El ex presidente francés Nicolas Sarkozy fue procesado ayer por “corrupción” y “tráfico de influencias” debido a sospechas de que contaba con una “red de informantes” en la Justicia y la Policía que le revelaban detalles de varias investigaciones judiciales que lo conciernen.
Golpeado por una decisión que jaquea sus intenciones de volver a la política tras su derrota en las elecciones presidenciales de 2012, el político conservador rompió ayer mismo su silencio de más de dos años, y en una entrevista negó las acusaciones y denunció un “ensañamiento” y una “instrumentalización política” de la Justicia.
La corrupción, el tráfico de influencia y la violación del secreto de sumario son delitos que en Francia contemplan penas de hasta 10 años de prisión y 150.000 euros de multa según las circunstancias, y además el Código Penal prevé penas suplementarias, como la inhabilitación para ejercer cargos públicos. El ex mandatario, de 59 años, fue procesado por esos delitos ayer por la madrugada tras un interrogatorio de 15 horas -inédito para un ex jefe de Estado- en la sede de la Oficina Central de Lucha Contra la Corrupción y las Infracciones Financieras y Fiscales (Oclciff) de Nanterre, cerca de París.
En libertad
Tras ser interrogado, el ex presidente (2007-2012) fue trasladado al microcentro de París para presentarse ante los jueces y enterarse de su procesamiento, antes de dejar el lugar sin ser visto, en horas de la madrugada.
Los magistrados del caso -que deberán decidir ahora si hay méritos para iniciar un juicio a Sarkozy- sospechan que el ex presidente contaba con “una red de informantes” en el seno de la Policía y la Justicia que lo advertía sobre el curso de la media docena de investigaciones judiciales en las que figura su nombre.
“La situación es suficientemente grave para que les diga a los franceses la realidad de la instrumentalización política que existe hoy de una parte de la Justicia”, dijo Sarkozy. “Nunca traicioné la confianza de los franceses ni cometí un acto contrario a los principios republicanos.
Estoy sorprendido por esta situación. No pretendo ningún privilegio, y si cometí una falta asumiré las consecuencias. No soy un hombre que huya de sus responsabilidades”, remarcó Sarkozy, con tono sereno y seguro.
La reaparición de Sarkozy tuvo lugar en una cadena afín al ex mandatario conservador, TF1, cuyo propietario, Martin Bouygues, es una de las mayores fortunas de Francia y padrino de uno de los hijos del ex presidente. Sarkozy ya había sido procesado el año pasado en el ‘caso Bettencourt’, acusado de abusar de la senilidad de la millonaria Liliane Bettencourt, dueña de L’Oréal, para obtener de ella dinero para su campaña, pero pocas semanas después la causa no prosperó y el político fue absuelto.
Consultado en la entrevista sobre si será candidato a liderar a la oposición conservadora, el ex jefe de Estado dijo que lo decidirá en setiembre próximo, antes de las internas partidarias.
Desde hace semanas, Sarkozy amagaba con regresar de cara a la elección presidencial de 2017, pero su procesamiento solo logró apoyos menores dentro de su coalición, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), inmersa en luchas internas y deudas económicas que amenazan con desmembrar al principal partido opositor.
“Visto nuestra actualidad, es claro que necesitamos un salvador, que indudablemente podría ser Sarkozy. Pero no necesitamos un salvador que pueda explotar en pleno vuelo”, advirtió el diputado de la UMP Philippe Gosselin.
Además de esta investigación sobre el posible tráfico de influencias, la Justicia mantiene abierta otras cinco pesquisas donde figura el nombre de Sarkozy, entre ellas una por presunto financiamiento de su campaña electoral de 2007 con dinero donado por el ex líder libio Muamar Kadafi.
Le "cortaron las piernas" para impedir su regreso
La suegra de Nicolas Sarkozy, Marisa Bruni Tedeschi, afirmó que está escandalizada por lo que considera una campaña destinada a “cortar las piernas” al ex presidente de Francia para impedir su regreso a la dirección de la derecha francesa.
En una entrevista publicada por el diario italiano La Stampa, la madre de Carla Bruni considera que “el verdadero escándalo es este golpe de efecto, la modalidad y el momento elegidos para presentar esas acusaciones contra Nicolas”.
“Es extraño que esta investigación surja ahora (...). El momento elegido es el que manifiesta un deseo de venganza, sin contar con que todos nosotros estamos dispuestos a poner la mano en el fuego sobre su rigor moral. Nosotros, que somos los más cercanos a él, estamos escandalizados”, agregó la suegra italiana del ex mandatario.