El intendente de Santa Rosa, Sergio Salgado, decidió cortar con siete años de apoyo a la política sanitaria de la provincia en su departamento y, desde ayer, reubicó a los 69 empleados municipales que hasta el lunes prestaban servicio en el hospital local y en alguno de los cinco centros de salud dependientes de la provincia.
Salgado tomó la decisión de retirar a su gente luego de que el Gobierno desactivara, este lunes, un subsidio por seis millones de pesos que hasta el viernes el Ministerio de Salud había autorizado pagar. “Figuraba como subsidio pero en realidad es un reconocimiento de gastos. Son seis millones de pesos que la comuna ya invirtió en salud durante este año y que íbamos a recuperar”, dijo el intendente, muy preocupado porque la plata no llegó.
Sin dudas, la medida afecta la atención del servicio sanitario en el departamento, especialmente en algunos centros de salud donde no ha quedado chofer que maneje la ambulancia: “Ahora dicen que se va a resentir la atención y es lógico, si el municipio pone diez millones por año en salud y este año ya gastó seis”, lanzó Salgado.
El intendente explicó que hasta el viernes el pago a favor de Santa Rosa figuraba en el sistema, pero luego de que Los Andes revelara el domingo la autorización de la ayuda (que figuraba liquidada y a la espera del pago), el Ministerio de Salud desactivó el expediente el lunes: “Es plata que habíamos gastado y que nos estaban por devolver, pero lamentablemente el Gobierno cedió a las presiones de la oposición y de los gremios, que decían: ¿Por qué Santa Rosa va a cobrar seis millones si hay hospitales a los que les falta insumos?”.
Con ese dinero, de libre disposición, Salgado tenía pensado hacer frente al pago de proveedores, contratados y cheques: “Seis millones que no llegan es mucho dinero para Santa Rosa y este golpe que nos hace la oposición duele mucho, porque la gente que va al hospital son vecinos, pero no queda otra alternativa que tomar esta decisión. Si no me reconocen lo que he gastado tengo que sacar a la gente”, dijo Salgado, que buscó no cargar directamente contra el gobierno de Francisco Pérez. Aseguró que ningún empleado será despedido y que todos serán reubicados.
“No hay chofer para la ambulancia ni tampoco médico. Sólo quedó un enfermero”, confirmaba ayer una vecina del centro de salud de Las Catitas, mientras algo similar ocurría en Ñacuñán. “Yo hago hasta donde puedo, pero llevo ocho años 'pariendo' con la oposición, que sólo quiere quilombo en Santa Rosa y lo está consiguiendo (sic). Eso sí, que se hagan responsables de lo que dicen y de los resultados, porque si acá pasa algo con algún enfermo, ellos serán los responsables”.
Alejandro Paris es director del hospital Arenas Raffo, que sufrió la baja de algo más de 30 empleados, entre choferes, enfermeros, administrativos, personal de cocina, lavandería e incluso médicos. “Sí, es cierto que se fue la gente que pagaba el municipio, pero ya estoy trabajando con el Ministerio de Salud para dar de alta al personal necesario”, explicó el funcionario, que estima que mucha de la gente que se fue, volverá, pero esta vez contratada por nosotros. Sin embargo, no pudo precisar cuándo ocurriría.
Desde Salud, no quisieron ayer hacer declaraciones al respecto. Si bien admitieron que el lunes se “bajó” el subsidio para Santa Rosa, explicaron que buscan terminar con la polémica generada.