San Lorenzo, que a mitad de semana accedió a los cuartos de final de la Copa Sudamericana, sufrió más de lo aconsejable para ganarle por 2-1 a Atlético de Rafaela.
El equipo dirigido por el uruguayo Diego Aguirre conserva de este modo el invicto en el certamen, reúne 11 unidades y sigue prendido en los puestos de vanguardia.
El “Ciclón” sacó renta rapidísima, cuando todavía no se jugaba el minuto, con un remate furibundo de Fernando Belluschi a los 13 segundos.
El delantero Nicolás Blandi hizo gala de un oportunismo y olfato de gol envidiable, otra vez. Y a los 26 minutos de ese capítulo inaugural, el ex Boca Juniors llegó para tocar al gol, una habilitación del lateral zurdo Emmanuel Más.
En la segunda etapa, Atlético, que nunca renunció a la posibilidad de buscar por abajo y convertirse en algo más que un simple partenaire, pudo achicar las cifras, con un disparo del ingresado Gabriel Gudiño.
El triunfo de San Lorenzo resultó ajustadísimo, con un segundo tiempo en donde sintió el trajín exhibido por el largo viaje a Venezuela, en el que logró el pasaporte a los cuartos de final tras derrotar a Deportivo La Guaira (2-0 en la vuelta; 4-1 en el global)
Es que la “Crema” santafesina buscó a través de la zurda del pibe Marco Borgnino. El elenco visitante jugó por abajo, intentó con las pequeñas asociaciones y falló solamente en los últimos metros, en no tener un definidor.
En la segunda mitad, los santafesinos hallaron cierta frescura por las bandas y así generaron cierta intranquilidad en un fondo loca que comenzó a desnudar falencias.
La pelota detenida, los remates desde larga distancia o los centros enviados al corazón del área fueron las armas predilectas de los dirigidos por Juan Manuel Llop.
Así, Lucas Pittinari, Rodrigo Colombo y Mathías Abero, entre otros, tuvieron clarísimas chances para empatar la historia. Pero los dioses de la fortuna estuvieron del lado de San Lorenzo, que se aferró a un triunfo muy sufrido.
Seppaquercia tiene el récord. Belluschi no pudo destronar a Carlos, Seppaquercia, quien el 8 de marzo de 1979 metió el gol que hasta hoy sigue siendo el más rápido: solo 7 segundos, jugando para Gimnasia y Esgrima La Plata frente a Huracán.