La visita de Obama, acompañado por un grupo numeroso de hombres de negocios, ha implicado un giro total en las relaciones con EEUU, notablemente deterioradas desde los incidentes de la Cumbre de las Américas -Mar del Plata, 2005-. En razón de los acontecimientos que se están desarrollando en Brasil, la visita es considerada como un cambio en la estrategia geopolítica de EEUU en Sudamérica. Argentina pasa ahora a ser un interlocutor tanto más importante que nuestros vecinos.
En poco más de tres meses, con el viaje a Davos, la visita del presidente de Francia, el primer ministro de Italia y la reunión de presidentes del Mercosur, el gobierno ha logrado terminar con el aislamiento del país y reinsertarlo en el mundo occidental.
En el encuentro se firmaron varios acuerdos y declaraciones: un acuerdo marco con el objetivo de promover un clima de inversiones atractivo y ampliar y diversificar el comercio; sobre cooperación para fortalecer las fronteras y los desplazamientos seguros entre los países; intercambiar y compartir datos dactiloscópicos y de ADN a través de un sistema automatizado de consultas; combate al narcotráfico y lavado de dinero; y, quizás lo más importante, la decisión de avanzar en un tratado de libre comercio EEUU-Mercosur.
Además, el gobierno de EEUU se presentó en la Justicia apoyando la solicitud argentina de levantamiento de las medidas cautelares para poder hacer efectivo el acuerdo con los fondos. Paralelamente se realizó una reunión convocada por la Cámara de Comercio de EEUU en la Argentina, con una concurrencia de alrededor de 1.000 empresarios de ambos países. En esa Cámara, que trabaja con rigor técnico, anunciaron inversiones concretas por U$S 2.600 millones en el próximo año y medio, y una estimación de U$S 13.800 millones para los próximos cuatro años.
El Presidente ha participado en EEUU en la Cumbre de Seguridad Nuclear, reunido nuevamente con Obama y con líderes de Japón, China, Canadá, Nueva Zelanda, India, Corea del Sur y la Unión Europea. Con el presidente Chino ha convenido revisar los acuerdos firmados por el gobierno anterior.
El otro asunto es la aprobación del acuerdo con holdouts; por una notable mayoría -54 a 16- el Senado convirtió en Ley, sin modificaciones, el proyecto que tenía media sanción de Diputados. Seguramente la Justicia de EEUU allanará el camino para que el 14 de abril el gobierno pague lo acordado. La Ley deroga las denominadas leyes “cerrojo” y “pago soberano”.
Pone como condición, para efectivizar el pago, que se levanten las cautelares. Ratifica los acuerdos firmados por el ministro de Hacienda y las dos ofertas de pago efectuadas, según que los fondos tengan o no sentencia firme en los tribunales.
Autoriza al Gobierno a realizar una emisión de deuda de hasta U$S 12.500 millones para pagar el Acuerdo (esta emisión deberá hacerse antes del 14 de abril). Exige, a los que aceptaron el acuerdo, no realizar futuros juicios contra la Argentina.
Se crea una Comisión Bicameral para seguir todas las gestiones que se realicen para cumplir el acuerdo y negociar con la pequeña parte que aún no acordó.
La aprobación en el Congreso, pero por sobre todo en el Senado, tiene enorme importancia y trascendencia política. Se trata de un acuerdo impensado hace unas pocas semanas.
La importancia económica es que en pocos días la Argentina dejará de estar en default después 14 años.
Se inicia otra etapa para la política económica del país. No significa que los problemas están resueltos sino que ahora pueden empezar a resolverse.