"Voy a representarlos de la mejor manera posible; sigamos unidos, luchemos por nuestra tierra y por nuestro trabajo; por la unión y el esfuerzo del hombre que lucha día a día por sostener la economía y la cultura de este departamento", fueron las primeras palabras de Evelyn González, una joven de 19 años y ojos color del mar, nueva Reina de la Vendimia departamental que se coronó en el espectáculo "Santa Rosa, un amor que te hace volver", desarrollado en el club Angelino Arenas Raffo, del distrito de Las Catitas.
La elección
El primer voto fue para Vanesa Barroso, la representante del Barrio Primavera, y en el primer -y único- recuento Evelyn González sumaba 28 votos y Aldana Guzmán 21, lo que hacía presumir una votación cerrada, cosa que sucedió.
El final llegó con suspenso, pero la representante del Club California del Este (La Dormida) con 35 votos, superó por una pequeña luz de 3 votos a Aldana Guzmán del Club de Padres de El Marcado, quien obtuvo 32, y se convirtió en la nueva Virreina departamental, en una elección de la que participaron 12 postulantes.
La flamante Reina, una bailarina de danzas folclóricas y que además cursa el primer año de la carrera de Administración Pública, fue coronada por Celina Sánchez, esposa del gobernador Francisco Pérez; Flor Destéfanis (Reina Nacional 2010 que había representado a Santa Rosa) y por las Reinas departamentales de mandato cumplido Bárbara Dorcemaine (pareja del intendente Salgado) y Andrea Fabre.
Club desbordado
Ante más de 9 mil personas que desbordaron las instalaciones del club Raffo, el espectáculo dirigido por Iván Vega, bajo un cielo estrellado y una temperatura agradable, se inició noventa minutos después de lo previsto ante el incesante bullicio de las barras que alentaban a una y otra aspirante.
Tras la orden de comienzo impartido por la soberana departamental saliente Eliana Silverio y tras bailar una cueca, irrumpieron artistas con sus cuerpos pintados -uno por cada distrito- formando el mapa de Santa Rosa.
Pero la historia da comienzo cuando un padre agricultor pide a su pequeño hijo que siempre tenga presente el amor por esa tierra de promisión y que la ame como él la ha amado.
El primer cuadro mostró a 125 niños -con antorchas en sus manos- ataviados de blanco, que iniciaron sobre el escenario un camino de procesión, representando la pureza y la fe infantil en lo que originó el primer gran aplauso del público presente.
Luego, aparecieron divertidos personajes, característicos de cada distrito (12 de Octubre, Villa, Ñacuñán, La Dormida y Las Catitas) que narraron historias y anécdotas a las representantes de cada uno de ellos, en una ligazón con los ritmos folclóricos cuyanos y nacionales que, con estética, interpretaban los bailarines.
Favio y "Chiquillada"
Una risueña anciana a la que -como vecina de Las Catitas- le tocó describir la historia distrital, se detuvo en la figura emblemática de Leonardo Favio, nacido en 1938 en esos pagos. Las cajas lumínicas proyectaron su figura en distintos momentos de su vida, y su voz interpretando la canción "Chiquillada" -con niños santarrosinos jugando dulcemente- emocionó hasta las lágrimas a muchos espectadores.
Un momento de tristeza fue la partida del joven para seguir cursando sus estudios en la ciudad, y las palabras del apenado padre que presagiaron, por primera vez, "Santa Rosa es un amor que te hace volver".
La nostalgia envuelve al joven, quien recuerda a la distancia a su Santa Rosa: los felices días de la cosecha y el temor por las tormentas, en medio de la celebrada aparición de Santa Rosa de Lima, quien desde las alturas pide por la fe en la Virgen de la Carrodilla que, tras su aparición, es interpretada en una versión -poco conocida- de Daniel Altamirano para coronar el cuadro, en un instante de profunda fe, en la que se destaca un anciano devoto el que, con marcados gestos, reclama a los mas jóvenes devoción para con la santa patrona de los viñedos.
El regreso del hijo
Ya han pasado varios años y un día de vendimia el hijo regresará a su pueblo, con el padre afectado por el inequívoco paso del tiempo, corporizándose la idea de eterno retorno en cuanto a un concepto circular de la historia o los acontecimientos. La historia no sería lineal sino cíclica. La partida del hijo y el regreso a su tierra, dará esa idea a la que adhirieron los antiguos, y proyectada en Santa Rosa.
La música ciudadana -el tango- tuvo un espacio importante en el libreto, algo atípico en las Vendimias, y fue de alta estética la interpretación que de él hicieron los bailarines locales.
"Uno se cree que las mató el tiempo y la ausencia. Pero su tren vendió boleto de ida y vuelta", sonaba la voz del Nano Joan Manuel Serrat y la Negra Mercedes Sosa para "Aquellas pequeñas cosas", en la vigorosa reafirmación de identidad que se intentaba transmitir en línea con el argumento.
El Himno Nacional argentino con ritmo de malambo, ante el sostenido aplauso del público, indicaba que era el final del espectáculo y que sólo quedaría el saludo en el escenario de la totalidad de los artistas santarrosinos, que trabajaron durante meses para dar su color de identidad a "Santa Rosa, un amor que te hace volver".