Desde hace cuatro años conduce "Intratables" por la pantalla de América, un programa en el que se habla de política "como en el café o en un encuentro entre amigos", según define.
Pero su versatilidad también le permite conducir el reality "Escuela para suegras", que debutó el jueves por Fox Life y en el que, junto con la sexóloga puertorriqueña Alessandra Rampolla y el humorista argentino Jey Mammón, intentan regenerar a un grupo de suegras problemáticas.
El show político
Acerca de "Intratables", un verdadero show político al que muchos señalan como "la versión macrista de '6, 7, 8", Del Moro retruca: "No comparto para nada esa acusación, porque yo no soy macrista, ni kirchnerista ni massista; no quiero que me usen los 'trolls' de cada partido en las redes sociales".
El también conductor radial de "El club del Moro", por FM 100 junto a Maju Lozano, agregó que "todos los partidos te operan y yo no quiero que me hagan cargo de nada. Yo no me siento representado por ninguno de los partidos grandes; no me banco que me usen. Me quieren dar un lugar que yo no ocupo".
Del Moro, que se tomó unas buenas vacaciones porque considera que 2017, como buen año electoral, “va a ser agitado”, considera también que “va a haber una gran polarización, pero ésta va decantar por sí sola en la votación, en la decisión que tome la gente en las urnas”.
-¿Creés que la gente está cansada de los políticos?
-Creo que hay una sensación de descreimiento generalizada. La gente está cansada de que les digan algo en campaña y luego no lo cumplan. Eso pasa con todos los partidos políticos.
-Y de la famosa "grieta", ¿qué pensás?
-La grieta existió siempre. Desde la división entre unitarios y federales los argentinos siempre hemos discutido y nos hemos peleado. La polarización está en nuestra idiosincrasia. Por eso lo que yo busco con “Intratables” es que el programa sea un fiel reflejo de lo que pasa en una charla familiar, en un café o en un encuentro con amigos.
-Sí, pero a veces el tono de la discusión sube bastante y hasta parece por momentos que tienen ganas de irse a las manos...
-Puede ser, pero en general los políticos son mucho menos histéricos que los rockeros o los actores, que es el mundo del que yo vengo.
Los políticos son más relajados, pueden discutir al aire con otro dirigente, decirse de todo, y después se van a comer juntos. Ellos se bancan que vos los critiqués y les preguntés cosas fuertes.
En cambio hay famosos, actores y músicos, que si les preguntás algo fuerte o los criticás no te hablan más. Entre ellos mismos se critican y pasan años y años sin hablarse. El político, en ese sentido, es más relajado y entiende cuál es tu rol.
-¿Y cuál es el límite en una discusión?
-Hay un límite que está claro para todos. Ningún político se mete en la vida privada de otro. Es un límite que jamás se cruza. Nadie se mete en la cama del otro. También me parece muy bien que a nosotros no nos interese la vida privada de ningún político. Lo importante para mí y para todo el equipo de producción del programa pasa por si es honesto y por cómo trabaja o gobierna.
-¿Cómo ves tu lugar en la televisión de hoy?
-Me veo como un laburante más del día a día. También veo que he crecido, porque yo empecé en Much Music en la TV de los patacones. El sueldo y todo el armado se pagaba con patacones, era la televisión de la poca plata. Pero después me gané un Premio Tato con “Infama”, que conduje entre 2008 y 2013, antes de “Intratables”.
-¿Y a "Intratables" cómo lo ves?"
-Yo creo que sale bien y que cambió la forma de contar la actualidad política en la tele, aunque debo reconocer que conduzco un programa muy complicado, en el que tocamos temas muy difíciles y hay más de 30 micrófonos en el aire.
Hacer un programa así requiere una gran demanda de energía, porque el ritmo que tiene “Intratables” es increíble y hay mucha desmesura. Para conducirlo hay que tener una gran sanidad mental y la libertad que me da el canal.
