La principal ventaja para un país en tener un mercado de capitales desarrollado y una curva de bonos soberana en moneda local es que da información sobre el futuro de manera gratuita, con buen grado de precisión, y por ende tomar una decisión de inversión, de emprender o emigración resulta fortalecida.
Hoy en día la curva de bonos de los Estados Unidos y de China alertan sobre una alta posibilidad de que un evento disruptivo -como una recesión- suceda en los próximos dos años. De acuerdo con un reporte publicado esta semana por la Reserva Federal, las probabilidades de una recesión son del 12%, mientras que para bancos de inversión, como Deustche Bank o Credit Suisse, las probabilidades son del 20% y para algunos fondos de inversión, tal como Pimco, son del 70%.
Inclusive, uno de los directores (James Bullard) del banco central norteamericano manifestó esta semana estar preocupado por el aplanamiento de la curva de bonos, ya que, según sus propias palabras, es un buen indicador sobre recesión.
Una curva soberana de bonos es un buen termómetro para responder sobre en qué parte del ciclo económico (temprano, medio o tardío) está la actividad económica (recesión o expansión). La curva siempre provee información sobre las expectativas de inflación y crecimiento a mediano y largo plazo de un país. La misma se divide en tres segmentos: parte corta, media y larga. La corta comienza con la tasa de referencia del banco central (BCRA, FED) y termina en el bono a 5 años. Este segmento regula la actividad económica (consumo, tarjeta de crédito, préstamos). En contraposición, la parte larga abarca el tramo de los 10 años en adelante, cuyo impacto es la inversión y los factores estructurales del país (política fiscal, tecnología, envejecimiento poblacional, etc.).
En función de los eventos, noticias y datos, la curva de bonos puede tener una forma empinada (buen crecimiento a futuro), aplanada (transición a un nuevo ciclo) o invertida (potencial recesión o evento de mercado, donde los bonos cortos rinden más que los largos).
La diferencia entre el rendimiento de un bono de 2yr y de 10yr se llama diferencial tasas, e indica si la curva está empinada, invertida o aplanada. Es decir, si el ciclo está por cambiar de expansivo a recesivo. Hoy el bono a 2 años de EEUU rinde 2,50% y el de 10yr 2,99%, ergo la diferencia de 49pbs (0,49%) es la menor desde la crisis de 2008. En China también está en un nivel de alerta, 54pbs (3,64% - 3,10%).
Este indicador ganó su fama por ser un buen predictor de potenciales recesiones o eventos económicos para casi cualquier país. Desde 1960 alertó con casi dos años de anterioridad todas las recesiones en los Estados Unidos, inclusive en países como Australia o China o Brasil este análisis tuvo aciertos.
¿Por qué los bonos cortos rinden más que los largos ocasionando que la curva esté invertida? Por lo dicho anteriormente, los bonos de corto plazo están gobernados por la influencia del banco central, la inflación, estabilidad financiera y el consumo, mientras que la parte larga es afectada hoy por la falta de retornos positivos (un bono del Tesoro norteamericano rindiendo 3% es oro para un fondo de pensión, prefiriendo eso a bonos de emergentes con grandes chances de default) y la política de normalización de los 3 bancos centrales poderosos (Estados Unidos, Unión Europea, Japón).
Dicho de otra manera, hoy los inversores creen que la inflación en Estados Unidos llegará al -tan buscado- 2% pero a mediano plazo creen que el banco central deberá recortar la tasa de referencia para estimular la economía y que el plan fiscal de Trump no será tan efectivo como fue su promoción.
Es posible pensar que a medida que vivamos la transición de la curva aplanada a invertida que los retornos de las acciones norteamericanas y quizás globales comiencen a sacar parte de las ganancias otorgadas desde 2008 (casi 300% incluyendo los dividendos cobrados) y que las valuaciones comiencen a ser más atractivas para los inversores de largo plazo (hoy estar invertido en acciones rinde aproximadamente 2%, mientras que un bono 3%; claramente las acciones están caras por esta y otras métricas).
¿Qué hacer? De creer que este escenario sea real, los inversores deberán privilegiar el retorno del capital. Es decir, privilegiar que le devuelvan el dinero sobre ganar un peso más o menos. Estar en bonos con poca duration (sensibilidad al cambio de la tasa de interés) y de empresas o gobiernos con buenas métricas y salud financiera.