El proceso que se inició el jueves ayer había alcanzado un punto muy crítico. Mientras el Riesgo País aceleró su escalada hasta los 945 puntos, el dólar en el mercado doméstico se disparó hasta 44,90. Las acciones argentinas en Wall Street volvían a caer otro 8%. Todo había comenzado cuando se conoció el jueves pasado una encuesta de la consultora Isonomía que arrojaba un triunfo de Cristina Kirchner sobre Macri por más de 9 puntos en una segunda vuelta.
En reunión con los empresarios el lunes, el Presidente les ratificó que sería candidato y que, según encuestas propias, vencería a su oponente por un ajustado margen por 52% a 48%. Aparentemente, el juego de un posible triunfo de Cristina sería una estrategia electoral del oficialismo para meterle miedo a los inversores y a los argentinos. El mismo Macri volvió a usar ese argumento al responder sobre las razones de la suba del riesgo país.
Los analistas creen que en realidad hay un miedo de los inversores sobre la posibilidad de un triunfo de Cristina porque se cree que volvería a las viejas prácticas por las cuales ya se habían alejado de los activos argentinos. Pero, además, hay disconformidad con la gestión del gobierno porque se estima que no tendría capacidad para pagar vencimientos de deuda desde marzo de 2020 y no tienen claro quién se haría cargo de eso y quiénes le prestarían.
Por otra parte, este proceso de dolarización de carteras se adelantó, ya que se esperaba para junio y de esta manera se diluye la liquidación de exportaciones. El problema es que, si bien el gobierno mantiene congelada la base monetaria, muchos inversores que tienen plazos fijos prefieren salir de pesos y pasarse a dólares porque, a pesar de las altas tasas que paga el Banco central, los bancos no pagan suficiente para compensar las expectativas de inflación.
Otra gran incertidumbre sigue siendo la inflación, porque ya se adelantó que los números de abril serían tan malos como los de marzo y esos ería muy malo para mejorar las expectativas. Es que siguen subiendo los precios a pesar que bajen las ventas porque los consumidores tienen muy dañado el poder adquisitivo por la inflación creciente y la falta de incrementos de salarios que los mejore.
Desconfianza por la evolución de las principales variables y mucho más lejana una recuperación de la economía y temor por la incertidumbre política, generan reacciones que pueden terminar generando la profecía auto cumplida.