Las idas y vueltas en lo que se refiere a la circulación en la calle Arenales de Guaymallén son dignas de una telenovela, más allá de que se trata de una simple calle.
Hoy, luego de realizar distintas pruebas y experimentar con el tránsito en el lugar (siempre con los estudios y la recomendación de especialistas, según resaltaron desde la comuna), la Municipalidad ha regresado a fojas cero y dejó las cosas como estaban antes del 2 de febrero.
Esto significa que en este transitado empalme -que une Arenales con las bajadas y subidas al Acceso Este, en ambos sentidos- está permitido virar nuevamente a la izquierda, algo que desde siempre estuvo permitido y que la comuna decidió rever para disminuir la cantidad de accidentes en el lugar.
No obstante, si bien por estos días tanto quienes se dirijan hacia el barrio Unimev (sur) o a Villa Nueva (norte) tienen permitido girar en ambas direcciones por esa calle que pasa por debajo del Acceso, la comuna advirtió que no es la resolución definitiva.
“Del 1 al 12 de febrero se hicieron varias pruebas de ensayo-error, lapso en el que se tomaron distintas medidas para ir probando y se aplicaron tres secuencias de ensayo, que fueron medidas. Ya finalizado este período, volvió todo a la situación original. Sin embargo, esto no significa que sea definitivo.
Ahora, la comuna, a raíz de lo observado durante las pruebas, va a definir cuál es la mejor alternativa y que, al mismo tiempo, deje conforme a la mayoría”, resaltó el jefe de Gabinete guaymallino, Juan Domingo Brovarone, quien agregó que la “situación ideal” para terminar con este problema sigue siendo un puente que cruce el Acceso a la altura de Urquiza.
“Necesitaríamos fondos nacionales para ejecutarlo, pero ése es el escenario ideal para solucionar la problemática”, indicó.
Mientras tanto, los automovilistas y vecinos disfrutan de la “vuelta a la normalidad”. “Creo que no está mal que hayan decidido dar marcha atrás con la prohibición de doblar a la izquierda por Arenales. Para los usuarios de todos los días, como yo, era realmente muy problemática la vuelta que había que dar.
Por otro lado, no estaba dando resultados, ya que llevaron la congestión vehicular a otros puntos. Lo que queda en evidencia es que hay que hacer una obra.
Si se construyeran pasos vehiculares que crucen el Acceso en calles como Urquiza y La Purísima, este problema se acaba. Lo malo es que han quedado pintadas las calles y no se entiende nada. Deberían, al menos, terminar ese trabajo”, indicó Daniel Torrado (34), vecino y habitué de las vías en cuestión.
Los preventores, claves
Un preventor de tránsito a cada lado de Arenales (sur y norte) dirigiendo el tránsito, separados por el puente que conforma el Acceso Este al cruzar esa vía. Así se veía durante el mediodía de ayer la calle Arenales (que se llama Rondeau hacia el sur).
Pese a ser las 13, hora pico, el flujo vehicular era más que tranquilo. Por turnos, ambos agentes municipales daban paso a quienes venían por Arenales (en ambas direcciones) y luego los frenaban, para que aquellos que quisieran doblar hacia la izquierda -en las dos bajadas- pudieran hacerlo sin inconvenientes.
La mayoría de los autos que circulaban hacia el Este y descendían del Acceso en esa calle lo hacían para girar a la izquierda -cuando el agente les daba el visto bueno-, cruzar el puente y seguir hacia el norte.
“Con los preventores en el lugar, está tranquilo el tránsito. La gente puede tomar las distintas direcciones e ir adonde desea. No hay congestiones porque los agentes van regulando a quién van frenando y dejando pasar.
Creo que con estas personas acá de forma permanente, podría mantenerse todo como desde el principio”, indicó Marta (68) mientras aguardaba la seña de uno de los municipales para tomar Arenales.
Brovarone resaltó que tanto en ese cruce como en las zonas más críticas de Guaymallén se ha duplicado la cantidad de preventores para organizar el tránsito y bajar la accidentología.
“En Arenales, en un momento del día, cortamos los semáforos y ponemos agentes para que controlen el tránsito. Por turno son cuatro preventores, aunque -teniendo en cuenta el estrés y los ruidos- no pueden estar más de 45 minutos o una hora trabajando. Por eso es que se va rotando y a ellos se los va pasando al cuidado de espacios verdes, al tiempo que se pone a otros preventores.
Los experimentos
Martín (30) es otro de los vecinos de Villa Nueva que celebra la vuelta atrás y rescata que "estaría bueno" que se defina de forma permanente. "Cuando se prohibió el giro estábamos casi obligados a seguir hacia Urquiza, salir hacia el sur y después volver hasta Arenales (que a esa altura se llama Rondeau) por la lateral.
Una vez que llegábamos a Rondeau, podíamos doblar a la derecha y seguir hacia el norte por Arenales. Era un rulo que se nos obligaba a hacer. Pero como mucha gente no quería andar ese tramo de más, salía del Acceso antes de llegar a Arenales, por Estrada o Azcuénaga, y pasaban al otro lado por el puente del Shopping.
Se colapsaba todo. Encima justo es la parte en que los tres carriles del Acceso se angostan y era un peligro”, destacó.
“Incluso después se pusieron más estrictos. Hicieron que Rondeau tuviera una sola mano -con un preventor que controlaba- por lo que la única forma que tenías de ir hasta Villa Nueva (volviendo del centro) era haciendo el giro y andando de más hasta Urquiza.
Todo eso trajo un fuerte caos, cambio de sentidos de calles, convertir a las laterales en doble mano. De tres opciones que tenía para ir a mi casa, terminaba teniendo una sola. Al final yo preferí no irme más por el Acceso, sino directamente por San José, porque cambiaban todos los días y no sabías si hacer caso a los carteles, a las líneas de la calle o a los agentes”, sintetizó.
Además de habilitar nuevamente el giro a la izquierda, también se dio marcha atrás con la doble mano en las laterales del Acceso. De esta manera, la lateral sur sigue corriendo de este a oeste (hasta Houssay), al tiempo que la norte va de oeste a este.
En estas calles aún se observa la huella de la doble línea amarilla que se había pintado hace unos días, ahora “borrada” para dejar en claro que todo volvió a su sentido original. Además, varios preventores están dispuestos por la zona para marcar los cambios y orientar a aquellos automovilistas que no están al tanto de las idas y vueltas.