En menos de doce meses, Mendoza ha dado cuentas de problemas con carpocapsa, mosca y polilla de vid, todas plagas que estaban controladas. Las pérdidas son millonarias para el sector productivo, que sin presupuesto, por las magros precios pagados por la fruta, tienen que hacer frente a la presión de las plagas.
El año pasado Brasil paró los envíos de manzana y pera de la provincia por encontrar carpocapsa en varios cargamentos. Eso determinó pérdidas millonarias para el sector, además de un régimen estricto de control, que dejó a muchos exportadores en el camino. En total se mandaron a descarte 8 millones de kilos de fruta y las exportaciones a ese destino cayeron 39%.
En mayo de este año, se conoció que el 30% de la cosecha de uva de Mendoza se perdió por el efecto de la Lobesia botrana, esta plaga atacó en Mendoza a unas 40.000 hectáreas de viñedos. Mientras que la semana pasada el Senasa, suspendió todas las zonas libres de mosca de la provincia, causando otro perjuicio más para la región.
Mosca del Mediterráneo
Mientras el Iscamen comienza a implementar un plan de contingencia con el objetivo de lograr, en el corto plazo, que el Senasa levante la suspensión del estatus sanitario de Mendoza respecto de mosca del Mediterráneo, la medida del organismo nacional sigue teniendo repercusiones en el sector productivo.
La semana pasada la directora de Sanidad Vegetal del organismo, Wilda Ramírez, se encargó de subrayar que “lo que se decidió no es la pérdida de los estatus, sino una suspensión temporaria”. Agregó que “es una suspensión administrativa por algunos procedimientos en terreno, por datos que no coincidían”.
Lo cierto es que, cuando la medida fue difundida, tocó un punto extremadamente sensible en Mendoza, considerando que la lucha contra la mosca es la “nave insignia” de la política de Estado en materia fitosanitarias que lleva adelante la Provincia desde hace dos décadas. Las reacciones no se hicieron esperar.
Raúl Aruani, gerente de la Asociación de Productores y Exportadores de Frutas Frescas de Mendoza (Aspeff) y representante del sector frutícola ante el Consejo Asesor del Iscamen, se manifestó “preocupado, primero, por cómo puede llegar a ser interpretada esta medida por otros países”.
Señaló que “haber logrado el estatus de área libre significó un reconocimiento internacional relevante, y hoy, el hecho que esa condición esté en duda, implica un descrédito muy importante para el Iscamen como institución que lleva adelante el programa de erradicación”
Por otro lado, dice Aruani, “para una provincia con un perfil frutícola importante dentro de su Producto Bruto Geográfico, el hecho que se pierda el estatus de área libre -y teniendo en cuenta lo dañina que es la plaga- genera gran preocupación en nuestro sector productivo”.
Por su parte Alberto Carleti, vice presidente de la FEM, consideró que “este es un hecho muy grave, porque el sector productivo del Valle de Uco ha tenido que hacer mucho esfuerzo para lograr un estatus sanitario libre de mosca. Ello, a pesar de que siempre estuvo en contra de partir la provincia con las barreras sanitarias, porque complican la operatoria y se incrementan los costos”.
Para Carleti que produce, empaca e industrializa cerezas en el Valle de Uco, “también el Senasa tiene responsabilidad en esto porque debe controlar y monitorear el sistema, más allá de que sea el Iscamen el organismo encargado de implementarlo”. Subrayó que “los que han fallado no son los productores sino los organismos de implementación y control”.
El dirigente valletano advirtió que esto va a tener su repercusión en el exterior. Por ejemplo, “el sector de la cereza se está trabajando fuertemente en el protocolo para el ingreso de esa fruta a China, y esto es como un aplazo en la libreta de la escuela”.
Opinó que “uno de los inconvenientes que tienen los organismos técnicos es que los coopta la política, y estos problemas que aparecen, así sean administrativos, surgen porque se mezcla la política con lo técnico, y pierden en parte el objetivo en el que tienen que estar focalizados”.
