En Santa Rosa, la relación de la intendente Norma Trigo con el Concejo Deliberante pasa por su peor momento. Desde que la concejal radical se hizo cargo del Departamento Ejecutivo, primero de manera interina, en abril de 2016 cuando renunció el kirchnerista Sergio Salgado y más tarde, en febrero de este año, cuando con el 61% de los votos se convirtió en la primera intendente mujer electa de Mendoza, la situación no avanza.
Esta semana, Trigo será citada por segunda vez al Concejo -la primera vez no asistió-, que la culpa por incumplimiento de sus funciones. Así las cosas, la política santarrosina parece estar a las puertas de una nueva crisis que, en ciclos más o menos largos pero drásticamente inevitables, se reviven desde hace años.
Cabe recordar que Trigo suele acusar al recinto de no atender los reales problemas de los santarrosinos y los ediles contestan con comisiones investigadoras que hurgan en los expedientes más polémicos.
Esta vez, la convivencia entre ambos poderes comenzó a fracturarse temprano: a fines de junio, el demócrata Antonio Ponce decidió partir el bloque y pasar a las filas de la oposición, acusando a sus antiguos aliados de Cambia Mendoza de repetir errores de Salgado. Es decir, sumar personal a una planta sobrecargada, negar el envío de expedientes y realizar compras o licitaciones "poco claras".
El Ejecutivo respondió asegurando que la verdadera sobrepoblación está en el Concejo donde, según Trigo, hay unos 90 empleados: "A muchas no los conozco y ni siquiera van a trabajar", dijo la mandataria a Los Andes, que decidió no cancelar una vieja deuda de haberes que arrastra el municipio desde Salgado, a los empleados del Concejo que iniciaron juicio al municipio: "El resto ha cobrado toda la deuda", resumió Trigo y aseguró que el exceso de personal en el Concejo lleva a que "haya agotado su presupuesto y tenemos que hacer cambios de partidas para garantizarles los sueldos".
"El Concejo ha agotado su presupuesto y tenemos que hacer cambios de partidas para asegurar los sueldos" - Norma Trigo, Intendente de Santa Rosa.
Así, el personal del HCD se encuentra en estado de asamblea, con la amenaza de un paro y aunque su presidente, la peronista Mónica Astorga, asegura que el diálogo con la intendente está abierto, aclara: “En el Concejo trabaja el mismo personal de la época de Trigo, menos de 60 personas y eso contando concejales”.
Pero el tema que terminó de tensar la relación entre ambos poderes fue la muerte de Leonela Rosales (2) una nena que hace un par de domingos jugaba en una plaza de 12 de Octubre cuando golpeó su cabeza contra una base de cemento. Los motivos del accidente no están claros: el fiscal Héctor Rosas aún no tiene la necropsia y no se descarta la descarga eléctrica de una farola.
Trigo ve una mala intención de la oposición. Asegura que el peronismo está usando políticamente el hecho para perjudicar su gestión y sostiene que detrás de la marcha de familiares de la nena pidiendo justicia están los concejales de la oposición. “Es una barbaridad sostener semejante disparate”, han coincidido los ediles Ponce y el peronista Marcial Ibarra.
La única testigo que ha declarado en la causa -arrimada por el municipio- es una mujer que estaba a 20 metros de la nena cuando la vio caer al suelo y dice que no vio descarga eléctrica: “Su testimonio es un elemento más pero tenemos que escuchar a la mamá que aún no ha declarado; igual, la prueba clave será la necropsia”, dicen en el entorno del fiscal.
En cualquier caso, el Concejo formó una comisión para interrogar a la intendente Trigo: los concejales quieren saber por qué el Ejecutivo no cumplió con una ordenanza de mayo, en la que pedía reacondicionar las plazas, entre ellas la del accidente fatal. Esa visita de Trigo al Concejo ocurrirá esta semana y puede ser la excusa para que la oposición la interrogue sobre otros temas.
Idas y vueltas de un conflicto histórico
Santa Rosa tiene una vieja tradición de crisis política que enfrenta al Departamento Ejecutivo y al Concejo Deliberante. Cabe recordar algunas de sus épicas peleas.
La relación del demócrata Antonio Ponce con el Concejo fue compleja y los ediles le pidieron desde quitar el polarizado de los autos oficiales, justificar el costo de un monumento o aclarar una supuesta entrega de vales de combustible sin facturas de respaldo. En noviembre de 2006 y con el voto de siete de los diez concejales, el recinto decidió denunciar a Ponce en la Justicia por este último hecho.
En 2008, Sergio Salgado ya era intendente y hubo crisis ese año y en uno de los enfrentamientos más duros con el Concejo, Salgado llamó "borracho" a Gustavo Muñoz, por entonces presidente del HCD. En setiembre de ese año, Salgado despidió a 320 contratados aduciendo que una ordenanza del Concejo lo había dejado sin plata. Por ese tema hubo escraches a concejales, toma del Concejo y cortes de ruta.