La Salada de Santa Rosa tiene, desde este fin de semana, una frecuencia de colectivos que pasa frente al predio, con la idea de trasladar a parte del público que concurre a la feria y, al mismo tiempo, minimizar la circulación de remises truchos hacia el lugar, que se estima en hasta medio centenar de vehículos.
“Mucha de la gente que va a La Salada no tiene vehículo o viene desde lejos y entonces se ha ido armando una red de remises truchos hacia la feria”, explican en la comuna y advierten que se trata no sólo de autos que no están autorizados para circular como transporte público sino que, además, suelen ser vehículos viejos, con el peligro que eso representa.
“Hablamos con el titular de Transporte de la zona, le explicamos nuestra preocupación por los remises truchos y hemos coincidido en que es necesaria una solución, ya que si bien hasta el momento no ha habido ningún accidente grave, no podemos jugar con la suerte y alentar la presencia de remises truchos con el peligro que representan”, explicó Marcos Nuarte, secretario de Gobierno de Santa Rosa.
Así, por gestiones de la comuna ante Transporte que involucran a la empresa Nueva Generación se habilitó una extensión a la frecuencia de colectivos que une a las ciudades de La Colonia, en Junín, con La Dormida, en Santa Rosa, con la idea de que los días sábados y domingos pasen frente a las puertas de la feria.
Cuando La Salada abrió en Santa Rosa, a mediados de setiembre de 2013, en un terreno de ruta 7 junto al predio industrial, el gobierno municipal del entonces intendente Sergio Salgado imaginó centenares de oportunidades de nuevos trabajos para los santarrosinos, no sólo participando de la venta de productos en la feria, sino con tareas secundarias; entre ellas, la necesidad de transporte que demandaría la feria, alejada de la villa cabecera unos cuatro kilómetros y más de siete de Las Catitas, el siguiente pueblo cercano.
Así fue que en un principio nadie criticó la aparición de decenas de remises truchos, que no sólo desde Santa Rosa sino que desde San Martín o La Paz, comenzaron a viajar hacia la feria e incluso hoy, muchos señalan que la frecuencia de colectivos a La Salada “terminará con el trabajo de mucha gente que hace de remisero”.
Santiago es dueño de un viejo Peugeot 504 y los fines de semana lleva gente desde San Martín hasta La Salada y vuelve con los pasajeros y el baúl del auto lleno de la ropa que han comprado: “Hoy ya me conocen y cada semana tengo arreglados dos o tres viajes, pero en 2013 empecé con un cartel en la plaza San Martín que decía 'Viajo a La Salada'. Así arranqué”, cuenta el hombre y cree que su trabajo no va a mermar, pese a la nueva frecuencia de colectivos: “Hay gente que viajará en micro y otra que prefiere no esperar y hacer todo más rápido”.
La Salada tiene hoy unos 570 puestos comerciales, que son pequeños boxes de dos metros por tres repartidos en una extensa red de pasillos; por fuera, se ubican los locales de comidas, los baños y el estacionamiento; la administración tiene proyectado construir una segunda nave para otros 500 nuevos locales y cada fin de semana, miles de personas se acercan para comprar productos de calidad discutible pero a buen precio. Mucha de esa gente llega y se va en remises truchos.
Así, las nuevas frecuencias de colectivos de Nueva Generación que pasan por La Salada salen desde La Colonia, en Junín, los sábados a las 7.30, 10.50, 14.30 y los domingos a las 8 y a las 16; por otro lado, los que parten desde La Dormida, en Santa Rosa, salen los sábados a las 7.25, 10.50, 16 y los domingos a las 8 y 14.45.
Hasta se evaluó la posibilidad de incluir una frecuencia en la noche del viernes, teniendo en cuenta que La Salada abre sus puertas en las primeras horas de sábado e incluso a las 2 de la madrugada la feria ya está en plena actividad: “Fue algo que se charló pero finalmente acordamos los horarios de los sábados y domingos”, señalaron desde la comuna.
La más grande del interior del país
Existen en el país unas 600 'saladitas' y la que funciona en Santa Rosa es la más grande del interior. Cuenta con un marco administrativo legal, apoyado en una ordenanza municipal y tributa, según la comuna, unos $ 160.000 mensuales en concepto de tasa.
Sin embargo, la feria aún no está habilitada por la comuna, aunque desde el municipio aseguran que el trámite estará completo antes de fin de año.
“El trámite para la habilitación municipal ha sido superado desde lo técnico. Es decir que los planos presentados están bien”, aseguró Marcos Nuarte, secretario de Gobierno.
Resta aún el informe de impacto ambiental que, según el municipio, “dará positivo, porque la feria no implica ningún perjuicio para la zona”, agregó Nuarte.
A fines de julio, los administradores de La Salada habían presentado la información técnica requerida por la comuna, para evitar la clausura del predio y encaminar el trámite hacia la habilitación municipal, expediente que todavía se encuentra abierto.
