar en el plano internacional todo el talento de Juan Manuel Fangio, quien a lo largo de su trayectoria consiguió cinco títulos de Fórmula 1 con cuatro marcas diferentes. Pero un 6 de julio de 1958, el “Chueco”, le dijo adiós al mundo motor: fue en el circuito de Reims, en Francia.
Fangio hacía tiempo que estaba al volante de la Maserati 250F, y al subirse en el circuito de Reims, al instante notó que algo del auto no funcionaba como él esperaba.
Los amortiguadores no eran los mismos y Fangio le preguntó a uno de sus mecánicos, por qué los habían cambiado, a lo que su respuesta fue que eran pagos por un sponsor del equipo y había que ponerlos sí o sí.
La Fórmula 1 arrancaba con sus primeros cambios, ya que aparecían los auspiciantes, y como era lógico entraba en un proceso de transformación.
El circuito de Reims, Francia, quedaba por siempre en la memoria de los fanáticos argentinos del automovilismo por ser el escenario de la despedida del cinco veces campeón del mundo.
Con 46 años, una campaña extraordinaria, un auto que ya tenía sus mañas, un rival, Mike Hawthow, que no quiso sacarle la vuelta por respeto a su excelente trayectoria y un milagroso cuarto puesto con la Maserati sin pedal de embrague que se había roto por ser alivianado para mejorar el peso, el "Quíntuple" pensó l aidea y al llegar a boxes les comunicó a su equipo: "No corro más".
Cinco veces Campeón del Mundo y dos subcampeonatos, con cuatro marcas diferentes, en 51 carreras, 29 poles, 23 récords de vuelta, 35 podios y 24 victorias.
