En su adolescencia mendocina, Santiago Esteves no sólo disfrutaba los clásicos policiales sino las películas que ahondan en la relación maestro-discípulo.
"Karate kid" salta ahora a su memoria con una sonrisa, mientras piensa en cómo ese vínculo entre el Señor Miyagui y el joven Daniel pudo haberlo emocionado en los '80, tanto como los westerns o los thrillers hollywoodenses de los '40 y '50.
"La educación del rey" fue pensada (junto al co-guionista Juan Bordón) como una bildungsroman, una historia de aprendizaje. "La película es un relato de iniciación dentro de la clase armada de nuestra época: los guardias de seguridad y los ladrones", cuenta el director a punto del estreno del filme en las salas comerciales.
Y agrega: "Filmada en la ciudad de Mendoza, atravesada por el desierto y los cerros, toma elementos del policial y del western. Pero sobre todo, intenta poner en escena la relación entre un hombre al final de su camino y otro que recién empieza a transitarlo".
Reynaldo, alias "Rey", escapa de su fallido primer robo. En la huida, cae en el patio de Carlos Vargas, un guardia de seguridad retirado. El hombre le ofrece al chico un pacto: si arregla los daños que provocó al caer, él no lo entregará a la policía. La relación entre ambos es el centro de una historia que transcurre en la ciudad de Mendoza y sus márgenes. Entre ellos, se forma una relación intensa que transforma el mundo de ambos. Ése es el núcleo argumental de este thriller que se expande sobre una reflexión de fondo: ¿qué hacer con el otro?
- Ladrones, asesinos seriales, secuestradores. El cine argentino viene teniendo una fascinación por los personajes criminales y suele establecerse una empatía con el protagonista. ¿Cómo lo resuelve "La educación..."?
- Desde el principio, la intención fue crear un relato clásico, que se aproximara al mito. Y con clásico no me refiero solamente a los resortes narrativos sino también a la idea de cierto optimismo, de que aún en las peores circunstancias es posible la transmisión de saberes, la generosidad.
Hay, claro, un contexto social, político y económico detrás de ese joven Reynaldo (interpretado por Matías Encinas) que trepa la medianera tras un robo fallido e intenta escapar de la policía.
"Creo que la película se desmarca de cierto cine latinoamericano que expone la tragedia. O de aquel que parte de lo documental para enfocar a figuras del mundo del crimen. Claro que hay un contexto social y eso atraviesa toda la película, pero lo que intentamos fue profundizar en el vínculo como experiencia de transformación, no sólo para el supuesto ladrón", expresa Esteves.
También hay un contexto detrás de Vargas (el ex chofer de un camión de caudales que encarna Germán De Silva), un hombre maduro que la sociedad ha vuelto prescindible y que no logra establecer relaciones efectivas.
Por eso, en el circuito de festivales que viene recorriendo (desde San Sebastián hasta Pyngyao, en la ciudad medieval de China), diferentes espectadores de diversas edades se han sentido identificados con la película.
La crítica francesa destacó en ella el reflejo de la situación social del país. Otras miradas ponderaron la recuperación del policial clásico.
"Queríamos que el relato fuera conciso. Que tuviera el pulso del thriller y manejar el suspenso de tal modo que te mantuviera de principio a fin al filo de la butaca".
Policial made in Cuyo
Si bien en los cines comerciales parece percibirse un buen momento para los filmes argentinos ("El Ángel", por ejemplo, se proyecta en Mendoza a sala llena), películas como "La educación del Rey" están a considerable distancia de ese nivel de promoción.
En principio, "La educación..." se filmó como serie. Íntegramente rodada en Mendoza, contó con un gran equipo local y un elenco mitad mendocino mitad bonaerense.
¿Qué fue de la serie? Santiago lamenta que no se pueda acceder a ella desde ninguna plataforma en estos días. "La hicimos con bajo presupuesto y con un esfuerzo enorme. Ese material, que le pertenecía al Estado, fue emitido por la Tv Pública pero luego se cajoneó. De hecho, cuando los canales locales lo pidieron para emitirlo no encontraron respuesta. Al parecer, los organismos que cuentan con esas producciones no muestran mucho interés hoy por difundirlo".
La película ha sido -dice- una especie de justicia, de revancha. "Fue un trabajo tan increíble del equipo técnico, de toda la gente que participó, que merecía exponerse en muchos lugares, como finalmente sucedió con el filme".
- ¿El policial negro tiene otras características en este oeste?
- Pienso que intenta construir un lenguaje. Que tiene otro sonido. Entre la tonada cuyana y el acento porteño, el elenco encontró su propia música.
Claro que, en cuanto al espacio, buscamos exprimir el Gran Mendoza. El espacio mendocino está, pero me interesaba sobre todo el contorno de la ciudad, ese territorio donde lo urbano limita con la naturaleza pero con ese paisaje hostil que está entre el monte y el basural.
Al nacer como una miniserie con poco presupuesto, "La educación..." también implicó para el director un acto de libertad. "Al ser tan chiquito y tan independiente, las decisiones creativas corren por tu cuenta, no necesitás hacerle caso a nadie, pero la contracara es que, al momento de la distribución y la difusión, hay pocas ventanas abiertas".
Y sí: en nuestro cine independiente, las películas quedan a merced del boca a boca de la gente. De su conciencia a la hora de apoyar filmes hechos en Mendoza fuera del cliché del vino y la cordillera.
Esteves ya tiene en mente un nuevo proyecto, también policial, también mendocino. Luego del estreno de su opera prima, se lanza a retomar este nuevo misterio. "El género me parece genial para irse curtiendo. Y creo que Mendoza tiene grandes escenarios e historias de base para la ficción policial".
El director
Santiago Esteves nació en Mendoza en 1983.
Licenciado en Psicología, estudió Dirección en la Universidad del Cine, al tiempo que trabajaba como montajista junto a directores como Pablo Trapero, Mariano Llinás y Juan Villegas, entre otros.
Escribió y dirigió los cortometrajes "Los crímenes" (Mejor Cortometraje Iberoamericano en Huesca 2011) y "Un sueño recurrente" (Bafici 2013).
"La educación del Rey", su ópera prima, ganó el Premio Cine en Construcción en el Festival de San Sebastián en 2016, y fue estrenada en la sección Horizontes Latinos del mismo festival en 2017, iniciando un extenso recorrido internacional.