Se cumplen 29 años de la bochornosa semi entre Boca y Colo Colo que terminó 120 detenidos

Uno de los capítulos más oscuros de la Copa Libetadores de América. La semifinal entre el Xeneize y el Colo Colo, equipo que gritó campeón.

Se cumplen 29 años de la bochornosa semi entre Boca y Colo Colo que terminó 120 detenidos
Se cumplen 29 años de la bochornosa semi entre Boca y Colo Colo que terminó 120 detenidos

La noche empezó siendo fría como la mayoría durante el otoño en esta parte de Chile. Había un solo lugar en toda la geografía del país donde lo que se vivía era calor, efervescencia, intensidad, clima denso y por momentos hostil. Ese sitio era el Estadio Monumental de Colo Colo, una verdadera caldera que se preparaba para vivir la segunda semifinal de la edición 1991 de la Copa Libertadores de América, la competición a nivel clubes más importante del continente. Cerca de 65.000 fanáticos colmaron el estadio quizás como nunca, la expectativa era muy grande, jamás un equipo chileno había logrado tamaña conquista.

En el partido de ida jugado en La Bombonera de Buenos Aires, el equipo argentino había logrado un triunfo por la mínima diferencia con un tanto convertido por Alfredo Graciani, histórico delantero xeneize.

Apenas apareció en el campo el equipo local, en aquel momento comandado técnicamente por Mirko Jozik, el estruendo, las serpentinas y el papel picado se hicieron presentes de una manera impresionante, como queriendo demostrar que esa noche en Chile no solo jugaban los verdaderos protagonistas, los jugadores.

Desde el arranque, los Albos con futbolistas de gran talla como Jaime Pizarro, Gabriel Mendoza, Pato Yañez y Marcelo Barticciotto se posicionaron de manera ofensiva buscando imponerse rápidamente en el marcador. Gracias a una muy buena tarea de Navarro Montoya y el desgaste defensivo de jugadores como Marchesini, Giunta y Pico, el equipo argentino logró irse al descanso con el partido igualado en cero.

Apenas comenzada el segundo etapa, Carlos Moya, lateral izquierdo de Boca, embate fuertemente contra Patricio Yañez y lo condiciona a seguir jugando claramente en inferioridad de condiciones. Pese a eso, los ataques del equipo local se reiteran uno tras otro. Cuando se veía venir el gol, Menedoza puso en ventaja al equipo local. En ese momento, una multitud de fotógrafos y una llamativa cantidad de gente invadió el campo de juego. Esto además de llamar poderosamente la atención, fue un presagio de lo que vendría después.

La fiesta general parecía desatarse unos minutos después cuando Marcelo Barticcioto, una de las figuras de la noche, marcó de gran forma el segundo tanto para el conjunto trasandino.

Ese tanto parecía dejar al poderoso Boca fuera de combate, sin embargo no fue así y en uno de los pocos descuidos defensivos de local, Diego Latorre de cabeza, poco habitual en él, puso un descuento parcial en el partido que igualaba la serie y la mandaba a la siempre angustiante definición por penales.


    El arquero Navarro Montoya fue mordido por un perro de los Carabineros. / Gentileza.
El arquero Navarro Montoya fue mordido por un perro de los Carabineros. / Gentileza.

Sin embargo, a falta de poco más de 5 minutos para el final, una muy buena pared entre Yañez y Raúl Martinez dejó a este último cara a cara con el Navarro Montoya, con mucha categoría el delantero se la picó y marcó el gol que clasificó a los chilenos para la tan ansiada final de la Copa.

Lo que vino a continuación es una de las tantas historias negras que muestran cada tanto las competiciones deportivas en esta parte del mundo. Peleas, agresiones, corridas, empujones y cientos de imágenes lamentables que nada tienen que ver con una fiesta del fútbol. La increíble cantidad de particulares que se encontraban dentro del campo de juego, más los fotógrafos, sumados a los carabineros, desataron una verdadera guerra contra los jugadores y todo el cuerpo técnico de Boca.

La gresca generalizada dejó como saldo 120 detenidos, 8 heridos e imágenes insólitas que perdurarán en el tiempo como la del perro que mordió a Navarro Montoya, el Maestro Tabarez defendiendose de una agresión realizada por un camarógrafo con su propia cámara o la de Omar Gabriel Batisuta, un astro del fútbol mundial tiempo después corriendo a los propios carabineros por toda la cancha.

Pasado el tiempo, algunos protagonistas han dejado su testimonio de aquella noche, por el lado de Boca, Víctor Marchesini recordó: "Nos sorprendió la agresividad con la que nos recibieron desde que bajamos del avión. Llegar al estadio fue una odisea, incluso hasta entrar al vestuario fue tremendo. En la cancha no es que nos arrinconaron y nos pusimos a pelear, eran distintas peleas por todos lados. Los fotógrafos revoleaban las cámaras con las correas y así le pegaron al Maestro Tabárez. Los polícias, que te daban patadas por debajo de la montonera, protegían a los supuestos periodistas y no a nosotros. Tuvimos temor y miedo, no fue una noche sencilla, fue un caos histórico", aseguró.


    Giunta y Batistuta persiguen a un allegado al Colo Colo que invadió el campo de juego. / Gentileza.
Giunta y Batistuta persiguen a un allegado al Colo Colo que invadió el campo de juego. / Gentileza.

Leonel Herrera, ex delantero de Colo Colo que esa noche estuvo en el banco de suplentes, cuenta una versión totalmente diferente de los hechos: "Fue un partidazo, el ambiente era impresionante. Con los años se puede reconocer que había mucha gente alrededor de la cancha, algo poco frecuente. Había mucha tensión también, los jugadores de Boca se dieron cuenta del poderío de Colo Colo y empezaron a buscar todo tipo de artimañas para ensuciar el partido. Nosotros fuimos inteligentes, mantuvimos la calma y por eso ganamos", relató.

Lo cierto es que fue una noche de delirio y bochorno, otra más lamentablemente, dentro del marco de nuestra querida Copa Libertadores de América.

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