De un día para otro cambió el protagonismo de ambos. Bernardo Llaver tuvo un buen desempeño en la clasificación pero perdió terreno en la carrera tras un destacado segundo lugar en su serie, mientras que Julián Santero se reinvindicó de la magra actuación del sábado metiéndose entre los mejores de la competencia final en Resistencia.
Lo bueno es que ambos volvieron a sumar puntos para el torneo, siendo destacada la producción del joven de Guaymallén con el 408 del Peugeot Team. Es que se recuperó en la serie inicial (partía octavo) subiendo cuatro plazas al aprovechar las decersiones de Franco Vivian y Christian Ledesma, la superación a Guillermo Ortelli y el recargo a Néstor Girolami por maniobra peligrosa a Leonel Pernía.
Así, movió octavo en la carrera definitiva pero perdió con Esteban Guerrieri y Ortelli. Aunque aplicó viveza en el momento que su comprovinciano Llaver se vio enroscado con Agustín Canapino, Emiliano Spataro, Matías Rossi, Guerrieri y Ortelli para volver al octavo puesto y tres vueltas después dar cuenta del ex Indy Lights.
"Fue, por lejos, la carrera más dura que he corrido. Hizo mucho calor y el puesto logrado resultó bueno para seguir sumando puntos en el certamen", lanzó Julián, quien bajó un lugar en el torneo para ubicarse en la octava plaza.
Para el sanmartiniano Llaver, el podio no era una utopía luego de escoltar a Mariano Werner en el parcial. Llegó tercero pero una penalización a Canapino por tocar a Spataro permitió que se acomodara cuarto en la grilla de la final.
Pero, en el afán por superar a Spataro que lo había derrotado en la largada, Berni la pasó mal ya que en un giro cayó del quinto al undécimo lugar con el Toyota. A fin de cuentas concluyó duodécimo. “Esperaba que la carrera fuera mucho mejor, pero una serie de roces cambiaron todo”, comentó.
Llaver llegó de milagro a la ajedrezada. “Tuve problemas con gases del escape que entraban al habitáculo. Los último giros fueron interminables; pensé que no terminaba”, dijo.
