Hoy se cumplen 22 años del accidente fatal que sufrió el piloto brasileño Ayrton Senna en el GP de San Marino, en Imola.
El tres veces campeón del mundo (1988, 1990 y 1991) trascendió en este deporte de la F1 y se convirtió en un ídolo y fue fuente de inspiración para muchos.
Ese 1 de mayo de 1994, algo raro había en el ambiente, previo a la final del GP de San Marino. Porque además, aún dolía el accidente de Rubens Barrichelo en los Libres cuando el sábado falleció el rookie Ratzenberger. Y pese a esa muerte, la carrera se disputó igual. Y momentos antes de la carrera, ya en su monoplaza Ayrton Senna presentía algo no muy bueno. Igual la corrió. Y perdió la vida.
"Eres tricampeón, el más rápido del mundo, y te gusta pescar. ¿ Por qué no nos retiramos y nos vamos a pescar?", le pregunto Sid Watkins, médico de la FIA y su amigo. "No puedo dejarlo Sid", le respondió. Senna se subió al coche para disputar la carrera. Fue la última vez que Ayrton da Silva, como se hacía llamar en sus comienzos en karts, se puso al volante del Williams.
Ni un hueso roto tuvo el brasileño. Fue un golpe seco en su cabeza el que acabó con su vida. Senna perdió el control de su coche en Tamburello a más de 300 km/h.
Al día de hoy, 22 años después del suceso, no están claras las causas del accidente. Lo que sí se sabe es que los comisarios encontraron en su monoplaza una bandera de Austria con la que Senna pretendía rendir homenaje a Ratzenberger. Según datos oficiales, Ayrton falleció en el hospital, unas cuatro horas después del impacto.
El ídolo es hoy homenajeados por otros campeones.