Se abren otros caminos

Los sectores y los bodegueros están a la expectativa entre lo que pueden hacer las autoridades “actuales” y las “electas”, insistiendo entonces en que debe mantenerse el diálogo.

Se abren otros caminos

Por Luis Fermosel - la.fermosel@gmail.com

“La situación nos obliga a trabajar mirando al futuro porque se han abierto nuevos caminos”, decía el viernes uno de los bodegueros habituales a las mesas de la Peatonal, al hacer referencia a la transición entre las elecciones y la asunción del nuevo gobernador. Destacó entonces que “habrá que saber qué hará el gobernador electo (las elecciones fueron dos días después) pero los dos principales candidatos han anticipado que habrá un nuevo gabinete.

Tendremos entonces que conversar con las actuales autoridades y paralelamente con las que vendrán y esperamos que ambas etapas sean constructivas”, expresó. En ese mismo marco señaló que uno de los objetivos de la industria debe pasar por volver a aquella vitivinicultura que fue tomada como ejemplo a nivel nacional y que después fue perdiendo espacios, no por problemas propios sino por algunas decisiones nacionales, incluyendo en ellas las del INV, que aparecen como una intención de insistir en la intervención del Estado en las políticas de mercado.

Para fundamentar su posición, la fuente destacó el cambio en el mensaje de los propios funcionarios nacionales que, hasta no hace mucho tiempo, ponían a la industria “como ejemplo de crecimiento”, pero que ahora la colocan “como ejemplo de la concentración”, en la intención de impulsar algunas iniciativas, como es el caso de la denominada Asociatividad Vitivinícola.

La Asociatividad sostiene la unidad de productores y de pequeñas bodegas en la intención de que elaboren su propio vino, el que podría ser vendido después en los centros de consumo que apoya también el Gobierno nacional, como es el caso del Mercado Central. Ninguna entidad ni dirigente ha manifestado su oposición absoluta a la medida, “porque permitirá sacar vino que está generando sobre stock”, pero sí ponen en dudas el mensaje que baja desde las autoridades.

“Porque se sigue sosteniendo el mensaje de la concentración, castigando así a quienes también están sacando vinos”, destacó una de las fuentes.

Se hace hincapié también en “la forma” en que se llevó a cabo la iniciativa. “La ley de conformación del Plan Estratégico Vitivinícola, en la que también participó el Estado Nacional a través de sus organismos, como el INV y el INTA, dice que este tipo de decisiones debe pasar por la Coviar. Pero se tomaron las decisiones y no se consultó a la Coviar, que se enteró de lo que estaban haciendo por las declaraciones de los funcionarios”, destacó un dirigente, el que agregó que “están debilitando el trabajo en conjunto que tan buenos resultados dio a la vitivinicultura y pareciera ser que quieren manejar todo desde una mesa nacional”.

Se indicó por otra parte que “bienvenido todo lo que sea ayudar al mercado pero hay que tener mucho cuidado, porque hay antecedentes que no son muy buenos”, dijo un dirigente que prefirió el anonimato, haciendo referencia entonces a lo que ocurrió en la década de 1990 con las cooperativas Prinze y Vineste, que recibieron apoyo estatal en efectivo para alquilar una bodega y elaborar sus propios caldos, a lo que se sumaron vino y mosto para iniciar las operaciones y al poco tiempo las dos cooperativas desaparecieron, al igual que el dinero, el vino y el mosto. De todos modos, señaló que “habrá que dejarlos caminar y, si tienen suerte, mejor para la industria en su conjunto”.

Desde el Este se indicó que tomaron conocimiento de la iniciativa el 15 de abril, en ocasión de la visita que realizó el titular del INV al Centro de Viñateros y Bodegueros, “quien nos manifestó que venía trabajando en el tema desde hacía un año, pero sin involucrar a las entidades”. Indica que el proyecto forma parte de un análisis central “que reconoce que la ley de fraccionamiento en origen provocó la pérdida de fuerza de ventas y ello tuvo graves consecuencias para la vitivinicultura, entre ellas la concentración y la caída del consumo”.

Dice que el proyecto apunta significativamente a achicar la brecha con relación a las ganancias en la distribución, en razón de que “actualmente un tetra brik puesto en planchada tiene un costo de 6,50 pesos y se vende al consumidor por encima de los 14 pesos”, haciendo alusión también al tema de la promoción.

De todos modos, el grueso de la industria estima que deben adoptarse paralelamente otras políticas, como la supresión o la suspensión de las retenciones a las exportaciones o mejorar la actividad cambiaria para poder exportar. “Sin embargo, en lugar de fomentar ese tipo de políticas, cada vez nos ponen más trabas para trabajar”, dijo un dirigente.

En ese marco de situación, ha sido bien recibida la iniciativa del Gobierno provincial de convocar a los exportadores para impulsar la venta de blanco a granel. Hubo una nueva reunión en la Casa de Gobierno y a su término uno de los asistentes destacó que “se está trabajando con la gente que potencialmente puede exportar y tenemos que avanzar en eso, no hay mucho más. El objetivo final es sacar volumen. El gobierno lo ha entendido así y se ha puesto las pilas”, destacó la fuente, la que recordó que si bien la “salida” de los vinos puede ser a mediano o largo plazo, la posibilidad de bloquearlos los “saca” inmediatamente del volumen global.

Volviendo a las mesas de café, la charla entre bodegueros dejó otro tema para la discusión. Según señalaron, “hay informaciones que indican que hay una importante cantidad de vino con alta acidez volátil, que está también presionando sobre el mercado porque mantienen el volumen”.

“Si nos hemos fijado como norte al consumidor, lo mejor que podríamos hacer es enviar esos vinos a destilería”, dijo uno de ellos, quien agregó que así como el INV exige un cierto porcentaje de determinada variedad para permitir la designación de “varietal” también tendría que adoptar algún tipo de decisión con los vinos con alta acidez volátil. “Se pone la vista en la cantidad de vinos y por ello surgen medidas que en los hechos son bloqueos o prorrateos, pero se pierde de vista el mercado y el consumidor, que son quienes nos dan de comer”, aseguraron.

En ese mismo esquema, también se sintieron molestos con la decisión de algunos en el sentido de “teñir” vinos blancos para transformarlos en tintos.

“Las uvas tintoreras suelen ser utilizadas, en muy pequeñas cantidades, para dar vivacidad y un poco de mayor color a algunos varietales, pero no desvirtúan la calidad del vino, cosa que no sucede con los blancos escurridos”, indicó la fuente, la que señaló que si bien esos vinos teñidos pueden seguir siendo considerados “vinos”, la realidad marca que no se es leal con el consumidor “y allí habría que hacer algo...”, concluyó la fuente.

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