El regreso de Darío Cvitanich es el objetivo en que se concentra ahora la dirigencia de Boca Juniors, mientras sigue dilatándose el acuerdo final para la renovación del contrato de Juan Román Riquelme.
Cvitanich, actualmente en el Niza de Francia, es el delantero cuya incorporación se ve como más probable, luego de haber quedado descartados Ignacio Scocco y Gonzalo Bergessio.
Aunque al jugador le queda un año de contrato en el club de la Costa Azul, en el que por otra parte ha tenido un buen rendimiento, en favor de Boca juegan tres factores.
El primero es que, luego de no haber aceptado el Niza las ofertas que en temporadas anteriores hicieran por el argentino la Roma de Italia, el Olympique de Marsella y un club de los Emiratos Árabes, dentro de un año Cvitanich quedaría con el pase en su poder, sin ingreso alguno para la institución francesa.
El segundo es que la relación del delantero con el entrenador Claude Puel no es la mejor, luego de que éste se opusiera firmemente durante mucho tiempo a que Cvitanich dejara su plantel.
El tercer y último factor es que Cvitanich, después de tres temporadas en Francia, quiere regresar al país.
El jugador de 30 años (16/5/84), después de haber jugado en Banfield y Ajax de Holanda, llegó a Boca, procedente del Pachuca mexicano, en 2011.
En un año de permanencia en el club de la ribera, desde mediados de 2011 hasta mediados de 2012, jugó cuarenta partidos con diez goles y obtuvo dos títulos (Apertura 2011 y Copa Argentina 2011/12) antes de ser transferido al Niza.
En otro orden, no hubo en los últimos días avances en las negociaciones por los volantes que pretende Boca, César Meli (Colón), Diego González (Lanús), Gonzalo Castellani (Godoy Cruz) y Federico Carrizo (Rosario Central).
Respecto del contrato de Riquelme, se espera que en el curso de la semana haya un nuevo contacto con el representante del jugador, Daniel Bolotnicoff.
Lo más positivo para Boca es que desde hace varios días no se habla ya de la posibilidad de que Riquelme acepte la proposición del Sport Clube Recife, por lo que su permanencia en la Argentina no parece tener alternativas.