Saque si quiere zafar

La Lepra venía de dos partidos pavorosos, había renunciado su DT y para colmo recibía a la ‘T’. De guapo se lo empató al líder, perdió el Juve y vuelve a respirar.

Saque si quiere zafar

El realce del rival, la ajetreada semana post salida de Córdoba y las dos paupérrimas actuaciones ante Santamarina y Douglas Haig hacían pensar lo peor para el choque de ayer. Por donde se buscase, casi en todos los rincones del Bautista Gargantini, sólo podía encontrarse pesimismo.

Sin embargó (¡por fin!) apareció el carácter, esa rebeldía que se entiende como natural en el futbolista pero que no siempre queda de manifiesto dentro del campo de juego. O al menos no siempre con la intensidad que ameritaba el estado crítico de Independiente Rivadavia. Quizá las luces de las cámaras de TV, tal vez ese manto ‘todopoderoso’ que envuelve a este Talleres de Kudelka o vaya uno a saber por qué. Lo concreto es que apareció la templanza. Las cosas pueden salir bien o mal pero la guapeza no se negocia.

A este coraje le adosó una importante dosis de pulcro trato del balón en el tramo inicial del encuentro e Independiente fue otro. Lo supo poner, por momentos, contra las cuerdas al líder e invicto del torneo. Y no es decir poco. Abelairas se erigía como el abanderado de una performance que habría que retroceder mucho en el tiempo para encontrar otra igual. Y todo esto se sobredimensionaba sabiendo que estaba Talleres en frente.

Por izquierda Abelairas-Aguirre y por derecha González-Viscarra armaban sociedades dañinas por fuera y por dentro Medina estaba lúcido para el primer pase. Sufría en los retrocesos, pero el riesgo valía la pena por todo lo bueno que se mostraba de mitad hacia adelante. No alcanzó para romper el cero. Principalmente porque la intensidad perduró poco en el tiempo y porque Talleres era peligroso (Solís había reventado una pelota en el palo). El empate dejó un extraño sabor de boca. Parecía que se podía más. Pero el punto, tras el caos, es un tesoro.

Talleres, presente

La semana previa a este partido estuvo repleta de versiones sobre si los hinchas de Talleres podían venir a Mendoza a alentar a la T.

Antes del inicio del partido un centenar de hinchas cordobeses se acercaron hasta el estadio azul y algunos alcanzaron a ingresar a la platea Este donde no había ningún policía, pero a poco de entrar un grupo de hinchas leprosos los “sacó” del estadio.

También aseguraron que hubo incidentes en el ingreso de esa platea y en el Predio de la Virgen donde un grupo de hinchas leprosos se cruzó con los de Talleres.

El jefe del operativo policial culpó a los medios cordobeses porque toda la semana aseguraron que los hinchas iban a poder viajar a Mendoza.

Por otra parte, en la platea techada no pasó nada con los infiltrados que estaban, ya que los referentes de esa platea “los trataron bien”, ya que los acomodaron y los retiraron del estadio antes de que terminara el partido.

Está claro que por más que el Ministerio de Seguridad haya puesto 180 efectivos en el partido, algunos hinchas de Talleres pudieron presenciarlo.

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