La presidenta Cristina Fernández ratificó en su cargo al titular de la Unidad de Información Financiera (UIF), José Sbattella, y a Germán Saller como vicepresidente de ese organismo, encargado de combatir operaciones de lavado de dinero.
Las designaciones fueron realizadas mediante el decreto 234 publicado en el Boletín Oficial con las firmas de la primera mandataria, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y el ministro de Justicia, Julio Alak.
Sbattella había sido impugnado por dirigentes de la oposición por "ineficaz" y por haber sido "un apéndice de la estrategia del Gobierno para encubrir a funcionarios" vinculados al lavado de dinero.
Entre esas denuncias se alude al supuesto "cajoneo" de reportes de operaciones sospechosas (ROS) vinculadas al empresario Lázaro Báez, a la causa de las Madres de Plaza de Mayo o al expediente por la ex Ciccone.
El funcionario defendió su gestión durante una audiencia pública realizada a mediados de febrero en la sede del Ministerio de Justicia, donde se escucharon expositores que apoyaron su continuidad y a otros que la cuestionaron duramente.
Entre ellos, uno de los más duros fue el diputado Martín Lousteau (UNEN), quien sacó a relucir los datos estadísticos de la UIF desde 2002 -antes de la gestión de Sbattella- para comparar sus progresos y denunció que se triplicó la "planta de empleados en los últimos cuatro años" mientras, según sus datos, se aumentó ocho veces el presupuesto.
La UIF es el organismo encargado de detectar y frenar el posible financiamiento del terrorismo y el lavado de dinero proveniente de delitos como el narcotráfico, el contrabando de armas, el abuso sexual de niños y el fraude.
