Arturo Vidal, el corazón de la selección chilena, dejó atónitos a millones de compatriotas tras ser detenido en estado de ebriedad al estrellar su Ferrari en plena Copa América 2015, un nuevo escándalo del mediocampista que estalla en el mejor momento de su carrera. Diez días después de jugar la final de la Liga de Campeones de Europa con la Juventus, el 'Rey Arturo' acaparaba todos los elogios de la escuadra anfitriona por los tres goles anotados en los primeros dos partidos de la Copa América, que lo tenían como máximo artillero del torneo.
Pero las portadas de este miércoles ya no hablaban de las esperanzas chilenas por alzar su primera Copa América en casa, sino de la conmoción del país por un nuevo escándalo de indisciplina protagonizado por su estrella. Vidal, de 28 años, chocó con su flamante Ferrari la noche del martes cuando regresaba a la concentración de "La Roja" después de pasar unas horas de asueto en un casino junto a su esposa. Los exámenes dictaminaron que el futbolista, que sufrió lesiones leves, manejaba en estado de ebriedad por lo que pasó la noche en prisión.
La mañana del miércoles, el juez le retiró su licencia de conducir y lo puso en libertad. Del tribunal se dirigió directamente al cuartel de concentración donde "La Roja" prepara el choque de mañana ante Bolivia, por la última fecha del Grupo A, en el que debe sellar la clasificación a cuartos de final. “Les fallé a todos”, reconoció Vidal al pedir perdón al país entre lágrimas. “Puse en riesgo la vida de mi mujer, en riesgo la vida de muchas personas, estoy muy arrepentido", insistió el jugador, que dijo que se tomó "dos tragos” en el casino. El técnico Jorge Sampaoli recibió de vuelta a Vidal en el equipo argumentando que sólo cometió "un error" que "no es tan determinante como para excluirlo".
Una selección "de escándalo"
La imagen del Ferrari rojo de Vidal con la parte delantera destrozada devolvió a los abatidos aficionados chilenos la memoria de las numerosas polémicas de futbolistas de su selección, muchas de ellas con el propio Vidal a la cabeza. El aguerrido mediocampista y otros miembros del combinado chileno Sub 20 participaron en una pelea contra la policía de Canadá después de perder ante Argentina en las semifinales del Mundial de esa categoría en 2007.
Los jóvenes futbolistas alegaron que los agentes fueron los que empezaron la gresca pero este incidente no fue ninguna excepción en la carrera del 'Rey Arturo', plagada de enfrentamientos verbales con compañeros y rivales. En noviembre de 2011, Vidal y otros cuatro compañeros llegaron con retraso a la concentración de Chile tras asistir al bautizo de uno de los hijos del mediapunta Jorge Valdivia. Los futbolistas regresaron en un estado "no adecuado", según dijo el entonces técnico Borghi.
Borghi y la Federación chilena sancionaron con 10 partidos de suspensión a los implicados en este caso, conocido como el "Bautizazo". Vidal pidió rápidamente perdón y fue el único reincorporado antes al equipo.
Otros referentes de “La Roja” como Gary Medel, Alexis Sánchez y Humberto Suazo les recriminaron entonces con dureza su irresponsabilidad. En cambio, este miércoles tanto Alexis como Medel mandaron mensajes de apoyo a Vidal por Twitter. En otro incidente de "La Roja" en el que no estuvo Vidal, seis futbolistas destrozaron mobiliario de su hotel en Puerto Ordaz, Venezuela, donde se disputaba la Copa América de 2007, y hasta recibieron señalamientos de acoso sexual a una trabajadora. Los jugadores fueron apartados de la selección por 20 partidos. Vidal proviene de una zona marginal de las afueras de Santiago y tuvo una dura juventud marcada por la ausencia de su padre. Del popular Colo-Colo chileno, Vidal fue reclutado en 2007 por el Bayer Leverkusen alemán y en 2011 dio el salto a la Juventus, equipos donde siguió protagonizando controversias.
En octubre de 2014, la dirigencia de la "Vecchia Signora" multó a su figura por haber participado en una pelea de madrugada en una discoteca de Turín en la misma semana de un partido importante ante la Roma. Entre los seguidores chilenos, que no esperaban un episodio de este tipo en plena Copa América, hay quienes con pesar apoyaban la expulsión de Vidal del equipo y otros que pedían clemencia para su mejor guerrero.
Al final el astro se quedó sin licencia de manejar y sin Ferrari pero, con la voz entrecortada, alcanzó a espolear a la afligida afición: “Voy a dar lo máximo para ser campeones”.