Desde ayer y por primera vez en su historia, el radicalismo gobierna en Santa Rosa: con Sergio Salgado preso y su renuncia indeclinable firmada en una nota, la presidente del Concejo, Norma Trigo, asumió la conducción del departamento, con la promesa de no despedir a empleados municipales y llamar a elecciones en el mediano plazo, “cuando la situación de la comuna se haya normalizado”. señaló Trigo.
El lunes comenzará a armar su propio gabinete, con dos objetivos inmediatos: pagar sueldos a tiempo (el gran problema del último año) y garantizar los servicios básicos.
No despedir personal y llamar a elecciones en el mediano plazo fueron las condiciones que durante la mañana de ayer se discutieron en el recinto y la base sobre la que se sostiene el precario acuerdo entre el bloque radical y el del FpV. “Apoyamos porque somos respetuosos de la ley, pero no vamos a permitir que se eche a ningún trabajador”, comentó el concejal Marcial Ibarra (FpV), y agregó: “Demasiada tensión hay en el departamento y en las familias santarrosinas como para que la gente tenga que preocuparse por perder el trabajo”.
La comuna tiene casi 2.000 empleados en un departamento de 16.500 habitantes.
Ibarra hizo también de vocero sobre lo que ocurría en el recinto para el centenar de partidarios de Sergio Salgado que se reunió en la puerta del Concejo y que reclamaba que la comuna siguiera en manos de un peronista, algo que ya había pedido en la semana el gobernador Alfredo Cornejo y también el comité provincial del radicalismo, un asunto que finalmente no ocurrió ya que Trigo se respaldó en el apoyo que en la noche del jueves le dio el comité departamental para asumir el cargo.
La del Concejo fue una sesión tensa, no solo por las noticias de los últimos días que desembocaron en la detención y traslado a la Penitenciaría del ahora ex intendente Sergio Salgado, sino por la presión de la gente en la puerta, que no entró al recinto exclusivamente por la barrera que formó una docena de policías y que controló el ingreso.
Incluso, el concejal demócrata Antonio Ponce, principal opositor de Salgado en estos años e impulsor de una docena de denuncias en su contra, no ingresó al recinto porque llegó tarde, cuando el resto de los ediles estaba en el salón y la vereda ocupada por salgadistas.
“Sé que algunos me critican porque no estuve en la sesión y hasta me han tratado de cagón (sic) en alguna radio, pero preferí ser prudente y no entré para no generar más tensión con la gente que había en la puerta: llegué a dos cuadras y me pegué la vuelta; si me acercaba le aseguro que no hubiera habido sesión. Esa gente estaba muy nerviosa y algunos con razón porque han choreado lindo con Salgado (sic) y se les acabó la fiesta”
Ponce, el único de los concejales opositores con experiencia de gestión (fue intendente inmediatamente antes que Salgado) señaló que podría participar del Ejecutivo de Trigo, aunque con condiciones: “Hay que trabajar con seriedad. Si veo que eso ocurre, me piden colaborar y creo que es un bien para los santarrosinos, estaré en lo que sea necesario”.
Entre los peronistas suponen que ahora Cornejo está obligado a prestar la ayuda que, dicen, no recibió Salgado: “El trabajo sucio ya se hizo y se redujo mucho la planta pero más no se puede achicar. Santa Rosa no es la capital del trabajo y este año, para colmo, la cosecha viene muy mal. Cornejo va a tener que poner la plata que no quiso poner hasta ahora”, dijo un concejal cercano a Salgado.
Finalmente, la edil radical Débora Quiroga subrayó que comienza un "gobierno de transición", que debe contar con el apoyo del Concejo y que "en el mediano plazo será necesario llamar a elecciones: Luego de que se normalice el funcionamiento de la comuna", dijo en coincidencia con Trigo, aunque debido a la ambigüedad del concepto, el bloque peronista pidió dejar en acta que se hablaba de un plazo no mayor a cuatro meses.
Trigo asumió la intendencia y el encargado de tomar juramento fue el peronista Celso Reta, el nuevo presidente del Concejo.
Comienza una nueva etapa en Santa Rosa pero nada indica que será sencilla: la salida de Trigo y Quiroga del Concejo fue custodiada por personal de Infantería y entre los insultos de los partidarios de Salgado que permanecieron a la espera. Entre ellos estaba María Araujo, madre del ex intendente y una de las personas más ofuscadas con la situación.