Se cumplen 23 años del partido más bochornoso en la historia de la Selección Argentina y fue ante Bolivia... pero no el 6 a 1, sino el 2-1 en las eliminatoria para el Mundial de Francia 1998.
En ese encuentro los jugadores argentinos fueron agredidos por particulares y la policía boliviana, pero el papelón más grande fue que el chofer de la delegación boliviana golpeó a Julio Cruz en el pómulo derecho y el delantero apareció en el vestuario cortado y ensangrentado, pero en el pómulo izquierdo.
Las imágenes de la batalla campal recorrieron el mundo y dejaron el resultado del partido en un segundo plano.
El nerviosismo argentino era porque con esa derrota la Argentina de Daniel Passarella quedaba quinta en las eliminatorias y se quedaba afuera del Mundial. La historia cuenta que después la Selección hilvanó varios triunfos y clasificó primera a Francia, por encima de Brasil.
El momento de la pelea
Todo comenzó en el entretiempo, cuando un dirigente agredió a la vista de todo el mundo al kinesiólogo argentino.
Ya en el final del partido, Bolivía se había puesto en ventaja, llegaron las expulsiones de Nelson Vivas y Gustavo Zapata y el cabezazo traicionero de "Nacho" González (le pegó de atrás) al jugador Angola.
En medio de ese tumulto, Cruz fue a buscar una pelota al banco de suplentes boliviano para jugar rápido y, luego de forcejear con un par de personas, apareció el chofer de la delegación local y le aplicó un golpe de puño en el pómulo derecho.
Esto generó un caos que terminó en una batalla campal que terminó con los jugadores argentinos agredidos por los policías bolivianos (un oficial roció gas pimienta en la cara de Carlos Roa). Pero lo más vergonzoso fue la foto de Julio Cruz que recorrió el mundo, ya que el jugador apareció con el pómulo izquierdo cortadol, pero el golpe fue en el otro parietal.
Después de ese episodio, cada 2 de abril se recuerda esa batalla que dejó tan mal parada a la Selección Argentina.