Por esa misma razón, el conductor que este jueves cumplirá 39 años asegura que es “muy metódico y necesito ese orden tanto en mi trabajo como en mi vida. Todo el tiempo que no trabajo trato de pasarlo en mi casa, con mis hijas (Catalina de 6 años y Amanda de 3) y mi mujer. Voy a la radio y vuelvo a casa, hago un programa y vuelvo a casa, por eso junto sueño y trato de descansar bien”.
-Jorge Rial dijo que no conduciría una hipotética nueva versión de "Gran Hermano" y empezó a sonar tu nombre para ese rol. ¿Lo harías?
-No es una decisión que corra por mi cuenta, pero creo que el programa es “de” Jorge, que está primero en la lista, y después está Pamela (David), que hizo un debate excelente todas las tardes. A mí el formato reality me encanta y espero seguir haciéndolo, pero en cuanto a “Gran Hermano”, todavía falta mucho para que se defina una nueva edición.
-¿Y un programa como "ShowMatch" lo harías?
-No, ése es un lugar que nadie puede ocupa. Son zapatos que nadie quiere calzarse, porque Tinelli es Tinelli y en sí mismo es un formato. Tinelli es el programa, es el formato.
-¿Qué tiene que tener un programa para que aceptés conducirlo?
-Me tiene que gustar la propuesta, me tiene que representar un desafío, tiene que ser un desafío. Nunca seguí los parámetros del manual. Siempre respeté a todos los maestros, los grandes conductores de la tevé, pero también tengo mi gusto y mi intuición.
Yo creo que todos soñamos con hacer y conducir un programa con una gran producción, con un muy buen formato, pero lo que me va pasando con todos los ciclos es que el formato termino siendo yo.
Soy un estilo porque le pongo mi propio ritmo, un timming, soy un tipo en formación, trabajo mucho en mi formación.
-¿Y en la radio?
-La tevé y la radio son muy distintas. La radio es más difícil, por eso yo trato desde mi programa que la gente se levante con ganas de laburar. Ya tiene que viajar dos horas hasta el trabajo y lidiar con una realidad hostil. Entonces lo hago con energía y buena onda, para que esa persona pueda empezar bien su día.
"La figura de la suegra es universal"
Desde el jueves pasado, Santiago del Moro conduce "Escuela para suegras", una nueva producción de Fox Latinoamérica que hace foco en una figura emblemática de la vida de la mayoría de las parejas y con frecuencia eje de chistes y bromas en todo el mundo, como es la suegra.
En el reality participan seis suegras problemáticas, entrometidas, envidiosas y manipuladoras que han cruzado los límites de la intimidad y llegan al programa llevadas por sus hijos, nueras y yernos en busca de una última oportunidad.
A lo largo de trece episodios, las suegras participarán de clases y ejercicios en los que enfrentarán sus conflictos más íntimos y tendrán que probar que pueden cambiar antes de que sea demasiado tarde.
En esas situaciones estarán supervisadas por Del Moro, la reconocida sexóloga puertorriqueña Alessandra Rampolla y el comediante argentino Jey Mammón.
-¿Por qué aceptaste conducir "Escuela para suegras"?
-La propuesta me llegó el año pasado y me encantó. Desde que conduje ‘Soñando por bailar’, tengo experiencia en este tipo de realities y me gustan, me divierten porque no tienen nada que ver con lo que venía haciendo hasta el momento.
El único problema fue que tuve que irme 20 días a Bogotá para hacerlo y aquí estaba con “Intratables” y cambiándome de radio. Entonces coordiné con América y con Mitre, pedí un permiso y me fui, y realmente me gustó mucho el trabajo.
-¿Creés que un programa así puede andar bien acá?
-Creo que sí, porque es un reality muy divertido, que genera mucha empatía con el público y además es un tema que siempre te toca. La figura de la suegra es muy universal. Las suegras y las parejas que participan en el programa son todas argentinas.
El programa está pensado para la Argentina pero también para que se vea en todos los países de la región. Puede parecer que la situación cambie cuando la suegra es madre de una chica o de un chico, pero es un personaje muy reconocible y muy fuerte.