Noelia Triviños tiene 23 años y desde hace algunos meses lleva adelante en Santa Rosa un curioso proyecto ecológico de reciclado de cubiertas y caucho, una idea en la que ya han colaborado unas 50 personas y que recibe financiamiento del municipio.
“Como a mucha otra gente, el cuidado del medio ambiente me preocupa y para colaborar de alguna manera, pensé en reciclar algo que no se estuviese haciendo. Ir por otro camino distinto al de los plásticos, las botellas, los cartones o las tapitas, porque ya están los que se dedican a eso y entonces me decidí por las cubiertas, las cámaras y el caucho”, cuenta Noelia y recuerda que hace dos meses presentó su idea a la comuna de Santa Rosa, donde luego de algunas pruebas positivas terminaron por apoyar el proyecto con financiamiento.
“El trabajo de reciclado es básicamente de cubiertas, aunque también intervienen en mis ideas la madera y el metal. Yo busco y recupero las cubiertas viejas que están tiradas en los baldíos o basurales y el municipio aporta materiales, el hierro necesario y las pinturas”, explica Noelia, que es empleada municipal y que está a mitad de camino en sus estudios como asistente jurídica.
A medida que fueron conociendo la idea, mucha gente se sumó al proyecto y a esta altura, de una u otra manera han colaborado unas 50 personas; desde su papá, que es el metalúrgico que arma la mayoría de los esqueletos de metal que requieren los trabajos, hasta vecinos. Pero también compañeros de trabajo y amigos, con los que sale a buscar cubiertas por el pueblo para luego reutilizarlas.
“Las tengo contadas: a esta altura ya hemos reciclado 353 cubiertas viejas que sacamos de los basurales y de las banquinas, de los baldíos y también del patio de los vecinos que me avisan que pase a buscarlas”, cuenta la chica y sigue: “Todo el mundo colabora e incluso algunas gomerías también me han dado cubiertas, aunque en general ellos no las regalan sino que las venden a las fincas para quemarlas en las heladas”.
Uno de los primeros trabajos que hizo Noelia fue decorar la feria ganadera del departamento, donde propuso a la comuna adornar los caminos del predio con canteros de caucho y un gran aljibe que armó con ruedas de camión y que llenó de flores.
Al municipio le gustó el resultado y le encargó nuevas ideas: “La comuna pone los hierros, la pintura, los electrodos para la soldadura y en general todo el material que no tiene que ver con el caucho”, explica Noelia, que ya terminó su segundo gran trabajo: adornar las ocho cuadras del bulevar de ingreso al pueblo con un centenar de macetas que cuelgan de diversas estructuras de hierro.
“Cortar cubiertas no es sencillo y por eso ocupo una amoladora”, explica Noelia, que ha volcado todos sus trabajos e ideas en Facebook, en una página que tituló “Yo reciclo” y que visita mucha gente: “Algunos piensan que como trabajo con cubiertas, donde hay que hacer fuerza debo ser un varón, pero en realidad ya aprendí a manejar el caucho”, se ríe.
El intendente Sergio Salgado contó que aprobaron el proyecto “porque nadie recicla cubiertas y en general son residuos que ocupan espacio y que contaminan mucho cuando se queman. Nosotros aportamos materiales y vamos a seguir apoyando la idea; en realidad, la continuidad del proyecto va a depender del entusiasmo de Noelia”.
La joven ecologista tiene varios pedidos y algunos trabajos privados para armar macetas o sillas, pero cuenta que su próximo trabajo estará en un jardín maternal de La Dormida.
"Vamos a hacer algo con el barrio Cosquín, que tiene un jardincito para los niños muy chiquito y donde vamos a poner algunos canteros en el patio, sillas y juegos infantiles, todo armado con cubiertas. Creo que va a ser una linda experiencia y ya les hemos dicho a los chicos que vayan con ganas de ayudar”, cierra esta verdadera artesana de la ecología.