El ex presidente francés Nicolas Sarkozy fue puesto bajo la figura de "testigo asistido" anoche en Burdeos tras declarar ante los jueces a cargo de investigar un posible financiamiento ilegal de su campaña presidencial de 2007 en el marco del caso Bettencourt, confirmó la fiscalía de la ciudad.
"En el marco de la información judicial realizada a raíz de hechos de abuso de debilidad, de abuso de confianza agravado, de estafas agravadas en perjuicio de la señora Liliane Bettencourt" los tres jueces instructores tomaron declaración a "Nicolas Sarkozy, que fue asistido por el abogado Thierry Herzog"; "al término de esta audición, Nicolas Sarkozy se vio notificar el estatuto de testigo asistido", precisa el comunicado de la fiscalía. La información fue dada poco por teléfono por su abogado Thierry Herzog, quien recalcó que "no hubo inculpación".
El abogado, que se encontraba con Sarkozy al salir del Palacio de Justicia en automóvil, no quiso hacer otros comentarios sobre la audición de más de doce horas de su cliente.
Testigo asistido
El "testigo asistido" es en derecho francés una figura intermedia entre la de simple testigo y la de inculpado. No obstante, si durante las instrucción los jueces encuentran indicios "graves y concordantes" que dejen suponer que el testigo asistido participó en los hechos, el mismo puede ser inculpado.
Sarkozy había llegado por la mañana al palacio de justicia de Burdeos para declarar y corría el riesgo de ser inculpado en el marco del caso llamado Bettencourt, relativo a la heredera del grupo de cosméticos L'Oréal, Liliane Bettencourt, de 90 años de edad y una de las grandes fortunas de Francia.
La justicia investiga si dinero de Liliane Bettencourt, anciana psicológicamente frágil desde 2006, fue utilizado en proporciones muy superiores a los topes legalmente autorizados para financiar la campaña presidencial de Sarkozy en 2007 y sin que ella hubiera dado su consentimiento con plena conciencia.
La sospecha se basa en declaraciones de la ex contable de Bettencourt, Claire Thibout, quien afirmó a la policía en julio de 2010 que el hombre de confianza de la familia, Patrice de Maistre, le pidió 150.000 euros en efectivo a principios de 2007 y le aseguró que iba a entregar ese dinero a Eric Woerth, en la época tesorero de la campaña de Nicolas Sarkozy.
Sus partidarios, aliviados
La no inculpación del ex jefe de Estado, de 57 años y retirado de la vida política desde que fue derrotado en la elección presidencial de mayo pasado por el socialista François Hollande, es la única buena noticia de los últimos días para sus partidarios en momentos en que su partido, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), está empantanado en un caótico enfrentamiento por el liderazgo dejado vacante por él.
Los partidarios de Sarkozy mostraron su alivio, insistiendo en que los jueces no tenían "cargos suficientes contra él". En efecto, una inculpación hubiera comprometido el eventual retorno a la política del ex presidente, en caso que él lo deseara. Desde su derrota en mayo, Sarkozy mantuvo silencio sobre sus intenciones, pero sigue siendo el candidato preferido de los simpatizantes de la derecha para la próxima presidencial francesa, prevista en 2017.