La grieta en la Suprema Corte mendocina sigue profundizándose. A los problemas que se han producido en las últimas semanas dentro del Poder Judicial y que pegaron de lleno a algunos ministros del máximo tribunal, ahora se suma una propuesta del "ala peronista" para implementar presidencias rotativas, pero que genera resistencia en el "ala radical".
La iniciativa la impulsa el supremo Mario Adaro, quien sostiene que para evitar conflictos internos en la Suprema Corte se debería realizar una reforma que "ayude a mejorar el funcionamiento".
"Puede haber un proyecto superador que genere una Corte más moderna, con una mejor gestión. El problema es que nunca se pensó seriamente en un proyecto nuevo. Solamente se pensó en ampliar el número de jueces. No hay un solo caso que afirme que sumar más ministros al tribunal implique una mejora en la gestión", dice Adaro mandando un mensaje al radicalismo teniendo en cuenta que el ex gobernador Alfredo Cornejo intentó sin éxito ampliar la Suprema Corte de siete a nueve ministros.
El proyecto que trabaja el ministro del tribunal ha recibido el aval de los otros dos magistrados del ala peronista (Julio Gómez y Omar Palermo) y propone cambios en la cúpula a través de una “presidencia rotativa” que elimina la votación actual cada dos años.
"En vez de estar concentrados en temas importantes, se piensa más en las alianzas estratégicas para poder conseguir votos y ganar una presidencia. Con una presidencia rotativa, que podría durar un año, se mejoraría el trabajo de la Corte", asegura Adaro.
Además, expresa que, en vez de la Sala Administrativa (el presidente de la Corte preside también esta sala), las decisiones clave “se deben tomar en plenario, con los siete jueces y no solamente con la firma de dos o tres jueces”. Esto, en referencia a la fracasada acordada reciente que generó una rebelión de jueces del fuero Civil.
Es por esto que planteó "otro esquema" en el cual dicha sala "tome decisiones coyunturales". "Las crisis hay que aprovecharlas para hacer autocrítica, en lugar de hacer resistencia corporativa a los cambios. Tenemos que superarlos y plantear nosotros mismos a esos cambios, obviamente en el espacio legislativo", añadió el juez supremo.
Sin acuerdo
Esta propuesta no tiene el visto bueno hacia dentro de la Corte. En el ala radical (que integran José Valerio, Pedro Llorente y Dalmiro Garay) "no tiene el más mínimo consenso", según comentó una alta fuente judicial a Los Andes.
La posición de estos magistrados disiente con las presidencias rotativas, ya que "no funcionan". Para ellos, "los presidentes deben ser fuertes y tener personalidad para conducir un cuerpo".
“El Poder Judicial tiene que tener una conducción, ya que tiene muchas tareas que le son propias. Conducir en pleno desgastaría la presencia de la Corte, porque se descuidaría la función jurisdiccional. El Cuerpo tiene que dictar sentencias, no se puede encargar de los trámites administrativos”, acotan.
En este sentido, hay quienes creen que Jorge Nanclares no está ejerciendo bien su presidencia, "no solamente porque no ha logrado generar los consensos internos" sino que "tampoco puede marcar agenda ni generar los espacios de acuerdo que se necesitan".
Además, aseguran que "las tensiones dentro de la Corte exceden en varios casos lo ideológico, porque varios quieren cuidar sus intereses dentro del Poder Judicial".
Respecto al tema de las resoluciones en plenario, destacaron que la “acordada de la discordia” con los civilistas se debería haber resuelto “con los siete ministros, ya que la ley marca que los reglamentos vinculados al Poder Judicial se resuelven en pleno”.
Tres momentos de una crisis interna
Adaro reconoce que la Suprema Corte “está en situación de crisis” y señala que han habido tres problemas fuertes dentro del Tribunal que arrancaron -según él- luego de la discutida elección de Jorge Nanclares como presidente a fines del año pasado.
Según el ex ministro de Gobierno de Celso Jaque, hubo un pecado original en esa reelección de Nanclares al frente del Tribunal. Es que la falta de acuerdo (había tres votos peronistas para él y tres radicales para Valerio) obligó a que Nanclares terminara "autovotándose". Eso visibilizó una grieta política que lejos está de cerrarse.
La segunda crisis reciente en la Corte fue la acordada de la sala administrativa que derivó personal del fuero Civil al de Familia y que generó una “sublevación” de jueces que terminó finalmente con la suspensión de la misma hace pocos días.
Y por último, el Tribunal volvió a temblar en sus cimientos cuando trascendieron los sueldos del personal equiparado a magistrado (en algunos casos de más de $ 400.000 mensuales), razón por la cual el gobernador Rodolfo Suárez decidió enviar un proyecto para dejar sin efecto estos beneficios.