Se agudiza la división en Europa por los “sin papeles”

Una reunión de 16 líderes en Bruselas concluyó sin una solución concreta sobre la situación, más allá de blindar las fronteras exteriores.

Se agudiza la división en Europa por los “sin papeles”
Se agudiza la división en Europa por los “sin papeles”

La reunión de líderes europeos sobre migración terminó ayer sin una solución concreta sobre la divisiva cuestión de la acogida de migrantes, más allá de un abanico de medidas para blindar las fronteras exteriores de la Unión Europea (UE).

Esta 'minicumbre' con 16 líderes europeos en Bruselas se produjo en un momento de tensión entre diferentes socios y con un buque con migrantes socorridos a bordo, el "Lifeline", esperando en altamar una solución después de que Italia y Malta le cerraran sus puertos.

“Hubo mucha buena voluntad hoy y también algunas diferencias, pero todavía queda terreno en común”, dijo la canciller alemana, Angela Merkel, al término del encuentro en Bruselas, desgranando algunos de los consensos de los europeos.

Reducir la migración irregular, proteger las fronteras europeas, una mayor cooperación con los países de origen y de tránsito de los migrantes... La UE empieza a definir cómo frenar la llegada de migrantes, pero sigue sin solución para aquellos que ya llegaron.

Y esa última cuestión, la acogida de migrantes y refugiados, es el principal escollo entre miembros de la UE, que querían plasmar en su próxima cumbre el 28 y el 29 de junio su hoja de ruta para reformar la política común de asilo. Esto aparece ahora imposible.

Italia tiene un plan

Las reglas europeas de asilo, conocidas como Reglamento de Dublín y cuya reforma llevan intentando sacar adelante sin éxito los 28 desde hace dos años, establecen que el primer país que pisa un migrante a su llegada a la UE es el encargado de gestionar su solicitud de protección internacional. 

Este principio se revocó temporalmente durante dos años, hasta septiembre de 2017. Los países de la UE se comprometían a acoger mediante un sistema de cuotas a los refugiados llegados entre el más de un millón de migrantes que arribaron a las costas de Italia y Grecia.

Pero pese a la llamada "solidaridad europea", los países mediterráneos siguieron haciéndose cargo en su mayoría de los migrantes llegados a sus costas, por lo que el nuevo gobierno italiano, una coalición de ultraderechistas y euroescépticos, llegó a Bruselas con su plan.

Para lograr “una política de gestión de flujos migratorios eficaz”, Roma aboga por extender la responsabilidad de la acogida a los 28 y sanciones para los países que no acojan refugiados. “Quien desembarca en Italia, desembarca en Europa”, reza su plan de 10 puntos que se pudo consultar.

Estas propuestas anuncian choques con el grupo de Visegrado (Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia), que no participaron en la reunión.

Los dos primeros se negaron a acoger a refugiados en el marco del reparto excepcional en la pasada crisis migratoria.

Episodios

2011-2014, un flujo progresivo.

Tras un alza progresiva desde 2011, en el año 2014 la llegada de migrantes se multiplicó casi por cuatro, con un total de 280.000, de los cuales más de 170.000 a las costas italianas y 43.500 a las griegas. Según cifras del ACNUR de octubre de 2014, 144.630 sirios solicitaron asilo en el conjunto de la UE desde 2011, cuando empezó el conflicto en su país.

2015, más de un millón.

Fue en 2015 cuando la situación adquirió unas proporciones vertiginosas: la Organización Internacional para las Migraciones censó 1.047.000 llegadas por mar a Europa, unas 854.000 de las cuales a Grecia y 154.000 a Italia.

2016, acuerdo turco-UE.

El 18 de marzo de 2016, la UE y Turquía cerraron un pacto migratorio para frenar el flujo de miles de migrantes a Grecia.

El polémico acuerdo prevé, a cambio de ayuda financiera, principalmente, la expulsión sistemática de todos los migrantes a Turquía.

2017, Italia en primera línea.

La tendencia se invirtió radicalmente a partir de mediados de julio de 2017, esencialmente debido a los acuerdos cerrados por Roma con las autoridades y las milicias libias.

Esos controvertidos acuerdos, hicieron que las llegadas a Italia cayeran un 75%.

2018, Crisis política en la UE.

En Italia, a donde llegaron unos 700.000 migrantes desde 2013, una coalición de la ultraderecha y los antisistema llegó al poder a finales de mayo y decidió, entre sus primeras medidas, negar la autorización para atracar en ningún puerto italiano a un barco humanitario cargado con 630 migrantes procedentes de África. 

En Alemania el ala más conservadora de la coalición gubernamental dio un plazo de dos semanas a Angela Merkel para que se cierren las fronteras.

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