El tremendo e intenso escrutinio con final abierto y con leve diferencia para el socialismo, pero que técnicamente marcó un triple empate entre el oficialismo, el Pro y el peronismo, contrastó con la calma que ayer dominó las calles de la capital provincial. No hubo señales de protestas, tampoco de algarabía. Apenas si el remisero al advertir que le estaba dando mal el vuelto a este cronista se disculpó con una humorada: “contando estoy peor que los socialistas”, soltó con una sonrisa pícara.
Mañana a las 8, el Tribunal Electoral provincial, empezará a contar las 347 mesas que restan sobre un total de 7.628. Sobre el 95,45% ya escrutado, así quedó la foto: Miguel Lifschitz, del Frente Progresista, 558.352 votos (30.69%); Miguel del Sel, del Pro, 556.224 (30.58%); y el peronista Omar Perotti, con 532.156 (29.25%). La provincia partida en tres tercios casi exactos. Asombroso.
“Vamos a pedir que haya recuentos de votos, que se cuente uno por uno y que la gente sepa quién es el ganador”, dijo ayer a la mañana Miguel del Sel. Con cara de cansado, Del Sel avisó que estarán expectante con el escrutinio definitivo que, se especula, arrojará los resultados definitivo a fines de la próxima semana.
El Pro pone la lupa sobre 347 mesas no escrutadas. Poco más de cien mil votos. Un montón si se considera que Lifschitz le sacó 2.128 votos a Del Sel. Desde Rosario, donde el socialismo habría retenido la Municipalidad, no le temen al conteo por venir: dicen que 70 mesas son del gran Rosario, 130 de la ciudad de Rosario, 104 de la ciudad de Santa Fe (donde también el Frente Progresista ganaba la intendencia) y el resto se reparte en la provincia, donde el justicialista Perotti también sumará votos. “Vamos a ampliar la diferencia”, pronosticó ayer Lifschitz.
De confirmarse su triunfo, el socialismo continuará por tercer período consecutivo gobernando Santa Fe, ahora con mayoría parlamentaria.
Un dato político se mantendrá incolumne con el escrutinio definitivo: el actual gobernador Antonio Bonfatti obtuvo un triunfo apabullante en el segmento “diputado provincial”. Recibió el aval de 730.585 votos. Casi 200 mil más que Lifschitz. Se descuenta que quedó ya anotado, aunque suene prematuro, para volver a la Casa Gris, dentro de cuatro años.
“Perotti logró unir al justicialismo como no había podido hacerlo el kirchnerismo”, analizó ayer Carlos Reutemann, quien le dio su apoyo a Del Sel y que en octubre peleará por una senaduría nacional con el sello Pro. Perotti también asoma como un gran candidato a futuro. Daniel Scioli le dio al ex intendente de Rafaela un explícito apoyo al compartir el acto de cierre de campaña, por lo que está justificada su expectativa de contar con un 30% de apoyo en Santa Fe para las presidenciales de octubre.
Meses atrás, el Lole había tomado contacto con Sergio Massa y se descontaba su ingreso al Frente Renovador. Pero Massa hizo un acuerdo con Oscar Ariel Martínez, a quien bendijo como su candidato a gobernador en Santa Fe. Martínez se quedaba ayer con el 3,68% de los votos, un punto por encima de Octavio Crivaro, el candidato del Frente de Izquierda. Otro mal paso dado por Massa.
En el Pro continuaba ayer la bronca con Lifschitz, por haberse proclamado ganador con el 65% de los votos escrutados y en base a sus mesas testigo. Una picardía imprudente.
Pero el macrismo hizo lo propio un rato después, cuando Mauricio Macri, cerca de las 11 de la noche del domingo, salió al escenario junto a Del Sel y el Lole, para criticar al Frente Progresista y afirmar que “el Pro también sabe hacer matemáticas” y que en base a sus mesas testigo, el ex Midachi era el ganador.
Macri abandondó Santa Fe a la madrugada, en vuelo privado, masticando la bronca por un triunfo que no fue y que no se ajustó a la diferencia de cuatro o cinco puntos que le marcaban las encuestas encargadas por su asesor, el ecuatoriano Jaime Durán Barba. “Mauricio está preocupado; vino a buscar el triunfo que quería exhibir como previa a la elección porteña del 5 de julio”, confió a este diario una dirigente del Pro.
Toda la dirigencia nacional macrista se acercó el domingo al exclusivo Hotel Casino Los Silos, en el puerto de Santa Fe, donde no se pudo bailar ni soltar globos tal como se hace con los triunfos porteños.
En las PASO, el socialismo admitió que contó mal los votos, renunció un funcionario y se tuvo que esperar dos semanas para conocer el resultado final. También hubo chicanas en el conteo de las elecciones a gobernador en 2011.
Y ayer Reutemann recordó que siendo él gobernador, hace veinte años, el peronista Jorge Obeid y el por entonces socialista Héctor Cavallero (hoy en el Frente para la Victoria) se adjudicaron el triunfo a gobernador. “Desconocí el escrutinio provisorio para pasar al conteo definitivo, voto a voto, para que no queden dudas”, dijo el Lole. Elecciones reñidas y picardía en el conteo, parecieran ser una tradición tan santafesina como sus alfajores.
Reutemann pide recuento
El senador nacional Carlos Reutemann evaluó que en las elecciones santafesinas “no hay otra alternativa que contar voto a voto” para definir al nuevo gobernador y admitió que “no tiene nadie la magia suficiente para levantarle la mano a alguien”, en alusión a su respaldo a Miguel Del Sel del Pro.
“La lógica es que se abran esas urnas y se cuenten los votos, me imagino que contarán voto a voto, no veo otra alternativa”, sostuvo Reutemann. Según dijo, “estas elecciones vienen complicadas desde las PASO” y resaltó que “todos los sondeos le daban a Del Sel una victoria muy ajustada, no es una elección que había un claro ganador, con un margen de 2 o 3 puntos”, comentó.
Perotti quiere "abrir las urnas"
El candidato a gobernador de Santa Fe del Frente Justicialista para la Victoria, Omar Perotti, aseguró que se produjo un “triple empate” en las elecciones provinciales y evaluó que “habrá que abrir las urnas” y recontar los votos para que “no” quede “duda alguna” de que el ganador lo haga “legítimamente”.
“De ninguna manera podemos reconocer, por unas ‘mesas testigo’, que alguien se adjudique el triunfo en una elección tan pareja donde hay apenas un uno y algo por ciento de diferencia entre los tres candidatos, mucho más cuando todavía quedan más de 60 mil votos entre anulados, recurridos e impugnados”, dijo Perotti a radio Continental.