La historia de "Madraza", ópera prima del realizador argentino Hernán Aguilar, cuyo estreno se anuncia en todo el país para el jueves 25 de mayo, remite en el imaginario a aquella cumbre del humor negro que, en los años 90, dirigió el provocativo John Waters bajo el título de "Serial Mom" con una radiante Kathleen Turner.
Sin embargo, en “Madraza” parece que el camino es otro, aunque no exento del tono de comedia negra y con cierto trasfondo crítico a la realidad sociopolítica de un país como la Argentina, que parece vivir en permanente crisis económica.
El propio Hernán Aguilar, también escritor y productor del film, cuenta que su búsqueda fue la de “reflejar ciertas cuestiones humanas muy básicas y universales, mostrar lo fácil que es pasar de un lado a otro de la locura”.
Mientras almuerza en un amplio y frío salón del estadio de Atlanta, en el barrio porteño de Villa Crespo, el director charla durante un descanso del rodaje y agrega: “El tono de la película es más bien el de una fábula, un cuento. La idea es engancharse con las emociones del personaje antes de sentirlo como real, aunque de hecho bien podría ocurrir”.
"En la pelicula existe esa idea de romper con lo imposible y de que se pueden vencer barreras en el camino de una búsqueda de la superación"
-Pero también, por el tema, parece haber alguna intención crítica sobre la realidad argentina...
-Sí, existe pero como fondo, porque en realidad no busqué hacer un film realista, aunque de hecho se satiriza la actual situación social que vive el país. Pero no quería caer en la queja ni en la crítica abierta. No es la intención que el público se enganche con el drama. Lo importante está en la transformación que va viviendo al personaje.
Historia de personajes
“Madraza” aborda, desde una mixtura de géneros que recorre el policial, el suspenso y la comedia negra, la historia de Matilde, una mujer porteña de clase media-baja de treinta y tantos años, que decide convertirse en una asesina a sueldo a partir de atravesar una situación económica extrema y de contar con terribles vacíos emocionales.
Un detective romántico comenzará a investigar los asesinatos y entablará con la "madraza" del título una relación tan graciosa como refrescante.
La actriz paraguaya Loren Acuña, que trabaja tanto en su país como en el nuestro (ver De Itapuá a la Argentina), se pone en la piel de esta mujer que comenzará a descubrir en ella misma zonas antes inexploradas.
El resto del elenco lo conforman Gustavo Garzón como el detective, Sofía Gala como la ahijada de Matilde, Chunchuna Villafañe como una señora de clase alta, Osmar Núñez como un jefe policial, Mónica Ayos como una amiga de Matilde, y el periodista de policiales Ricardo Canaletti como él mismo.
-¿Hay violencia en la película?
-Hay escenas de fuerte impacto visual, que son como un cachetazo para que el espectador se cuestione cosas propias, que tienen que ver con los límites de la locura y de la moral en la sociedad actual. Pero, como te dije, mi objetivo fue siempre transitar el relato sin emitir juicios de valor.
-¿Cómo describirías a tu primer film?
-Básicamente como una fábula de crecimiento personal. Si bien tiene unas escenas de acción increíbles, no deja de ser una “character movie”, como dirían los norteamericanos, una película de personajes. La película bucea en los rincones más oscuros de los personajes y plantea un enfrentamiento con los propios fantasmas, primero para verlos y luego para aceptarlos o cambiarlos.
-¿Y cuál es la transformación del personaje central?
-Matilde es una mujer que, a partir de la situación de precariedad económica y emocional que vive, se replantea toda su vida y decide producir cambios radicales, extremos. Los asesinatos son la excusa para que ella se replantee todo esto y hasta su propia sexualidad, liberándose de dogmas del pasado y empezando a vivir de manera más genuina e intensa.
-En el mercado cinematográfico local, la mayoría de los productores buscan actores que garanticen la taquilla. En tu caso no parece ser así porque elegiste a Loren Acuña, que no es muy conocida.
-A Loren la conozco desde hace años, fui siguiendo su trabajo en la Argentina y, cuando escribí el guión, la encontré y me di cuenta de que era perfecta para el papel. Ella tenía el “physique du role” ideal para el personaje y, además, es una actriz muy talentosa y profesional. Por eso no dudé en que Matilde tenía que ser ella.
De Itapuá a la Argentina
Loren Acuña, la magnética actriz que encarna a Matilde en "Madraza", tiene una extensa carrera actoral que arrancó hace 20 años en Buenos Aires cuando optó por convertirse en actriz en lugar de seguir la carrera universitaria que la había traído a la Argentina.
Nacida en la ciudad de General Artigas, en el departamento paraguayo de Itapuá, Acuña ha trabajado tanto en el cine y la tevé de su país como en el nuestro.
Fue parte del éxito de telenovelas como “Culpable de este amor”, “Poliladron”, “Cachorra”, “Franco Buenaventura”, “Guapas” y “Máximo corazón”, entre otras.
En cine interpretó a una cantante de música tropical que tiene amoríos con el personaje de Roly Serrano en “Gilda, no me arrepiento de este amor”, que protagonizó Natalia Oreiro el año pasado.
Y antes estuvo en Betibú (2014, con Mercedes Morán), "Carancho" (2010, con Ricardo Darín), "El hombre de al lado" (2009, con Daniel Aráoz) y otros títulos.
“Madraza” viene a ser su primer protagónico, un papel que ella describe con gran fascinación y como un enorme desafío para su carrera.
-¿Qué tiene el personaje de Matilde que te sedujo?
-Tiene todos los ingredientes que un actor puede desear, tanto las transiciones emocionales como los cambios físicos. Tuve que engordar siete kilos, porque yo venía de filmar en Paraguay la ópera prima de Arnaldo André como director, “Lectura según Justino”, un coprotagónico para el que tuve que bajar mucho de peso.
-¿Y en cuanto a su personalidad?
-Matilde es un personaje que pasa de la luz a la oscuridad sin demasiada conciencia. Tiene una personalidad tranquila, es buenaza y hasta torpe, pero no es muy consciente de las circunstancias que la van llevando a hacer cosas terribles.
Y en relación con la historia, la intérprete reflexiona: “Creo que hay una gran metáfora en el personaje, que tiene que ver con matar aquello que a uno lo hace sufrir interiormente. La muerte simbólica de la inseguridad, de los miedos, el egoísmo, la vanidad, los prejuicios y los obstáculos. Hay esa idea de romper con lo imposible y de que se pueden vencer barreras en el camino de una búsqueda de la superación”.
Metal para la banda sonora
Javier Entelman, guitarrista y líder de la banda de rock porteña Makora, tuvo a cargo la creación de la banda sonora del film y explicó que en este relato entraron a un territorio nuevo de la lógica y de la psiquis humana llevada a situaciones límites y con una estética muy urbana.
“Con la banda sacamos nuestro primer disco con varios temas realizados especialmente para esta película. Tenía la intención de darle música original a la historia, aunque también se incluyen temas de otras bandas nacionales amigas y solistas como El Chávez”, aclaró el músico.
En cuanto a la estética de la banda sonora, Entelman expresó que incluyeron diversos estilos como el rock y la fusión, un rock pesado con referencias británicas.
“Para nosotros, en los distintos aspectos de la realización, lo importante es que prime la calidad sin llegar al abuso de lo artístico, poder dar un mensaje claro y con buen gusto”, dijo.