Luis A. Fermosel - la.fermosel@gmail.com
La relación nunca fue buena, pero lo ocurrido el martes, con la aprobación en el Senadores de la denominada ley de "democratización" de la Obra Social de Empleados Públicos, no hizo más que profundizar la grieta entre el Gobierno provincial y las centrales obreras de extracción justicialista.
"Es el primer gobierno peronista que decide apoyar una iniciativa de los gremios de izquierda, en contra de lo que opinan los gremios peronistas", resumió el petrolero Jorge Córdova, secretario general de una de las centrales obreras de extracción peronista que funcionan en la provincia, pero que resume el pensamiento de las otras dos organizaciones: la "moyanista", de Rodolfo Calcagni y la "kirchnerista" de Luis Márquez, que responde a la conducción nacional de Antonio Caló.
La representación sindical en la OSEP tiene su historia. Durante el Gobierno de Santiago Felipe Llaver se alcanzó un acuerdo entre el Gobierno y el sindicalismo en lo referente a la "representación gremial" en los organismos del Estado.
Fue así que la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) ocupó un lugar en la ex Caja de Jubilaciones; el gremio de Obras Sanitarias, en la actual Aysam; vialidad en Vialidad provincial y, por una cuestión de cantidad de afiliados (municipales) y de identidad con la función (sanidad) en la Obra Social de Empleados Públicos.
Sin embargo, el avance de ATE (conformó ATE-Salud y también ATE-municipales) sobre Sanidad y la creación de Ampros, los dos gremios con dirigentes de extracción de izquierda, motivó que comenzaran a reclamar por la representación gremial en la obra social. De allí que comenzaran con movilizaciones en la intención de que la representación gremial en la obra social se realice a través del voto directo de los afiliados.
Al decir de los bloques de izquierda, el proyecto aprobado el martes fue elaborado por ATE y Ampros y presentado en Diputados por los legisladores Fresina y Dalmau, del Partido Obrero, agregando que el Ejecutivo provincial mandó un proyecto similar al Senado, "al solo efecto de que no se atribuya a la izquierda la iniciativa".
El martes, la Cámara alta aprobó el proyecto del Ejecutivo, aunque con los votos del bloque oficialista, de la senadora de la izquierda y el de Unión Popular, con la ausencia absoluta del bloque del radicalismo, que se retiró del recinto.
En esencia, el proyecto propone que la elección que dos de los cinco directores quede a cargo de los afiliados a la obra social en forma directa, en lugar de que sigan siendo designados a partir de una terna elevada por los gremios de Sanidad y Municipales.
Fue así que, ante esa situación, el titular de ATSA, Juan Carlos Navarro, solicitó a las centrales obreras de extracción justicialista de la provincia la realización de un plenario general, que se realizó en la sede de calle 25 de Mayo, que fue presidido por Navarro, Calcagni, Márquez y Córdova y que contó con la presencia de más de 40 agrupaciones gremiales, entre quienes se encontraban algunos "estatales", como municipales, Vialidad provincial, celadores y AMET (educación técnica).
"Nos explicaron los pormenores de la situación y la necesidad de plantear que el proyecto no sea tratado", dijo Córdova, quien agregó que "hablan de democratización. ¿Están diciendo con ello que durante todos estos años de democracia las designaciones en la OSEP no fueron democráticas?".
Córdova siguió cargando con dureza contra la iniciativa oficial, asegurando que "aquí evidentemente hubo un acuerdo oculto. Tuvo que haber una negociación relacionada con las paritarias o con el pase a planta permanente. Tienen que haber compromisos contraídos con anterioridad.
Además es entorpecer la gestión del próximo gobierno que, a pesar de ser radical, no queremos que le vaya mal, porque demasiado mal nos ha ido con estas dos últimas gestiones justicialistas", para agregar que "vamos a ir a diputados a plantear que el proyecto no sea tratado".
Y, ante una consulta, destacó que "no nos oponemos a ninguna modificación, siempre y cuando sea consensuada. Pero nos llama la atención la celeridad en el tratamiento y también el acompañamiento de la izquierda que en todas las sesiones se oponen a todo, menos ahora…".
El dirigente gremial advirtió finalmente que "el plenario conjunto determinó que seguimos dispuestos a trabajar en la unidad en la acción, a la espera de lo que suceda en Buenos Aires, para unificar definitivamente al movimiento obrero en Mendoza.
En el plano político, con miras a las elecciones de octubre, vamos a seguir trabajando por el triunfo de Scioli y nos mantenemos en permanente contacto con su ministro de Trabajo en Buenos Aires, que es el encargado de dialogar con el movimiento obrero".
En Buenos Aires
Si bien aún no hay consenso generalizado, se supo que en Buenos Aires algunos popes sindicales están trabajando con miras a concretar la unidad del sindicalismo peronista en el corto plazo.
"El próximo gobierno nos debe encontrar unidos. Si gana Scioli, para reclamar algunos espacios, especialmente en el Ministerio de Trabajo y por ese motivo también vamos a trabajar por el triunfo de Daniel", nos señaló una fuente nacional, la que destacó que "si por una de esas circunstancias que no esperamos, el triunfo le corresponde a Macri, también debemos estar unidos porque con toda seguridad van a ir sobre los gremios…".
De esas conversaciones, realizadas en forma subterránea, estarían participando el dirigente de la construcción, Gerardo Martínez, y el de Obras Sanitarias, José Luis Linghieri, por parte de la CGT "oficialista" y Hugo Moyano (camioneros) y Juan Carlos Schmid (dragado y balizamiento) por la opositora, mientras Antonio Caló, titular de la CGT kirchnerista, habría preferido mantenerse al margen de las discusiones.
Los "gordos", representantes de los gremios más importantes y la Unión Ferroviaria, también estarían de acuerdo en sostener las conversaciones de unidad.
La pata restante, el sector liderado por el gastronómico Luis Barrionuevo, si bien no ha participado de las conversaciones, estaría de acuerdo con el objetivo final. Sin embargo y para evitar interpretaciones que lleven a pensar en una unificación para generar presión sobre las futuras autoridades, los dirigentes intentarían levantar una bandera de "unidad para garantizar la paz social".
Por el momento se trata de conversaciones "previas" y de buenas intenciones, y sólo el tiempo dirá si esa unificación se concretará en los hechos.