La historia la escriben los que ganan, dicen, pero no siempre es así. Éste es un caso de esos en que un ganador nato no tuvo el reconocimiento merecido, justo, acorde a las proezas y victorias conquistadas.
Juan Santos Fracchia es el héroe de la bicicleta que en Mendoza ganó muchas carreras relevantes, pero nunca fue tan mimado ni reconocido como Don Ernesto Contreras. Le tocó lidiar, convivir y competir con uno de los más grandes ciclistas que dio la Argentina.
Hoy, justo en el ascenso al Cristo Redentor, El Zorro maipucino cumple 70 años de vida y siempre al lado de las bicis, aunque también alguna vez incursionó (lo hace en la actualidad) en el mundo del automovilismo.
Junto a Azucena, su señora, El Zorro conformó su "jauría" y nombró a sus vástagos como Javier Ramón y Juan José. Ellos incrementaron la familia y Juan Santos Fracchia es el Nono de Juan Bautista, Luciano, Santiago y Matías.
"Empecé a correr porque estaba trabajando en la Bodega Peñaflor; estaba en la parte de construcciones y unos amigos que corrían me invitaron un día y los acompañé en mi motito. Ahí empecé a salir con ellos. Un día, Alejo Llanos me dijo: podés salir y podés correr. Yo le dije que no, porque no tenía nada. Imaginate que estaba trabajando en la construcción y él me prestó una bicicleta chiquita y desde ahí salimos a andar. Empecé haciendo un embalaje y gané. Entonces me dijo que tenía condiciones y empecé a correr en libre y después pase a la Federación", contó orgulloso.
"Cuando yo empecé a correr era el año 1967, por lo tanto no tuve la oportunidad de correr en juvenil. Tenía 17 años y voy a cumplir 70 (hoy). Yo me federé en 1969. Justo en esos años me tocó servicio militar en la cuarta Brigada Aérea y un chico del equipo se lesionó para correr el Cruce de los Andes. Pedí permiso y me lo dieron. Así que corrí el Cruce de los Andes de 1970", cuenta con un dejo de nostalgia, mientras se prepara para subir al móvil que guiará en una de las etapas de la Vuelta de Mendoza.
“El primer año yo no tenía equipo pero después sí. Con Ernesto Contreras fuimos compañeros durante años, en donde ganamos un Cruce que quedó para siempre grabado en mi corazón. Recuerdo que empecé a correr en los libres en donde de 45 carreras gané 43 en una temporada. Después me federé. En mi primera carrera como federado quedé en el tercer lugar y en la segunda terminé en el segundo. No fui muy ganador, es cierto, pero de diez carreras ganaba una, en las otras nueve quedaba segundo, tercero o cuarto, de ahí no bajaba. El mismo Negro me decía que no era ganador pero era de punta”, dice quien fuera corredor de la escuadra de Sindicato de la Alimentación.
"En 1972 me fui a la Vuelta del Ecuador, en la cual gané dos etapas. De ahí vine y corrí otro Cruce de los Andes que finalmente ganamos y donde fui homenajeado por el Presidente Juan Domingo Perón. Nos hicieron medallas por haber ganado aquella hermosa competencia. Fue algo inolvidable; una satisfacción enorme correr con el Negro (Contreras). Teníamos un equipo que era fuerte. El Negro me enseñó mucho, como también Alejo Llanos, que fue quien me inició" recuerda.
"En Mendoza conquisté un campeonato de medio fondo en El Prado Español. Después gané en 90 y 100 minutos individuales; gané una crono individual de 50 kilómetros y muchas carreras más", dice quien es propietario de una cupé Ford 1940, una réplica de la que tuvieron los Gringos Emiliozzi.