Sanz, el hombre que ya no está solo - Por Carlos Salvador La Rosa

Sanz, el hombre que ya no está solo - Por Carlos Salvador La Rosa
Sanz, el hombre que ya no está solo - Por Carlos Salvador La Rosa

Ernesto Sanz fue víctima de su propio éxito. Haber sido el gestor político e intelectual de la alianza de la UCR con Mauricio Macri y uno de los cofundadores de Cambiemos, hizo que los radicales volvieran al gobierno, pero que en vez de agradecerle al mendocino ese impensado triunfo, se lo recriminaran.

Para sus correligionarios, Sanz pasó a ser más un hombre de Macri que de ellos, pero, a la vez, los macristas, tan sectarios como los radicales, de a poco le fueron cerrando todas las puertas. Hasta que el hombre se quedó sin espacio alguno.

Era demasiado macrista para los radicales y demasiado radical para los macristas. Durante un tiempo Macri lo siguió escuchando como consejero suyo, pero los “puros”, los portadores de la nueva política, fueron avanzando, con prisa y sin pausa, ocupando hasta el último espacio; usando todos los instrumentos de la vieja política para supuestamente imponer la nueva.

Sin embargo, ahora las cosas parecen estar dándose vuelta porque los que se cerraron terminaron ahogándose en su propio encierro y necesitan respiración artificial.

Frente a ello, uno de los dadores de aire es el radicalismo, por eso le pidieron a Alfredo Cornejo que participe de la mesa ampliada de las decisiones de Cambiemos.

Pero al gobernador mendocino eso no le interesa porque está ocupado gobernando, preparando una sucesión confiable y calmando a radicales bipolares que por un lado quieren más cargos en el gobierno nacional pero por el otro miran a los macristas con el mismo desprecio con que los macristas los miran a ellos.

Aunque no sólo por eso el gobernador no forma parte de la mesa, sino también porque Cornejo siempre fue y será un gran operador político pero jamás una espada de nadie, salvo de sí mismo. Él no forma parte de mesas, en todo caso ayuda a formarlas mientras va armando la única mesa que le interesa, la suya propia.

En tiempos lejanos Cornejo fue el principal operador de César Biffi, pero jamás fue biffista. Luego fue lo mismo con Julio Cobos, pero jamás fue cobista.

Hoy repite lo mismo con Macri, sin ser macrista. En todo caso, lo único que aceptaría ser es posmacrista... en la esperanza de que el posmacrismo pueda ser cornejismo.

Pero que Cornejo no acepte ser jamás de nadie no implica que no acepte liderazgos, ya que mientras el que manda manda, le es leal y opera con gusto para él.

Y hoy la mejor operación que encontró para ayudar a Macri fue ofrecerle en bandeja la apoyatura de Ernesto Sanz, quien no vuelve solo ni llamado por el presidente, sino como radical.

O mejor aún, como un radical militante. A confluir con un peronista militante como Monzó, también reivindicado. Aunque ninguno de ambos sean aceptados con plena convicción dentro del círculo áulico de Macri, sino más bien por desesperación.

Sanz vuelve, entonces, como hombre de partido, pero convocado por un jefe partidario que, como él, piensa que Cambiemos es más importante que la UCR o el Pro (definición ante la cual los radicales ortodoxos como Ricardito Alfonsín se horrorizan). Ambos se proponen ayudar a Macri a que convenza a sus propios sectarios que el todo vale más que las partes.

En los primeros tiempos de la gestión de Macri, Sanz funcionó de hecho como un ministro sin cartera, y ahora intentará algo parecido pero con una gran diferencia: esta vez lo será con pleno apoyo de su partido, o al menos del jefe de su partido, del gobernador Gerardo Morales y de los jefes radicales legislativos. No se sentirá más, como lo hicieron sentir, un radical operando para el macrismo, sino un radical confiable tanto para Macri como para Cornejo.

Cree Ernesto Sanz que lo primero que debe hacer el radicalismo frente a la crisis económica es juntar toda la materia gris partidaria en el tema y hacerla interactuar con los macristas. Allí revisten Jesús Rodríguez, Lucas Llach, Pablo Gerchunoff y Eduardo Levy Yeyati, entre otros, dispuestos a “radicalizar” con sus propuestas la jaqueada economía macrista.

Economistas radicales y macristas tienen ya una tarea en común para compartir: la de lograr un buen acuerdo con el FMI. Los radicales se sienten optimistas porque poseen información de que en la reunión de esta semana con los miembros del Fondo, éstos les dieron tres buenas noticias: la primera, que la información estadística que tenían sobre la Argentina estaba desactualizada, con los datos mucho peores de lo que realmente son.

La segunda, que saben de las restricciones políticas en el Congreso y que las tendrán en cuenta para cualquier decisión. La tercera, que no ignoran la gran cantidad de fracasos que tuvieron con la Argentina, por lo que quieren tomar a ésta como una prueba piloto que sea exitosa.

Jamás lo dirá así, pero Sanz se propone “desduranizar” a Macri en lo que considera lo peor del brujo ecuatoriano: la de haber aislado al presidente, poniéndolo a mil kilómetros de la sociedad.

El radical reivindicado quiere convencer a Macri que enamore a la gente, que le hable desde el corazón, que asuma un liderazgo personal porque éste es un país presidencialista donde la sociedad pide un conductor que se ponga el país al hombro y lo encarne en su persona.

Pero el Sanz que vendrá no es el Sanz que se fue. Antes era un convencido de que se necesitaba un gran acuerdo con el peronismo para gobernar. Pero ahora que le hicieron caso, cree que ya es tarde.

Que lo máximo que se logrará es que los peronistas le hagan la “gran Schiaretti”, esa por lo cual el gobernador de Córdoba apoya al presidente con sus dichos pero hace que su esposa le vote en contra en el Congreso.

Sanz opina que el gobierno no tuvo el suficiente rigor en la negociación con los gobernadores peronistas, que cuando le pidieron ayuda les dio todo lo que le pedían y ahora que él los necesita, éstos miran para otro lado porque no necesitan a Macri como antes.

Por ende, el primer consejo político que Sanz le daría hoy a Macri es que en vez de mirar hacia un peronismo que en el mejor de los casos le responderá con indiferencia, se ponga a mirar de cara a la sociedad y debata con ella los grandes temas, obligando al peronismo a hacer lo mismo.

Y para eso necesita un liderazgo fuerte y personalizado que Sanz se ofrece ayudar a construir, y un equipo mucho más amplio que Cornejo y Sanz ofrecen aportar desde la UCR.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA