Así lo afirmó la Dra. Elizabeth Patricia Bogdanowicz, Médica Infectóloga Pediatra.
En plena cuarentena por el COVID-19, los argentinos –y el mundo- estamos viviendo una pandemia que, como no cuenta con una vacuna, afecta a una gran cantidad de personas y genera consecuencias devastadoras tanto a nivel sanitario como económico. En este contexto, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) llamó a establecer un paralelismo con el sarampión: una condición para la que sí hay vacuna, y que si bien se suponía que estaba bastante controlada a nivel mundial, en nuestro medio está atravesando un nuevo brote –el más extenso desde la eliminación de la circulación endémica- en buena medida por la no vacunación de los menores.
El sarampión es una enfermedad viral altamente transmisible de persona a persona a través de secreciones nasales o de la boca de personas infectadas. Puede producir una enfermedad potencialmente fatal, sobre todo en los niños más vulnerables y si bien no tiene un tratamiento específico, sí se dispone de una vacuna segura y eficaz que está incluida en nuestro Calendario Nacional de Inmunizaciones, gratuito y obligatorio.
La inmunización contra el sarampión está incluida en la vacuna denominada ‘triple viral’ -que inmuniza también contra paperas y rubeola- y que se administra de manera gratuita y obligatoria. Nuestro calendario de vacunación obligatorio incluye dos dosis que se aplican en cualquier hospital o centro asistencial; la primera a los 12 meses de vida y la segunda al momento del ingreso escolar, entre los 5 y los 6 años. Como medidas de prevención también se recomienda evitar el contacto con personas que puedan estar enfermas, utilizar tapabocas y lavarse las manos con frecuencia1.
Dada la situación actual, se recomienda una “dosis cero” a los bebés de entre 6 y 12 meses que viven en áreas de circulación viral reconocida (esta dosis no se contabiliza y se comienza el esquema oficial al cumplir 1 año de edad); dosis que no hace falta en aquellos que viven en provincias donde no hay circulación viral. Luego, todos los mayores a 5 años deben acreditar al menos las dos dosis contempladas en el calendario. Mientras que los mayores que nacieron antes de 1965 son considerados inmunes y no deben vacunarse”, explicó la Dra. Gabriela Nidia Ensinck, médica infectóloga pediatra, Secretaria del Comité de Infectología de la SAP.
Por otra parte, desde la SAP recordaron que la administración de la vacuna está contraindicada en aquellas personas inmunosuprimidas o embarazadas y que se debe evitar el embarazo en el mes siguiente a haber recibido una dosis.
Algunos de los signos y síntomas que pueden indicar la presencia de sarampión son fiebre alta, secreción nasal, tos, conjuntivitis, manchas blancas en la boca y cara interna de la mejilla y manchas rojas en la piel. Su aparición amerita la consulta inmediata (inicialmente telefónica, dadas las circunstancias actuales) con el pediatra de confianza.
Semana de vacunación de las Américas
Hasta el sábado 2 de mayo se realiza por 18° vez la Campaña de la Semana de Vacunación de las Américas. Se trata de una iniciativa de la Organización Panamericana de la Salud (OPS)1 con el objetivo de crear conciencia sobre la importancia de la prevención de enfermedades a través de la inmunización. Está vigente ininterrumpidamente desde 2003 y, a la fecha, lleva vacunadas a más de 806 millones de personas de todas las edades contra un rango amplio de enfermedades.
Bajo el lema “Ama. Confía. Protege. #Vacunate”, este año se insta a fortalecer la confianza en la capacidad de las vacunas para salvar vidas, así como la protección que proporcionan contra enfermedades para todas las personas en todas partes del mundo. La vacunación representa la estrategia de salud pública más efectiva, junto al agua potable, para prevenir enfermedades, algunas de ellas potencialmente mortales.