Los locales de venta de libros se sumaron ayer a los comercios exceptuados del aislamiento, junto con los locales de artículos de librería e insumos informáticos que habían quedado fuera de la prohibición, luego del anuncio realizado por el presidente Alberto Fernández de extender la cuarentena, el sábado pasado.
El nuevo anuncio lo realizó el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, a través de un comunicado de prensa que autoriza a las librerías a vender a puertas cerradas y mediante sistema online con entrega a domicilio.
En Mendoza, la medida resulta un pequeño desahogo para estos comercios aunque, según reconoció Gustavo Fernández, presidente de la Cámara de Librerías y Jugueterías de Mendoza, son pocas las que tienen posibilidad de brindar este tipo de servicio.
"En Ciudad, no hay más de diez locales de venta de libros. La mayoría están en Garibaldi y San Juan, aunque algunos -pertenecientes a cadenas internacionales- se encuentran sobre calle San Martín o en centros comerciales" y destacó que son justamente éstos últimos quienes tienen la posibilidad de hacer ventas online.
Por su parte, Ivan Miszei, propietario de un local de venta de libros, ratificó lo dicho por Fernández "aunque estamos trabajando mejor de lo que esperábamos, no es ni el 10% de lo que sería en una situación normal" y agregó que el volumen de ventas "solo alcanza para pagar gastos mínimos, pero no para los sueldos".
Además, explicó que existe un problema con el abastecimiento, ya que desde Buenos Aires recién ayer comenzaron a despachar mercadería. "Las librerías más grandes tenemos stock guardado, pero las más chicas no pueden cubrir los pedidos", expresó.
En cuanto a la metodología de venta por internet, Miszei dijo que ya lo venían haciendo a través de las redes y whatsapp, (previo al aislamiento) y que mantienen la misma modalidad.
Los locales de artículos escolares
El presidente de la cámara de librerías, habló también acerca de la situación de los locales de artículos escolares y papelerías "tienen más posibilidades de hacerlo porque ya vendían por medio de redes sociales o Whatsapp" previo al decreto de aislamiento preventivo y obligatorio, tras lo cual debieron dejar de vender tanto en los locales como a través de internet.
En cuanto a la prohibición previa, Fernández explicó que resultaba confusa porque si bien quienes tenían comercio mayorista podían hacer entrega a domicilio, este rubro no estaba especificado "yo tengo librería por mayor. Fiscalización y control me decía que sí podía vender pero después salía a la calle y en ningún lado decía que podía vender delivery de librería, tampoco está en la autorización del formulario online. Era algo medio ambiguo". Con la nueva normativa, se regulariza la situación sobre todo para los pequeños comercios, que se encontraban repletos de stock cuando comenzó a regir el aislamiento obligatorio, que coincidió con el comienzo de clases.
En este sentido, la complicación se irá presentando a medida que se vayan acabando los insumos ya que "hay muchas fábricas que no están trabajando en Buenos Aires, -como la de mapas- pero hay otras que sí porque son de un gremio diferente" y destacó que son tantos los rubros de artículos de librería que "si tienen que ir permitiendo abrir a todos se va a ir de las manos".
El comercio hormiga prolifera en redes
La venta informal de otro tipo de artículos, como ropa, calzados, ropa interior o deportiva se mantiene al menudeo, casi de persona a persona ya que muchos emprendedores que no cuentan con locales comerciales, realizaban este tipo de venta mediante redes sociales previo al aislamiento y lo siguen manteniendo. De hecho, el apartado Marketplace de Facebook continúa activo y los particulares que venden tanto objetos personales como productos responden consultas y concretan ventas en las que se acuerda tanto la forma de pago como la entrega. Lo mismo ocurre en Instagram, donde crecieron exponencialmente las cuentas de "Venta de Garage" o "Feria Americana" virtual, como también las marcas que ofrecen sus productos con precios más que razonables para tentar a los posibles compradores.