El presidente de la Asociación de Productores de Duraznos de Mendoza, Juan Viard, señaló que “más que las responsabilidades que pudieran caber por lo ocurrido, me preocupa mucho el futuro, para que no volvamos a tropezar con la misma piedra”.
Apuntó, en ese sentido, que “quizás desde el sector privado deberemos tener mayor participación en el control de sistema, al margen de la responsabilidad primaria que les cabe a los organismos de implementación y de control”.
Una medida exagerada
Desde la Aspeff, Raúl Aruani consideró que “ya se trate de eventuales falencias en los registros, del uso de insumos que, aunque no son los diseñados para el monitoreo de mosca tienen los mismos componentes y no difieren en sus prestaciones, o la eventual aparición de un foco larvario, para lo cual hay un manual de procedimientos que fue aplicado con éxito en diciembre, en el Valle de Uco, sin que por ello se perdiera la condición de Área Libre, tengo la impresión de que no son elementos suficientemente contundentes como para haber apelado a una medida tan crítica”.
Agregó: “tanto Iscamen como Senasa contemplan como alternativa, la fumigación de los productos con bromuro de metilo, y es bien sabido que ninguna de las frutas que producimos en Mendoza se pueden bromurar, porque pierde totalmente su calidad organoléptica, y por lo tanto comercial”.
Plan de contingencia
Desde el Iscamen, la nueva secretaria técnica del organismo, Mariel Vanin, aseguró que “ya pusimos en marcha las primeras acciones para corregir las observaciones del Senasa al Programa de Control y Erradicación de la Mosca del Mediterráneo”.
La técnica del organismo reveló que “se ha establecido un cronograma de trabajo conjunto del Iscamen con el Senasa, con acciones a desarrollar en el corto plazo”. Señaló que “es un plan de contingencia a seis meses, independiente del plan operativo anual, que contempla una serie de medidas con un objetivo específico que es hacer las correcciones requeridas y lograr que se levante la suspensión del estatus sanitario”.
Estimó que “en las próximas dos semanas debería estar listo el sistema de información, ya estamos haciendo los ajustes necesarios en el procedimiento de georreferenciación, y renovadas las trampas que habían sido observadas”.
El organismo nacional supervisará los avances “semanal o quincenalmente, aún tenemos que definirlo y transcurridos los primeros tres meses tendremos una nueva auditoría”. Vanin se comprometió a "informar sobre la evolución de estas acciones, para llevar tranquilidad al sector productivo".
Puso énfasis al afirmar que "haremos el mayor esfuerzo posible para tener resuelto el problema al momento en que salgan las producciones tempranas".
Dinero para combatir la polilla de la vid
Se sabe que la provincia necesita unos $ 300 millones para combatir seriamente Lobesia Botrana. Sin embargo, según confirmaron recibirá finalmente $ 50 millones que se invertirán en feromonas.
En cuanto a este tema, Alejandro Molero, presidente del Iscamen, señaló que “con este dinero el objetivo es trabajar seriamente en la plaga, con acciones concretas y con el apoyo financiero y económico para abordar esta problemática”.
Por lo tanto, a partir del próximo 26 de julio y hasta el 12 de agosto, se inscribirá a los productores vitícolas para recibir asistencia con difusores de feromonas, ubicados en los siguientes departamentos: San Martín (distritos de Palmira y Chimbas); Junín (distritos de Medrano, Barriales, Rodríguez Peña, y ciudad de Junín), Rivadavia (distritos de Medrano, Reducción, Los Arboles, La Libertad y Andrade); Maipú (distrito de Barrancas), y Luján de Cuyo (Carrizal Este).
Se asistirá a todos los productores que hagan efectiva su inscripción, exclusivamente de los distritos mencionados, y recibirán hasta 30 hectáreas por productor.